#25

1.6K 143 3
                                    

—¡Por favor! -Volví a gritar mientras corría detrás de él, intentando alcanzarlo. Comenzó a correr mas rápido.

Hace varios segundos inicio nuestra persecución, nos estábamos adentrando al bosque, mi amada corría a mi lado para no perdernos. Desde que este chico se percato de mis intenciones comenzó a huir y para ser franca tiene bastante ventaja, cada vez se aleja mas. Me siento realmente inútil ''corriendo'' con estas cosas. Me tire al suelo y rápidamente me los saque, mis pies tocaron la fría tierra y recordé los viejos tiempos, cuando corría descalza por el bosque hace unos 5 años. Sonreí de lado, agarre los zapatos con mi mano libre y comencé a correr, esta vez mucho mas rápido que antes. La distancia que nos separaba ahora, era mucho menor.

—¡Detente! -Grité. Ya estaba enojandome- Dije que... ¡Pares! -Solté con rabia mientras tiraba uno de mis zapatos en su dirección. Terminó recibiendo el impacto justo en su cabeza causando que este pierda el equilibrio y caiga al suelo. 

Rápidamente le hice una seña a mi amada para que le salte encima. Así lo hizo, de esta forma no escapará, no podía permitirlo no después de que la herida haya sido abierta por sus palabras. Él sabia algo. Agarre mi zapato y me senté frente a él.

—Hola -Dije intentando recuperar el aliento. Observó mis manos y abrió sus ojos con sorpresa.

—¿¡Me tiraste un zapato!? -Pregunto horrorizado mientras se sentaba- Que manera tan peculiar de dar las gracias -Resopló. 

—Basta de juegos -Dije- ¿Estuviste siguiéndome? -Negó con la cabeza- ¿Es la primera vez que nos vemos? -Pregunte entrecerrando los ojos. Asintió en respuesta- No mientas, recuerdo muy bien nuestro encuentro en la manada, evité que te golpearan, evitaste que me cayera -Me acerque a su rostro mirando fijamente sus ojos marrones- Es imposible olvidarlo -Apunte a mi cabeza mientras me alejaba.      

—Al parecer si me recuerdas -Me sonrió. Jamas he olvidado un color, y el verde agua es bastante lindo- ¿Como te fue con el entrenamiento? 

—No me cambies de tema -Fruncí mi ceño- ¿Que significa esto? -Apoye la carta en el suelo, junto con la flecha, y se la acerque- ¿Que sabes sobre la muerte de mis padres? Alguien los mato ¿Verdad? -Asintió- ¿Esa persona... quería que yo muriese? -Asintió nuevamente. Al instante sentí como se formaba un nudo en mi garganta dificultandome respirar- ¿Por qué? -Lo observe esperando una respuesta, pero no dijo nada. Repentinamente empece a sentir picazón en mi nariz y mi vista comenzó a cristalizarse- ¿Quien fue?... -Nuevamente silencio- ¿¡Quien fue!? -Grité mientras las lagrimas comenzaban a escapar de mis ojos.   

—No puedo decir mas, no en este bosque... Los arboles nos escuchan -Mire alrededor confundida. Él se puso de pie- Tengo que irme, notaran mi presencia.

—Por favor -Agarre su brazo para que no se aleje, mas lagrimas comenzaron a recorrer mis mejillas- Quiero saber la verdad -Suspiró y se arrodillo frente mio, apoyando una de sus manos en mi rostro. Con su pulgar limpio el rastro de mis lagrimas- Por favor... -Supliqué. 

Abrió su boca para decir algo pero un grito a la distancia se lo impidió, voltee mi cabeza en dirección a aquel sonido. Daniel se dio cuenta de mi ausencia y al parecer estaba buscándome. Al devolver mi vista al frente él ya no estaba. Me puse de pie rápidamente y comencé a mirar en todas direcciones, pero nada, ¿Donde estaba? No pudo haber desaparecido así como así. Mire a Pelusa, parecía sorprendida, ni siquiera ella pudo ver cuando se fue. Una brisa soplo y en esta pude oír su voz, en un susurro casi inaudible; ~Lo siento~.

