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—¡No, no, no, no! -Dije desesperada mientras pensaba en que hacer, a este paso podría morir. Tenia varias quemaduras esparcidas en todo el cuerpo y su cabeza estaba ardiendo. Esto era una mala combinación- Pelusa mi mochila -Le hable para que la agarrase. Rápidamente tome un poco de agua y le serví otro poco a ella, una vez estuvimos listas moje toda la remera que había utilizado para que el verde agua bebiera y se la ate en la cabeza, con ayuda de unas hojas -Por favor aguanta un poco mas -Pronuncie con esperanzas de que me escuchase. Respire profundo y lo coloque en mi espalda. Lentamente me puse de pie, esto seria difícil, debía transformarme si quería que sobreviviera. 

Cerré mis ojos y comencé a nadar entre mis recuerdos, concentrándome en la intensidad de estos, recordé a mis padres y la explosión, a los tres pequeños niños y a aquel lobo abalanzándose sobre ellos, luego a Pelu y al asqueroso Rouger que la golpeo, a mi amigo enseñándome sus trucos y como ahora su vida dependía completamente de mi. Todos esos recuerdos tenían algo en común, compartían un mismo objetivo, el detonante que faltaba en los entrenamientos con Markus.

Y tal y como si Keira hubiera estado esperando este momento hacia ya tiempo logre oírla aullar mientras que mis huesos comenzaban a sonar y a agrandarse, acomodándose así a mi forma lobuna. 

—Tendrás que hacer esto rápido, estas muy cansada y podrías desmayarte -Advirtió. 

—No te preocupes... Llegaremos a la manada -Conteste segura a la vez que comenzaba a correr junto a Pelusa.

—¿Lo llevaras a la manada de Daniel? -Cuestiono algo insegura- No creo que sea buena idea. 

—No hay otra opción... ¿Tienes alguna otra idea? -Pregunté dispuesta a oír alguna respuesta de su parte, pero nada- Eso creí.  

No la culpo. Si bien la idea de llevarlo donde el tatuado no me terminaba de gustar, realmente no tenia mas opción si quería que se recupere, luego pensare en que decirle al Alfa supremo.
Además no podríamos atravesar los Atajos por lo que el camino seria aun mas largo. El tiempo es nuestro enemigo.
El cansancio nos vencía poco a poco, por lo que nuestros pasos se volvieron cada vez mas lentos, pero afortunadamente estábamos cerca.

—Emma, tienes que volver a tu forma humana -Dijo entre jadeos- No lo lograremos, te desplomaras mucho antes de llegar. 

—Solo un poco mas... Por favor -Suplique con la esperanza de que así el cansancio desaparezca.

—Me encantaría pero no ya no depende de mi, una vez alcances tu limite volverás a la normalidad -Suspiro. Estábamos exhaustas-  Apresúrate y no olvides beber agua y comer algo rápidamente. 

Continuamos corriendo por varios minutos hasta que finalmente mi cuerpo comenzó a doler y aquellos sonidos se hacían presentes. Mierda. Sin poder evitarlo caímos al suelo, aparte suavemente a Erick y lo recosté a mi lado, en este momento agradecía que estuviese desmayado, de lo contrario me hubiese visto desnuda.
Pelu me dio la mochila y rápidamente me coloque una de mis prendas sucias, di un gran sorbo de agua de nuestra ultima botella y le serví a mi amada para que también se hidratara. Abrí una de las latas que quedaban en la mochila y comenzamos a comer lo mas rápido que pudimos mientras que intentábamos recuperarnos. Volví a hidratar a Erick con uno de los extremos de la prenda que coloque en su cabeza y la humedecí nuevamente para que su fiebre no suba. Logramos hacer todo en 5 minutos. 

Suspire y a duras penas coloque al verde agua en mi espalda, para continuar lo mas rápido que el peso y el cansancio me permitiera, no estábamos tan lejos pero aun faltaba. Luego de varios minutos en los cuales podía sentir como cada paso se volvía aun mas pesado note como estábamos a tan solo unos 300 metros de distancia, pero en este punto lo único que causaba que mi cuerpo se moviese era mi fuerza de voluntad y mis deseos de salvarlo. No podía decirle a Pelusa que vaya a buscar ayuda puesto que ella era la mas cansada de ambas. Quería detenerme pero si hacia ya no podría continuar. 

Ojos rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora