Ojos rojos

#31

Comencé a caminar hacia la habitación del tatuado, golpee dos veces y espere a que me dejase entrar, pero nada. Mire a mi amada la cual no parecía muy feliz de estar frente a esta puerta, me agache para acariciarla y ordenarle que me espere fuera. Al notar que no recibiría ninguna respuesta me adentre en la habitación. Todo estaba tal y como lo recordaba. 

—¡Hey! -Dije mientras me acercaba al escenario para la cama, justo donde estaba sentado el tatuado- ¿Por que tan deprimido? -Pregunté mientras rápidamente subía los escalones, una vez estuve a menos de un metro de distancia me agachaba frente a él. No se movió, ni siquiera me miro.

— No dije que podías entrar -Apreté mis labios al recordar como se adentro en mi habitación hace un par de horas- No se de que estas hablando, no estoy deprimido -Continuo observando sus manos. 

—Claro que lo estas -Dije ignorando su primer comentario mientras observaba la claridad de su color, podrá decir lo que quiera pero esta cosa es a prueba de mentiras- Además estas encerrado hace mas de tres horas... Y yo que creía que un alfa estaba ocupado la mayor parte del tiempo, al parecer solo te gusta tontear en tu oficina -Finalmente se digno a levantar su rostro. Cuando nuestras miradas se cruzaron lo único que sus ojos me transmitían era confusión.  

Luego de explicarle que realmente estuvo encerrado tanto tiempo y ya con mi trabajo hecho, puesto que por fin se dignaría a salir de su habitación, me puse de pie para comenzar a caminar hacia la puerta dispuesta a irme. Pero antes de tan siquiera dar un paso para iniciar mi retirada, sentí como sus brazos me rodeaban por encima de los hombros pegándome instantáneamente a su cuerpo. Gire mi cabeza confundida ¿Ahora que mosca le pico?  ¿Y cómo rayos se levanto tan rápido? 

—Lo siento -Soltó suavemente en un susurro- Siento haberte gritado... Es solo que encontramos mas cuerpos en el bosque y además ese sujeto -Dijo refiriéndose al Rouger que había quedado en la trampa y llevaron a la sala de interrogatorios- Dijo que te vio con alguien mas. 

—No recuerdo haber visto a nadie en mi caminata -Conteste mientras giraba con dificultad, para poder verlo mejor- Pero... ¿Realmente era tan difícil preguntar sin elevar el tono de tu maldita voz? -Su color se aclaro aun mas, mierda ¿Se esta deprimiendo mas que antes? esto es desesperante ¿Qué se supone que debo hacer?

 ~A veces las personas no quieren que les digas nada, solo necesitan que las escuches y abraces~    

Las palabras de mi madre resonaron en mi cabeza. Realmente pareciera que están observándome desde algún lugar, siempre recuerdo sus consejos cuando más los necesito. Siempre me salvan. 
Sin dudarlo obedecí a mama, pase mis brazos suavemente por su espalda, abrazándolo tal y como él lo estaba haciendo conmigo. Lentamente aflojo su agarre mientras comenzaba a sentarse en la cama pero una vez completo su acción envolvió sus brazos en mi cintura, pegándome nuevamente a él.  Apoye mis manos en sus hombros para alejarlo pero lo único que conseguí fue que su agarre se intensifique.

—Lo siento -Susurro. Su respiración choco con mi piel causándome un pequeño escalofrió- Solo quedémonos así un poco... Por favor -Claro, es muy fácil para él decirlo. 

Sin saber que mas hacer y siendo prisionera de su abrazo acerque mis brazos lentamente hasta su cabeza, la cual descansaba en mi pecho, y comencé a acariciar su cabello con una mano, la otra simplemente descansaba en su nuca. Al instante en el que di la primera caricia sentí como se estremeció mientras su respiración se hacia mas pausada y su color gradualmente volvía a la normalidad. 

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—Okey... ¿Ahora que se supone que debo hacer? -Suspire mientras continuaba acariciando la cabeza del tatuado, por lo menos eso me distraía y me mantenía en calma. Podría decirse que es hasta desestrasante- ¿En serio te dormiste? -Pregunte mientras intentaba separarme un poco, pero nada, su agarre seguía firme- Daniel... Ni siquiera cenaste ¿Cómo es posible que te hayas dormido?