Y luego de lo que para mí fue una eternidad, logre volver a la habitación. Ya habíamos almorzado los tres juntos y, después de lo que supuse fueron dos horas, el de singular color había dejado la manada para cumplir con sus obligaciones de Alfa.
Fue mas difícil de lo que creí, por un momento pensé que no lo conseguiría pero gracias a la ayuda de Lukas pudimos hacer que el tatuado finalmente acepte ir a la reunión, aunque tuve que prometerle diversas cosas, además de tener que alimentarme bien y mandarle una fotografía como evidencia, debía ir con el anaranjado en caso de necesitar algo, sin mencionar las veces que repitió que si, por alguna razón, quiero que vuelva solo debo llamarlo, él volvería corriendo si es necesario.
Me acerque lentamente a la cama, donde mi amada seguía recostada y comencé a acariciarla suavemente. Luego de un rato me puse de pie y comencé a pensar en que podía hacer, tenia el resto de la tarde para mi sola, casi había olvidado como se sentía estar sin Daniel a mi lado. Baje los escalones y me puse de pie frente al sofá, me recosté en el suelo y comencé con mi rutina de ejercicios. Cuando finalmente sentí que mi cuerpo había excedido su limite decidí detenerme, bebí un poco de agua y me acerque al vestidor para agarrar algo de ropa, me bañaría para eliminar todo rastro de sudor y suciedad que había en mi cuerpo.
«:»
—Mama... ¿Quién es él? -Pregunté al notar una esencia diferente entre la multitud. Misma que lleva rondando cerca de casa hace un par de días, curiosamente ocurre siempre que me encuentro sola. Aun no podía descubrir a quien pertenecía.
—¿Cielo de quien hablas? -Preguntó papa preocupado mientras miraba hacia las demás personas- No veo a nadie... -Efectivamente, aquel color había desaparecido- Apresurémonos, ya es algo tarde -Sin prestarle mas atención por el momento continuamos con nuestro camino.
Una vez frente a la puerta esperamos pacientemente a que mi tío nos abra, un día como hoy hace dos años mi abuela había fallecido y pasaríamos el día recordándola en familia. Algo aburrida comencé a acariciar la cabeza de Pelusa la cual se limito a observarme con sus hermosos ojos amarillos mientras su color brillaba de felicidad, finalmente la puerta se abrió y todos nos adentramos. El azulado intercambio abrazos con mis padres, luego se posiciono a mi altura y me abrazo, pero este fue uno considerablemente mas corto. Todos lo notamos pero nadie dijo nada, pues nuestra relación si bien es normal, nunca fue muy afectiva.
La tarde transcurrió con normalidad y ya estábamos preparando nuestras cosas para marcharnos a casa. De igual forma no me coloque mi abrigo y permanecí jugando con mi amada pues, por alguna razón que ni mama ni yo comprendemos, papa siempre comienza a platicar con mas entusiasmo cuando tenemos que marcharnos dejándonos de pie a un lado de la puerta por mas de media hora.
—¿Alguien nuevo en el pueblo? -Preguntó mama captando mi atención- Que extraño aun no lo hemos visto.
—Ya tendrán oportunidad de conocerlo, es muy agradable -Contestó el hermano de papa- Afortunadamente hablamos en varias ocasiones y -Unos golpes en la puerta lo interrumpieron, todos intercambiamos miradas. El azulado camino hacia la entrada y abrió lentamente, mi amada permaneció a mi lado observando fijamente hacia la puerta- Oh, adelante llegas justo a tiempo. Estaba contándole a mi hermano sobre ti.
Me puse de pie dispuesta a acercarme justo como mis padre lo habían hecho para poder saludar al recién llegado, pero al ver aquel color Beige me detuve, nuestras miradas se cruzaron y me regalo una sonrisa la cual causo que se me helase la sangre. Involuntariamente di un paso hacia atrás. Él es el causante de aquel color, fue él a quien vi esta tarde y sin lugar a dudas es él quien estuvo merodeando cerca de casa estos últimos días.

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Ojos rojos
Lupi mannariEra inevitable, las llamas fueron participes de un intento desesperado por cambiar el destino que le amparaba. Finalmente pudo estar en paz... Pero olvido un pequeño detalle, una vez su destino fue pronunciado, ya no existía forma de cambiarlo. Deb...