Se fue, la única persona que podría decirme algo se había ido. Mire al suelo, la nota seguía allí pero la flecha ya no estaba, en su lugar solo había una piedra y varias ramas.

 —Estamos en medio del bosque, seria raro que no veas ese tipo de cosas -Comentó Keira. Al parecer ya había despertado- Deberías apresurarte, se esta acercando. 

Rápidamente agarre la nota y la metí en mi mochila, pude escuchar fuertes pisadas acercándose rápidamente. Me senté en el suelo, apoyándome en un árbol y levante mi vista al cielo, mi amada se acostó a mi lado e imito mi acción. Miré hacia las dos estrellas mas brillantes y estire mi brazo hacia estas mientras cerraba los ojos. 

—Descubriré la verdad -Susurré mientras volvía a abrir mis ojos, estaba decidida a hacerlo- Lo prometo... Aunque sea lo ultimo que haga.  

—¡Emma! -Salio corriendo de detrás de un árbol pasando justo enfrente mio- ¿¡Donde es -Me miro confundido, simplemente le sonreí y salude con mi mano- ¿Que paso? ¿¡Por que te fuiste!? -Gritó furioso.

—Shhh -Lleve uno de mis dedos a mis labios- Todo es muy ruidoso, solo quería un momento de paz. La música no llega hasta este lugar -Cerre mis ojos esperando haber sido lo suficientemente convincente, no podía decirle lo ocurrido, no hasta saber quien es el responsable de todo- Volvamos -Dije después de varios segundos.

Me ayudo a ponerme de pie y agarro mi mochila, para llevarla él. Sacudí mi vestido, seguramente tenia algunas hojas en la falda. Comenzamos a caminar de regreso, lentamente el volumen de la música se hacia mas fuerte. Pelu se adelanto un par de pasos.

—¿Donde estabas? -Pregunté rompiendo el silencio. Recién recordaba que había desaparecido de la fiesta- Simplemente te fuiste -Me miro sorprendido. 

—Tuve que salir un momento -Lo observe para que continué- Tenia que hablar de algo importante con un viejo amigo -Asentí mientras devolvía mi vista al frente.

Una vez entramos al lugar nos dirigimos a nuestra mesa, pocos minutos después las luces se encendieron, causando que todos los invitados se vayan a sus lugares, llego lo que tanto estaba esperando la hora del postre. Sonreí ampliamente al ver como un carrito con distintos platillos  se acercaba a nuestra mesa, cuando finalmente llego fui la primera en elegir sin importarme lo que los demás dijeran. Espere educadamente a que todos tuviesen sus postres y comencé a comer mi helado felizmente.

»»»»»:«««««

—Vamos Emma -Dijo Daniel agarrando mi brazo- Es hora de subir. 

—¿Ehh...? Pero ya hice amigos -Logre soltarme de su agarre y continué bailando con los dos chicos- Ya después te alcanzo -Le sonreí mientras continuaba moviendo mis caderas. 

Luego de que terminamos los postres las luces volvieron a apagarse y como estar sentada haciendo nada era aburrido decidí bailar como el resto, me encontré con estos dos chicos y desde entonces estamos bailando juntos. La música cambio y comenzó a sonar una melodía que ya conocía, inconscientemente hice una mueca de desagrado al recordar las duras y largas clases de baile. Ahora necesitaba una pareja, mire hacia el frente y ambos chicos me sonrieron. Antes de que tan siquiera pudiese hacer un paso para bailar con uno de ellos, mi brazo fue jalado hacia atrás seguido con un fuerte gruñido, por el repentino movimiento y por culpa de los malditos zapatos, perdí el equilibrio chocando mi frente con el responsable de esta extraña situación.  


Ojos rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora