—¿Símbolo? -Pregunto confundido- Oh... ¿Te refieres a esto? -Llevo su mano hacia su hombro y señalo hacia abajo. Asentí y él giro en mi dirección- Es... algo que preferiría olvidar, lo tengo hace mucho tiempo -Soltó un pequeño suspiro y volvió a voltearse para que pudiese verlo mas de cerca- Puedes tocarlo si quieres -Añadió.
Al pasar mis dedos por su piel pude percatarme del relieve que esta herida mantenía, al verlo mas de cerca este detalle se vuelve evidente, imposible de no ver. La marca poseía un circulo debía de tener un radio de, aproximadamente, unos 3 centímetros mientras que las dos líneas que lo atravesaban por la mitad formando una cruz, y que además sobresalían del circulo, median quizá 8 centímetros. Si bien en un principio creí que se trataba de uno de los símbolos que Erick había dibujado en realidad tienen pocos elementos en común, los que el arbóreo me entrego tienen, por decirlo de alguna forma, mas figuras.
—¿Por que la línea se transforma en picos? ¿Qué significa? -Pregunte siguiendo el trazo de su herida- ¿Duele? -Detuve mis dedos al notar como el pecoso se movía levemente por mi tacto.
—No... Solo pica un poco -Contesto- Según tengo entendido es debido a las irregularidades que sufrimos -Me mantuve en silencio intentando comprender el sentido de sus palabras- Esa herida es una vieja costumbre que aun perdura en algunas manadas pequeñas... Si tienes la desdicha de ser un omega te marcan con un hierro caliente, como un animal de corral.
—¿Que? -Pronuncie al terminar de oír sus palabras- ¿Estas hablando enserio? -Lo tome del hombro y lo gire en mi dirección quedando frente a frente, obligándolo a observarme. Sus ojos se habían cristalizado y simplemente se limito a asentir- Lo siento, no tuve que haber preguntado -Ignorando por completo que lo que cubría su desnudez era una toalla en su cintura lo abrace, intentando que olvidase aquel recuerdo tan doloroso. ¿Quién fue el primer demente que comenzó con esa estúpida cosa? Solo espero que los animales del bosque estén jugando con sus huesos.
—No te preocupes, siempre supe que tendría que explicarlo en algún momento -Sonrió separándose de mi cuerpo, su esencia se mantenía brillante- También supuse que serias la primera en saberlo... Eres muy curiosa -Añadió riendo y con una falsa indignación golpee con suavidad su pecho- Esta empezando a hacer frio, ve a poner una película quiero recostarme mientras pueda.
Asentí y camine hacia fuera dejándolo finalmente solo para que pudiese cambiarse en paz. Coloque una mano en mi pecho y trate de estabilizar mi corazón, respirando mas lentamente, había tenido demasiadas emociones juntas en muy poco tiempo, por lo que mi corazón aun necesitaba calmarse y mi mente procesar las palabras de mi amigo. Inclusive por un segundo imagine lo peor.
¿Por que alguien querría hacer algo como eso? Si mal no recuerdo los omegas siempre fueron considerados inferiores e inclusive solo se los veía como una incubadora o una especie de juguete, si sus vidas ya de por si son difíciles ¿Por que someterlos a mas sufrimiento del que ya tienen? ¿Marcarlos con hierro caliente? Eso ya es demasiado, sin mencionar que no cumple ningún tipo de función, se supone que un licántropo puede distinguir con solo oler si el lobo que tiene delante es una Alfa, Beta u Omega. El marcarlos de esa forma tan bestial no tiene sentido ni tampoco funcionalidad, no tiene razón de ser, ¿Entonces solo lo hacen por diversión? ¿Quién puede divertirse con esto?... No, jamás podre entenderlo y no tiene sentido que intente empatizar con ese tipo de mente perversa.
Unos leves rasguños llamaron mi atención, con una sonrisa en mis labios me acerque a la entrada de la habitación y abrí la puerta, rápidamente el cuerpo de mi amada se hizo presente y sin perder mas tiempo se adentro. Aprovechando esta oportunidad saque mi cabeza por el umbral de la puerta y observe ambas direcciones del pasillo, no había ninguna esencia a la vista o al menos no que fuesen pertenecientes a los habitantes de la manada por lo que si es que alguien se encontraba en la casa de seguro debían estar lejos de la habitación.

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Ojos rojos
LobisomemEra inevitable, las llamas fueron participes de un intento desesperado por cambiar el destino que le amparaba. Finalmente pudo estar en paz... Pero olvido un pequeño detalle, una vez su destino fue pronunciado, ya no existía forma de cambiarlo. Deb...