—¿Por que tus ojos son de color rosa? -Dijo mientras se cambiaba detrás del árbol donde yo estaba descansando.
—Primero que nada, son Magenta, el rosa es mas claro -Reproche- Y segundo, no tengo idea, siempre fueron así -Comencé a escuchar sus pisadas rodeando el árbol- Mis padres siempre dijeron que yo era un milagro y que mis ojos les daba y tranquilidad. Aunque una vez oí algo sobre que eran de otro color cuando nací... Pero nunca me mencionaron nada.
—¿Cuanto años tenias cuando... murieron? -Preguntó de la forma mas sutil que pudo encontrar mientras se sentaba a mi lado con su ropa ya puesta.
Había estado con Liam por un buen tiempo, era momento de hablar con Daniel, estoy segura que tiene mas preguntas sobre mi pasado. Ademas sigue mirándome con culpa en sus ojos, parece que el gran Alfa siente que arruino el ambiente desde que pregunto sobre mis padres.
—Como dije antes, esto sucedió hace 8 años -Lo mire- En ese entonces tenia 10.
—¿Estuviste sola -Le di un golpe en el brazo- con el perro -Volví a golpearlo- Con Pelusa ...¿Feliz? -Asentí. La palabra perro entre estas personas es algo despectiva por lo tanto prefiero que la llamen por su nombre- ¿Estuviste con ella todo este tiempo?... ¿No hay nadie mas?
Trague en seco, recordé cuando era una niña, mi risa, mis pisadas... Mis padres y yo sentados en la mesa y ubicado justo enfrente mio... él, mi tío, no merece que recuerde su nombre. No estoy segura de que sucedió ese día, pero ese infeliz estaba con las personas que nos persiguieron, estuvo presente cuando nos encerramos en casa y finalmente vi su color azul alejarse rápidamente antes de que la casa explotara. En el momento no lo entendí, creí que intentaba ayudarnos, fui muy inocente.
—No, no hay nadie mas, mis abuelos murieron cuando era pequeña. Solo la tengo a ella -Chasque mis dedos y mi amada se abalanzo sobre mi. Caí hacia atrás y comencé a reír- ¿No crees que es suficiente?
—Supongo que lo es -Se acostó a mi lado- ¿Como sobrevivieron todo este tiempo?
—Eso es fácil -Pelu se acostó apoyando su cabeza en mi estomago- Pues... ¿Por donde empiezo? -Hice una pequeña pausa intentando acomodar y resumir los últimos 8 años de mi vida- Luego de la explosión huimos por el bosque, con mis padres solíamos recorrerlo así que lo conocía lo suficiente, llegamos hasta un pueblo pero como estaba cerca de donde vivía decidimos irnos... Pasamos varios días en el bosque, tuve que racionar la comida que mi madre me había entregado para que nos durase -Hice una pausa- Una vez llegamos a un pueblo mas alejado permanecimos ahí por un tiempo, dormíamos en el hospital, comíamos lo que nos daban -Acaricie la cabeza de mi amada- Comenzamos a hacer shows, básicamente ella hacia trucos y yo contaba historias.
—¿Nunca nadie te pregunto sobre tus padres? -Preguntó curioso.
—Por supuesto que si. No es normal que una niña de esa edad aparezca de la nada. Mas de una vez llamaron a los policías, pero siempre escapábamos antes de que nos encontrasen -Comencé a reír- Nos la pasamos de pueblo en pueblo, estuvimos un tiempo en la ciudad. A veces dormíamos en el bosque, nos instalábamos en alguna cueva, el dinero de nuestros actos lo utilizamos para la comida y si no ganábamos nada comíamos las frutas de los pocos arboles que había de eses tipo. Todo fue así hasta que cumplí 15 -Se sentó y me miro confundido- En resumen cuando llegamos a un nuevo lugar una mujer mayor se dio cuenta de mi situación, fue muy amable con nosotras... Su nombre era Felisa -Sonreí al recordarla- Por alguna extraña razón parecía que nadie le prestaba atención en ese lugar, las personas simplemente parecían no comprenderla o tal vez la ignoraban... Es algo que nunca entendí. En fin, nos termino invitando a vivir con ella y lentamente me convertí en su única familia, cuando le conté que deje la escuela a los 10 se decidió a educarme y así lo hizo. Fueron los mejores años de mi vida, la llamaba abuela de cariño.
—¿Donde esta ella? -Al parecer si estaba interesado en mi vida.
—No lo sé, pero espero que este bien -Hice una pausa- Un día simplemente me dijo que tenia que irse y que no volvería. No dijo donde, solo que tenia que hacer algo importante. Insistí en acompañarla pero se negó rotundamente, de igual forma dijo que sabia que volveríamos a encontrarnos, también aclaro que podía quedarme en su casa... Fue extraño pero nos despedimos y simplemente una mañana ya no estaba, se fue. Esto sucedió hace 8 meses, no volví a saber de ella desde entonces -Solté un pequeño suspiro y volví a sonreír- También me enseño a hacer anillos y demás cosas con unos alambres, me dedique a venderlos este ultimo tiempo. Hasta que tuvimos que huir del lugar y lo demás es historia, me encontraste en la cueva y aquí estoy.
—Ahora que lo mencionas... Al parecer todo marchaba bien, tenias un techo donde dormir y hasta vendías cosas ¿Que paso?
—Ese recuerdo si es desagradable... Un estúpido y odioso niño, el cual estaba acostumbrado a obtener todo lo que deseara, quiso entrar al patio trasero de la casa para utilizar el columpio. Le dije que no hiciera eso porque podría lastimarse ya que no estaba bien colocado, ademas tenia que irme, no podía cuidarlo -Asintió para que continuara.
Y eso hice, le conté exactamente lo que sucedió, como casi matan a mi amada a golpes y como sentí mucha furia para luego estar corriendo en cuatro patas por el bosque hasta que finalmente me encontraron.
Al parecer la historia de mi vida fue mas larga de lo que había imaginado puesto que el sol estaba bajando y había menos iluminación en el lugar, decidimos volver. También mencionó que podía ir a su biblioteca las veces que yo quisiera, que simplemente era libre de leer lo que gustase. Ademas dijo que una vez lleguemos me hablaría sobre algo de suma importancia. Espero que sea realmente importante porque tengo sueño.Finalmente pude ducharme y quitar todo el sudor y tierra de mi cuerpo. Afortunadamente el tatuado me dio algo de ropa para poder usar estos días, después de todo no tengo dinero con que comprar algo, tengo que pagarle en cuanto pueda.
Comencé a caminar en dirección a su despacho, debía verlo allí para hablar de quien sabe que, claramente mi amada venia conmigo. Mañana por la tarde tendré que darle un baño, esta limpia ya que lo hice hace un par de días, pero de igual forma no puedo descuidarla. Di tres golpes en la puerta y luego de escuchar su permiso entre, me senté frente a él y comenzó a hablar.—Como habrás escuchado, cuando nos encontramos a Lukas antes de entrar al bosque, dentro de dos días tengo que asistir a una reunión importante en una de las manadas vecinas -Asentí lentamente, no terminaba de entender- Necesito que vengas conmigo.
—¿Que? -Lo mire aun mas confundida- ¿Yo?... ¿Por que?
—Es difícil de explicar ahora, pero necesito que me hagas este favor. Se que puedo confiarte esta misión y que no harás nada estúpido -Nos observamos fijamente por varios segundos- ...¿Por favor?
—Ya que -Suspire- Tampoco es que tenga muchas opciones ¿Verdad? -Escuche como Pelu se estiraba- No contestes... Voy a ir sí, pero creo que esta de mas decir que ella viene con nosotros
—Claro -Me sonrió. Eso fue rápido, pensé que se negaría- Estoy seguro que ella nos seguiría de todas formas.
—Y ademas -Me miro atentamente- Nos debes una disculpa, a ambas... A mi por encerrarme y evitar que la vea -Apunte a mi amada- Y a ella por golpearla y obligarla a dejarme por tu estúpida amenaza -Abrió su boca para decir algo, pero continué- O desaparezco de este sitio y a la mierda con el estúpido entrenamiento... Y tu reunión.
La habitación quedó en silencio, parecía tener una lucha interna consigo mismo, no sabría decir si estaba enojado o sorprendido por mis palabras. Su extraño color no cambio, permaneció igual, luego de unos largos segundos suspiró mientras se ponía de pie y terminó por hacer una reverencia en un angulo perfecto de 90 grados. ¿Alguien me creería si le contase que el alfa esta haciendo esto?, realmente lo dudo, pero voy a grabarlo en mi memoria, no parece ser el tipo de persona que haga esta reverencia tan a menudo... Aunque sea la segunda vez que me pide disculpas, dos en un día ¿Sera su mejor récord?

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Ojos rojos
WerewolfEra inevitable, las llamas fueron participes de un intento desesperado por cambiar el destino que le amparaba. Finalmente pudo estar en paz... Pero olvido un pequeño detalle, una vez su destino fue pronunciado, ya no existía forma de cambiarlo. Deb...