El cuerpo de Demian aprisionaba el mío contra la puerta, Pelu continuaba ladrando e intentando entrar, pero a decir verdad estoy agradecida de que al menos ella este a salvo. Seria malo que ambas estuviésemos atrapadas con el verdadero asesino de mis padres.
—No creí que lo averiguarías tan pronto -Hablo el de esencia oscura sosteniendo mi cuello con su mano al percatarse de que intentaría escapar. No me ahorcaba, solo evitaba que me moviese- Eres menos estúpida de lo que pensaba, pero de igual forma terminaste atrapada conmigo... Imbécil -Solté una risa ante sus palabras.
—Aquí el único imbécil eres tu -Pronuncie sosteniendo su muñeca al sentir como su agarre se intensificaba- Te delataste tu solito. Ahora lo veo, si lo piensas bien es demasiado obvio, incluso la guarida esta relativamente cerca... Pero -Susurre observando sus ojos carentes de vida y emociones- Creí haberte dicho que no nos tocaras -Cerré mi puño y gracias a la cercanía logre golpearlo en el rostro, para luego, al tener mi espalda apoyada contra la puerta, lograr elevar mis piernas y patearlo lejos. Por desgracia sus reflejos son buenos y no cayo al suelo.
En menos de un segundo Demian ya volvía a abalanzarse sobre mi, pero el tiempo me fue suficiente para moverme hacia la derecha, esquivando su agarre por pocos centímetros. Sin despegar mi vista de él comencé a retroceder alejándome lentamente de mi única salida. Inspeccione con la mirada algún otro medio de escape, pero a menos que desee romperme el cuello al saltar desde la ventana realmente estoy atrapada.
—¿Qué sucede querida Emma? -Pregunto acercándose hacia mi- ¿Acaso no sabes que hacer? -A medida que la distancia entre nosotros se acortaba mis posibilidades y opciones disminuían. Me coloque detrás de su escritorio para que este pudiese darme una pequeña ventaja en lo que terminaba de armar mi plan de escape.
—A estas alturas deberías tener claro que no es bueno subestimarme -Agregue con una sonrisa de lado- Sin mencionar que es solo cuestión de tiempo para ¡Pelusa, busca a Daniel! -Ordene en alto al encontrar mi oportunidad para hablarle a mi amada. Un ultimo ladrido sonó y su amarillo comenzó a alejarse de la puerta, Demian al percatarse de esto volteo para intentar ir tras Pelu- Ni siquiera lo pienses -Gruñí acercándome a él para golpearlo con su cómoda pero pesada silla. En otra ocasión dudo que mis brazos hubiesen sido capaces de levantar aquel asiento tan fácilmente, pero cuando se trata de los que amo soy capaz de cualquier cosa.
El impacto fue lo suficientemente fuerte como para tirarlo al suelo pero no para noquearlo por lo que rápidamente se puso de pie. La furia lo consumió y su esencia se oscureció, se acerco hacia mi colocando su mano en mi rostro y me estampo contra la el librero, debido a la fuerza del impacto varios de los libros cayeron al suelo. Comencé a golpear su brazo en un intento para que me soltara y así me fuese posible respirar, nuevamente volvió a golpear mi cabeza contra los estantes generándome un fuerte dolor.
Con una de mis manos comencé a buscar algo con lo cual defenderme tocando únicamente libros, sin mas opción agarre el mas grueso y una vez lo tuve entre mis dedos lo levante en el aire para utilizarlo de arma antes de que la falta de oxigeno me cobrara factura. Con todas mis fuerzas comencé a golpear su rostro y cuerpo con cualquier objeto a mi alcance. Una vez su agarre se aflojo logre tener la libertad de movimiento que necesitaba para morder su mano, enterré mis dientes en su palma obligándolo a soltarme de una vez por todas, un dulce sabor inundo mi boca por lo que pase con rapidez mi lengua por mis labios deleitándome con el sabor de la sangre de Demian. Continué lanzando libros para evitar que le fuera fácil volver a atacarme pero esta técnica no duraría mucho.
Al ya poder ver con claridad y luego de tomarme un segundo para reponer fuerzas corrí hacia él logrando tumbarlo sobre el escritorio, los páleles que se encontraban sobre este volaron esparciéndose por todo el sitio.

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Ojos rojos
WerewolfEra inevitable, las llamas fueron participes de un intento desesperado por cambiar el destino que le amparaba. Finalmente pudo estar en paz... Pero olvido un pequeño detalle, una vez su destino fue pronunciado, ya no existía forma de cambiarlo. Deb...