#26

1.6K 143 9
                                    

Levante mi vista confundida, observando desde abajo aquel celeste resplandeciente. Me sentí inundada por su, aun mas, extraño color, el cual estaba oscurecido y con pequeños brillos amarillos. Él observaba de mala manera a los chicos con los que bailaba, dejando escapar varios gruñidos, mientras me sujetaba por la cintura con una de sus manos.

—¿Liam? -Pregunté intentando llamar su atención, pero nada- Liam -Dije mas fuerte, inmediatamente me observo- ¿Estas bien? -Su color comenzó a volver a ''la normalidad'' pero la voz uno de los chicos causo que volviera a oscurecerse. Levantó su vista nuevamente.

—No -Contestó firme a lo que sea que le hayan dicho- Definitivamente no, ella es mía -Pronuncio entre gruñidos. ¿Suya? Ni que fuera objeto, intente liberarme de su agarre pero al moverme solo cause que me acercase mas a él, siendo así imposible alejarme. 

—¿Tuya? -Pregunté al no poder separarme de su cuerpo. Volvió a mirarme con una extraña expresión en su rostro. No dijo nada, simplemente guardo silencio mientras sus colores cambiaban rápidamente confundiéndome...  

—El imbécil también esta confundido -Dijo entre risas- Esto se va a poner bueno... 

—Mi acompañante... -Dijo por fin- ¿Quieres bailar? -Asentí confundida por su repentina pregunta- Bailemos. 

Comenzó a arrastrarme junto a él hacia el centro de la pista, mientras esquivaba a las demás personas que comenzaban a acomodarse. Mi amada nos observaba desde la distancia, se movió para que ambas pudiésemos vernos. Volví a mirar al tatuado, sus ojos eran grises, Liam se fue. 
Rápidamente se coloco a mi lado, uniendo nuestros brazos, y llevo una de sus manos a mi cintura, imite su acción, juntamos nuestras miradas y comenzamos a movernos igual que el resto. Caminamos varios pasos hacia adelante, todos a la vez, todas las mujeres dimos dos giros quedando delante de nuestras parejas, hicimos una reverencia al mismo tiempo y juntamos nuestro cuerpos. Mi mano fue hacia el hombro de Daniel, mientras que él llevaba la suya a mi cintura. La mano que nos quedaba libre la juntamos y comenzamos a movernos rápidamente, formando un hexágono entre nuestros pasos. Ahora estoy realmente agradecida con Lukas, si no fueran por sus clases intensivas estoy segura que habría chocado con mas de una persona. 

Rápidamente volví a concentrarme, esta era la parte mas difícil, donde el pobre anaranjado salio golpeado hasta en la ultima clase, las patadas y deslizamientos. Daniel, con ambas manos, me agarro de la cintura y me elevo un poco, di dos pequeñas patadas hacia atrás, dejando mis piernas dobladas en esa posición mientras él giraba conmigo en brazos. Volví a tocar el suelo y continué, comenzamos a retroceder, él debía caminar hacia delante mientras sus pies quedaban en medio de los míos, mientras yo debía caminar hacia atrás esquivando sus movimientos. Finalmente me hizo girar, quedando yo de espaldas, y doble mi pierna hacia atrás, casi lo golpeo en sus partes pues este paso debía hacerse entre sus piernas, pero afortunadamente él es alto. 

—¿Realmente ibas a intercambiarme con el otro sujeto? -Pregunté algo enojada mientras recordaba lo sucedido en la mesa.

—Por supuesto que no -Contesto al instante. Y aunque su respuesta no me convenció del todo, preferí no preguntar mas. 

»»»»»:«««««

—Recuerdame agradecer a Lukas cuando volvamos -Suspiré. Ya habían apagado la música y podíamos dirigirnos a nuestras habitaciones- También deberías hacerlo -Me miro confundido- Tan solo imagina la cantidad de veces que pude haberte dejado estéril y sin sensibilidad en los pies... 

—Estaba preparado mentalmente para ello -Confesó mientras colocaba mi mochila en su espalda- Pero tienes razón, él sufrió en mi lugar, creo que merece un descanso.  

Comenzamos a subir las enormes escaleras. Una vez en la cima, una persona que estaba apunto de bajar se acerco a nosotros, estrecho la mano de Daniel y beso la mía causando que el tatuado suelte un pequeño gruñido, casi inaudible. Ambos lo miramos pero nadie dijo nada.

