#91

542 54 3
                                    

—¡Emma, no me hagas esto! -Logre oír a la lejanía- ¡Necesita un medico! -Y sin ser capas de distinguir nada mas caí en la oscuridad mas profunda y a su vez cómoda en la que jamás había estado. 

Todo en mi campo de visión era igual, sin ningún tipo de iluminación que me permitiese ver lo que me rodeaba. Sin luz, sin pensamientos, sin dolor, solo una oscuridad abrumadora, silenciosa, que parecia consumirme a cada segundo que pasaba, claro si es que el tiempo transcurría en medio de la negrura en la que me encontraba..

Abrí mis ojos sin recordar cuanto tiempo llevaba perdida en mi imaginación. Mi vista lentamente se enfoco en Pelu, me puse de pie, abandonando nuestro escondite, y corrí felizmente con ella a mi lado, su hermoso amarillo brotaba con intensidad de su pequeño cuerpo. Nos adentramos en el hueco de un árbol y permanecimos en silencio, esperando no ser encontradas. A la distancia una esencia demasiado conocida y amada para mi se hizo presente, contuve la respiración y cerré mis ojos nuevamente. Al dejar de oír sonidos estire mi cabeza hacia el exterior.

—¡Te encontré! -El rostro de mi madre invertido, por haberse trepado a un árbol, se hizo presente frente a mi. Solté un grito por la sorpresa pero antes de que pudiese huir junto a mi hermana perruna, Pelu, mama me sostuvo- ¡Cariño aquí la tengo! -Aviso con alegría.

Pocos segundos fueron necesarios para que la tonalidad de mi padre se hiciese presente. Corrió hacia nosotras y entre risas nos envolvió en un abrazo, dando por finalizado nuestro juego. Pelusa movía su cola con alegría de un lado a otro pero espero con paciencia a que papa le dijese la palabra clave para acercarse.

—¡Pelusa, sobredosis de amor! -Pronuncio finalmente y sin mas ella se acerco a nosotros para comenzar a lamernos con entusiasmo- ¿Disfrutaste de nuestra acampada, Cielo? -Pregunto una vez nos pusimos de pie, dispuestos a regresar a nuestro hogar. Asentí con emoción y la esencia de mi padre brillo con intensidad.

—Nos alegra verte sonreír, Cariño -Agrego mama dando suaves caricias en mi cabeza- Nunca dejes que nada te dañe... Lo que dijeron esos niños... -Dudo por unos segundos pero continuo- Sabes que no es cierto, ¿Verdad?

—Lo se mami -Conteste para que no se preocupara. La verdadera razón de nuestra escapada al bosque fue porque simplemente los niños de la escuela habian comenzado un extraño rumor sobre mis ojos. De un día para el otro, su temor e indiferencia hacia mi persona había evolucionado, comenzaron a llamarme monstruo y demonio, repitiendo una y otra vez que dios se encargaría de mi. Regrese a casa llorando por culpa de sus crueles comentarios, los cuales a diferencia de otras tantas veces si lograron herirme, por lo que mis padres decidieron levantarme el animo con una acampada, cosa que realmente funciono- Solo están asustados de lo que no entienden -Repetí las palabras con las que mama me consoló toda la noche cuando los recuerdos invadieron mis sueños, obligándome a despertar entre llantos.

Corrimos hasta llegar a nuestro patio trasero y una vez allí opte por quedarme juntando flores junto a Pelusa, mis padres decidieron que seria mejor preparar unos bocadillos para que nuestros estómagos pudiesen saciarse. Varias esencias en la entrada de nuestro hogar se hicieron presentes, llamando mi atención. Camine hasta la puerta trasera y junto a mi amada me acerque hasta donde estaba mama, la cual se encontraba en la puerta de la cocina observando hacia la entrada principal, papa por su parte se encontraba allí hablando con los vecinos que por alguna razón decidieron reunirse en nuestra entrada. Sin mas mi padre cerro la puerta y un extraño sentimiento de familiaridad comenzó a invadirme; un déjà vu. 

Mama me abrazo con fuerza y coloco algo en mi espalda, los gritos comenzaron a sonar cada vez mas fuerte y la puerta era golpeada sin cesar provocando que mi cabeza doliera. Papa se acerco a mi y beso mi frente, ambos me dijeron lo mucho que me amaban y que corriese hacia el bosque, sin mirar atrás, y así lo hice hasta que mi curiosidad fue mayor que mi razón. Me coloque tras un árbol y observe como la esencia azulada de mi tío se acercaba a la multitud, la preocupación que había invadido mi cuerpo desapareció lentamente al creer que los problemas acabarían, otra tonalidad se coloco junto a mi tío; Un negro verdoso. Aunque nunca antes la vi por el pueblo al instante supe que algo malo pasaría, que aquella esencia oscura no podía significar nada bueno. 

Ojos rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora