—Oh, miren quien esta aquí... -Contesto el anaranjado- Justo a tiempo ¿Verdad Liam? -El nombrado guardo silencio- ¿No piensas hablar? Bien... Entonces lo haré yo -Me sonrió de manera extraña y comenzó a acercarse a mi. Pelusa se puso delante mio, ella también notó algo raro- Querida Emma, querías saber por que discutíamos ¿verdad? -Asentí desconfiada- Puedo decírtelo, la razón es-
—¡Eros! -Lo interrumpió en un grito, causando que me sobresaltara- ¡Largo! -Gruño furioso- Yo me encargo del resto, puedes retirarte -Dijo intentando sonar calmado, pero su color seguía igual de oscuro.
Finalmente Lukas salio de la habitación, su color tardo en desaparecer por completo, seguía sin entender que acababa de pasar ¿Que hizo que ambos actuasen de esa forma?. El lugar quedo en completo silencio, lentamente el color del tatuado fue volviendo a la normalidad, aunque aun permanecía algo oscuro. Sus ojos volvieron a ser grises, era 100% Daniel. Me acerque lentamente a él, no se movía, toque suavemente su hombro liberándolo de su trance.
—¿Estas bien? -Volví a hacer otra pregunta estúpida pero asintió- Podrías... ¿Ayudarme con esto? -Dirigió su mirada a los libros que tenia en mis manos, rápidamente los agarro.
—Claro -Me sonrió y finalmente su color volvió a ser le de siempre.
Realmente quería saber que ocurría, pero era mas que claro que no me lo diría, por lo que decidí cambiar de tema para romper la tensión que había quedado en la habitación luego de la retirada del anaranjado. Finalmente nos informaron que la cena estaba lista, fui rápidamente a buscar el recipiente donde mi amada come y volví a la escalera donde ella me estaría esperando, lo mas extraño fue ver que no estaba sola, el tatuado estaba a su lado y no parecía querer matarlo, supongo que comienza a confiar mas en él.
Los tres bajamos y nos pusimos en nuestros lugares, pero Daniel movió sus cosas a mi lado, esto es extraño. Hace bastante tiempo que no compartimos mesa, ya me había acostumbrado a ver el lugar vació y terminar comiendo con las señoras que se encargan de la limpieza.Al ver la cantidad de objetos que comenzó a mover gire mi cabeza hacia mi lugar ¿Que es todo esto? ¡¿Por que hay tantas cosas?!
—Por favor no -Dije en un susurro- ¿Que hice yo para merecer esto? -Daniel rió a mi lado- Esto no es gracioso, ¿Enserio vas a arruinar el momento mas feliz del día? -Asintió sonriente.
Tal y como me temía, inicio la lección, comenzó a explicarme para que servían todo lo que tenia enfrente. Cuanto mas me explicaba, mas absurdo se me hacia ¿Por que tienen tantas cosas? ¿No es mucho mas fácil utilizar el mismo tenedor y cuchillo para todo? Cuchillo para el pan, cuchillo para la ensalada, cuchillo principal ¿¡Que tipo de mal chiste es este!? ¡¿Para que rayos quiero tres copas?!
Enfrente mio tenia dos platos; uno grande, el plato principal, y otro mas pequeño, el plato de ensalada. Este ultimo estaba colocado encima del principal. A la derecha de los platos tenia el cuchillo principal, el mas grande y que se encontraba mas cerca del plato, alado de este estaba el cuchillo para ensalada el cual era un poco mas chico y finalmente, en el extremo, la cuchara para sopa. En el lado izquierdo, mas cerca del plato estaba el tenedor principal, alado de este el tenedor de ensalada, que era mas pequeño que el principal, y en el extremo la servilleta.
En frente de los platos se encontraban el tenedor para pasteles y la cuchara para el postre, esta ultima se encontraba mas ''lejos''. A la derecha tres copas que eran para tres cosas distintas, pero la única que me importaba era la del agua. Y finalmente del lado izquierdo un plato pata el pan junto con su cuchillo y alado de estos la taza para el café o té.Y finalmente luego de escucharlo hablar pudimos comenzar a comer, tenia miedo de equivocarme pues sabia que si lo hacia él volvería a explicarme para que era cada cosa y realmente no tenia ganas de volver a oírlo. Afortunadamente esto no sucedió y pudimos disfrutar tranquilos de la cena. Varias veces desvié mi mirada a Pelu, como la envidiaba, no tiene que preocuparse por usar tacones, los cuales aun tengo puestos, esto no es sano, tampoco debe preocuparse por qué tenedor debe usar para la puta ensalada.
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Ojos rojos
مستذئبEra inevitable, las llamas fueron participes de un intento desesperado por cambiar el destino que le amparaba. Finalmente pudo estar en paz... Pero olvido un pequeño detalle, una vez su destino fue pronunciado, ya no existía forma de cambiarlo. Deb...