—Puedes adelantarte -Me entrego mi mochila- Ahora te alcanzo. La habitación esta del lado derecho, dos puertas antes de llegar al final del pasillo -Asentí, ellos bajaron un par de escalones pero antes de poder darme vuelta para irme junto a mi amada, el otro chico me habló.

—Espera... -Lo mire confundida- Es un gran honor por fin conocerte -Hizo una reverencia en mi dirección- Felicitaciones Daniel es hermosa -Pronuncio mientras se enderezaba- Luna...¿Donde esta tu identificación? -Lo mire aun mas confundida, mi nombre no es Luna, soy Emma- No me digas que... -Miro al de color extraño, este negó con el ceño fruncido ¿Acaso esta entendiendo algo de lo que dice?- No puede ser posible -Se dio vuelta mirando a todos los invitados y bajo corriendo hasta el inicio de las escaleras.

—¿Que crees que- Antes de que pudiese decir algo el otro hablo en alto, interrumpiendolo.

—Alfas, Lunas, Acompañantes, me complace anunciarles que hoy, en esta reunión anual -Daniel comenzó a bajar rápidamente los escalones- Se encuentra entre nosotros la Luna de la manada Blo -Finalmente el tatuado llego hasta él cubriéndole la boca, evitando que continuase hablando.  

—Un aplauso para la mate del Alfa Daniel -Gritó alguien entre la multitud causando que lentamente todos comiencen a aplaudir.  

Daniel instantáneamente volteo a verme, su mirada era de preocupación y su color titilaba, estaba asustado. ¿Por que se siente de esta forma? ¿Por que no aclara la situación? Yo no puedo ser su mate, lo poco que recuerdo de estas cosas es que, en resumen, eso significaría que es mi pareja eterna. Él no puede serlo, no podemos ser almas gemelas, no siento ningún olor maravilloso ni mágico. Comencé a ver borroso, mi cabeza era un lío, ya no podía pensar con claridad, los aplausos comenzaron a aturdirme, se sentía como si un gigante aplaudiese a mi lado, era insoportable. Rápidamente mire hacia las personas sonreí y los salude con la mano, no estuve dos días con esas estúpidas clases de ''etiqueta'' para nada... Volví a mirar el inicio de las escaleras, Daniel subía en mi dirección. Chasquee mis dedos para que Pelu  este preparada para lo que sigue, comenzamos a correr, esta vez mucho mas rápido que en el bosque.

—¡¿Lo sabias?! -Pregunté- ¡Se que estas ahí! ¿¡Lo sabias!?

—Si Emma... -Susurro- Tienes que calmarte... 

—¡Y una mierda! -Dije enojada- ¡Todo este tiempo lo supiste y no fuiste capaz de decírmelo! -Le grite con rabia, esto tiene que ser una maldita broma- ¡Se supone que somos el mismo ser, debemos cuidarnos mutuamente!  

—Lo siento... Solo quería protegerte -Soltó en un tono demasiado calmado para mi gusto.

—¿Esta es tu manera de protegerme? -Corte la comunicación, ya no quería seguir escuchando sus excusas.   

Sin siquiera notarlo pequeñas lagrimas comenzaron a escaparse de mis ojos, dificultandome ver por donde caminaba. Pelusa corría a mi lado , las pisadas de Daniel cada vez se acercaban mas, si bien antes tenia bastante ventaja esta fue eliminada rápidamente por estos estúpidos tacones. Mis pies en varias ocasiones se doblaban causando un insoportable dolor en mis tobillos pero no tenia tiempo para preocuparme de eso. 

Y como si de un milagro mandado por mis padres se tratase ahí estaba lo que buscaba, la habitación. Rápidamente abrí la puerta y una vez ambas estábamos dentro metí el seguro que para mi fortuna estaba en la puerta. Pocos segundo después un fuerte golpe causo que mi cuerpo se despegue de la madera, la manija se movía rápidamente de arriba a abajo. Estaba intentando entrar.  

—¡Emma! -Golpeo la puerta- ¡Por favor Déjame explicarte! -Me apoye contra contra lo único que evitaba que entrase y sostuve con una de mis manos el picaporte. Me niego rotundamente a dejarlo entrar.       


Ojos rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora