#07

2.4K 194 2
                                    

Mi cuerpo comenzó a doler y lentamente el pelo que me cubría desapareció. Al observarme me di cuenta que me encontraba completamente desnuda. Me cubrí horrorizada, era un lobo si, puede que suene ridículo que este haciendo esto, pero me daba igual, no quería que me viera. El lobo ladeo un poco su cabeza y de un momento a otro estaba encima mio lamiendo mi rostro. Al principio creí que me iba a comer, pero si no lo hizo hasta ahora... 

Una vez que se quito de encima lleve mis dedos a mi boca y silbe fuerte. Pocos segundos después un color amarillo fue apareciendo hasta que finalmente pude verla, con la mochila en su hocico. Se acerco lentamente al ver al gran lobo blanco a mi lado

—No te preocupes, es amigo... -Estire mi mano para que se acercara- Nos salvo la primera vez... Y ahora -Dije recordando cuando lo vi en la cueva y luego cuando se abalanzo sobre ese otro lobo, hace pocos minutos

Terminó de acercarse y se sentó frente mio, observando de mala manera a aquel lobo. Saque de mi mochila una remera y un short. El lobo solo me observaba, acerque mi mano lentamente para acariciarlo, este me lo permitió, hasta parecía encantado con mis caricias. De repente se levanto, asustándome a mi y a Pelu, nos miro y luego se fue corriendo. Que extraño

Me levante del suelo y observe el bosque, comenzamos a caminar hasta que me percate de que se escuchaban otras pisadas. Chasquee los dedos y ambas comenzamos a correr, no volvería a esa celda, no claro que no. Los pasos aumentaron la velocidad y estaban cada vez mas cerca, pero se detuvieron, ni siquiera quise voltearme a comprobar que era lo que me seguía, solo continué corriendo hasta que mis pies dejaron de tocar el suelo, todo a mi alrededor había dado un giro e involuntariamente solté un grito. Estaba colgando de cabeza y mi cuerpo se mecía hacia los lados. 

—¿¡Quien pone una trampa así en medio del bosque!? -Grité enojada mientras sacudía mi pierna atada. Genial ya me estaba mareando

Esta estúpida trampa consiguió agarrarme de un solo pie, nunca me sentí tan incomoda en mi vida. Pelusa comenzó a ladrar y saltar pero esta cosa me subió algo alto por lo que sus saltos, por mas grande que ella sea, son en vano. Suspire mientras buscaba la manera de poder liberarme sin romperme la cabeza o la espalda en la caída. 

El extraño color se hizo presente y solo deseaba que fuese el lobo blanco y no el tatuado... Me quede observando hasta que la figura de una persona se hizo presente, saliendo de detrás de un árbol mientras sonreía. Maldición.  

¿Él me había guiado hasta la trampa para atraparme o solo fue mi mala suerte? No tengo tiempo para delicadezas, si me dan a elegir entre una caída dolorosa, con posible contusión, o perder mi libertad nuevamente... Prefiero mil veces caer de cara al suelo. Agradecí todos los abdominales que estuve haciendo estos días, no era lo mismo, pero servia. 
Al ver que se acercaba a paso lento, deje de dudar y con una fuerza abdominal impresionante logre agarrar la soga que aprisionaba mi pie, como si mi vida dependiese de ello, ya que si volviese a quedar colgando no se si pudiera volver a esta posición. Intente aflojar el nudo mientras veía como el imbécil se acercaba con una estúpida sonrisa en sus labios. Observe a mi amada e hice una seña para que se corriese, no quería lastimarla. 

Una vez que pude entender como era el nudo y luego de aflojar un poco mi pie, mire hacia abajo, ella ya se había movido. Mire en dirección al tatuado y le sonreí de lado. Él pareció entender mi gesto, sus ojos se abrieron por completo, al parecer no se esperaba que consiguiera liberarme... Luego de caer debía comenzar a correr, no estaba tan lejos como para perderlo fácilmente.  

—¡Fuera abajo! -Grite mientras desataba el nudo de un tirón.  

—¡No! -Gritó desde su distancia

Cerré los ojos, ya estaba preparada mentalmente para el dolor. Mi espalda choco contra el suelo, supongo que un par de hojas, dentro de todo, amortiguaron mi caída... Pero no quita el hecho de que me doliese como el infierno. Gire en el suelo para poder pararme, me dolía no voy a negarlo. Observe al tatuado, no podría explicar su expresión, parecía preocupado pero no me engañara. La distancia entre nosotros había disminuido notablemente, estaba corriendo hacia nosotras. Con dificultad agarre mi mochila, se había caído cuando quede colgando, y comencé a correr. Vi como ella se fue hacia la derecha, no la seguí, no quería que él la atrapase. Comenzó a ladrar parecía preocupada... Intentaba decirme algo. 

—¡Cuidado! -Gritó a mis espaldas el de color extraño

Fije mi vista en el suelo, ya era demasiado tarde, ya estaba a pocos pasos de aquel cuadrado extraño de hojas, ya no podría frenar. Pise el comienzo del cuadrado y como supuse, todo ese sector se fue hacia abajo, un agujero, mis felicitaciones a quien lo haya cavado. Mi cuerpo comenzó a caer, pero un fuerte tirón en mi mochila evito esa caída de quizá 4 metros. Gire mi cabeza y lo observe, su color titilaba, tenía miedo. Estaba tumbado en el suelo, con una de sus manos me sostenía, con la otra se afirmaba a la orilla. 

—Tu mano -Dijo- ¡Dame tu mano!

Dude, pero para ser franca no tengo otra opción, no quiero seguir colgando. Levante uno de mis brazos y me subió rápidamente. Una vez en la seguridad del suelo, mi única familia se abalanzo sobre mi y comenzó a lamerme. Por un segundo recordé al lobo. Acaricie su cabeza para que estuviese tranquila, sentado a nuestro lado observándonos estaba el idiota de color extraño, si acababa de evitar que cayera pero no voy a olvidar como golpeo a mi amada... Ademas él ordeno que me encerraran, sigo molesta. 

—¿Estas bien? -Preguntó al fin- ¿No te lastimaste?

—Ignorando el hecho de que caí de espaldas, al suelo, al liberarme de la primera trampa -Lo mire- Y el que casi caigo por un hoyo de 4 metros de profundidad... Creo que si, estoy bien 

—Ya entendí... -Suspiró y se levanto. Ambas lo miramos- Vamos, hay que volver

—¿Perdona? -Una risa escapo de mis labios- ¿Volver? ¿Para que me vuelvas a meter en una sucia celda? No gracias... -Me levante, quedamos frente a frente. Aunque él era mas alto que yo

—No voy a meterte allí de nuevo -Intento tocar mi hombro pero el gruñido de Pelu causo que detenga su movimiento- Lo prometo

—¿Por que debería confiar en tus palabras? -Alce una de mis cejas

—Acabo de salvarte...






Ojos rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora