Ojos rojos

#77

Sentada en el anteúltimo escalón de las escaleras enfoque mi vista en los tres licántropos que tenia enfrente, a mi lado se encontraba Noah intentando hacer lo mismo mientras acariciaba la cabeza de Pelusa. Nuestros planes fueron pausados por un bien mayor, aunque yo fui la causante de la demora por no querer levantarme del sofá, la platica que ocurría entre Daniel, Lukas y Demian era de suma importancia para ambos, después de todo estábamos directamente involucrados en la decisión que tomasen. 

No era necesario hablar con el turquesa para percatarme de que este opinaba exactamente igual que yo. Por el momento éramos unos espectadores silenciosos a la espera de un desenlace coherente, después de todo ante nuestros ojos sus palabras carecían de sentido común, sin mencionar el hecho de que no estaban pidiendo nuestra opinión cuando en realidad somos quienes mas importancia debían de tener en todo este asunto. Sin nosotros no había nada de que hablar. 

— ¿Acaso nos preguntaran algo o creen que seguiremos sus ordenes? -Susurre para que mi amigo me escuchase. Me observo y elevo sus hombros con un gesto de disgusto. 

—No tengo idea -Suspiro y paso una mano por sus cabellos colorados, estaba frustrado y sinceramente ¿Cómo no estarlo?- ¿Es idea mía o esto es demasiado...? -Al instante asentí, yo también lo pensaba. 

—Perfecto, solo tendremos que enviar el aviso a todos los alfas de la zona. El sábado nos reuniremos y luego de la cena anunciaremos oficialmente a nuestras parejas -Hablo Daniel con la seguridad que tanto lo caracterizaba. Al oír lo que parecia ser el veredicto final me puse rápidamente de pie, la fecha que concordaron era dentro de dos días. Este era el momento de intervenir. 

—Definitivamente no -Negue con mi cabeza, Noah hizo mi mismo gesto de negación- No me mal entiendan -Aclare con rapidez, esto podría terminar mal si no selecciono mis palabras con sumo cuidado- ¿Pero no creen que esto es demasiado apresurado? -Pregunte lo que hace pocos segundos el turquesa no tuvo necesidad de finalizar- Digo... El ataque ocurrió ayer y aun no sabemos como solucionar tu problema -Apunte con mi dedo a mi mate, haciendo referencia al hecho de que no puede transformarse. Pase mi mirada de Daniel a Demian, lentamente su esencia se oscurecía mas de lo normal, espere a que dijese algo pero Lukas se le adelanto. 

—Pero -

—No -Interrumpió el turquesa a su mate- Emma tiene razón, es demasiado pronto... Hay cosas mas importantes -Al oírlo no pude evitar sonreír, Lukas por su parte solo lo observaba con su brillante esencia tiñendo sus ojos, a la vez que se expandía como si tuviera intensiones de cubrir toda la habitación con su anaranjado. Ese comportamiento por parte de las esencias se me hace sumamente extraña, si bien no es la primera vez que noto esto, aun no logro descifrar el tipo de sentimiento que representa. 

Inclusive Demian sonrió al oír la interrupción del pecoso, aunque en realidad no sabría decir lo que el amigo de mi mate esta pensando, después de todo siempre observa a Noah de una manera extraña... Y sorprendentemente es al único que mira de esa forma. Sus ojos no reflejan odio. Al parecer, a diferencia de otros lobos, no lo considera inferior por ser un Omega, pero tampoco parece verlo como un igual, como si su mente fuera un caos y no supiera como sentirse. Parecia la mirada de una madre al enterarse que su hijo aprobó dos exámenes difíciles pero desaprobó uno básico; Orgullosa por un lado, pero enojada por el otro. 

—Comprendo la emoción que sienten... Pero si logramos esperar hasta ahora ¿Por que no esperar un par de días mas? -Sonreí y me acerque a Daniel-  Solo hasta que todo se calme y estemos seguros que nada malo vuelva a ocurrir ¿Si? 

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El día finalmente llego a su fin y por fortuna todo transcurrió con normalidad, lo único que podría decirse estaba fuera de lo común era la esencia de Demian la cual, luego de que Daniel aceptara posponer la fecha de mi presentación oficial, paso de estar oscurecida a brillar con intensidad sin mencionar el como en lo que resto del día comenzó a expandirse. Si bien su color se comportaba de manera extraña, y el cuerpo le sudaba, su actitud era la misma de siempre.