—Por favor... No es necesario probarme todo esto -Me senté en el sillón de la tienda- ¡Por dios, me duelen los pies! ¡Que alguien me los corte!
—No exageres -Dijo burlona- Te ves bien.
—Oh... Genial, porque verme bien evitara que mis pies sangren, si como no -Me queje- Por que no cambiamos de lugar ¿Si quiera es verdad que sentimos el mismo dolor?
—Si, para ser sincera deseo arrancarte esas cosas a mordidas -Admitió- Pero me niego a perder contra este idiota -Gruñó- Así que te aguantas.
—¿Me estas escuchando? -Pregunto enojado- Esto no es un juego Emma.
—No seas tan gruñón -Volví a pararme- Quiero que sepas que una vez termine este estúpido reto y gane, vas a sufrir tanto como lo estoy haciendo ahora -Quite las prendas de sus manos y me adentre, nuevamente, al probador.
Luego de quien sabe cuanto tiempo entrando en diferentes tiendas y probándome cada cosa que el anaranjado me diese, terminamos por comprar solamente dos putos conjuntos. De los cuales, gracias a mi constante insistencia, tienen un precio normal, aceptable, accesible. Todo lo que usaría seria pagado con la pobre tarjeta de Daniel por lo que solo accedí a probarme cosas que según Lukas eran ''demasiado baratas '' por lo tanto eran ''De mala calidad''. Claramente poco me afecto su comentario, no estaba dispuesta a gastar una fortuna que ni siquiera era mía por un estúpido pedazo de tela que en otro lugar vale muchísimo menos solo por no tener una maldita etiqueta con el garabato de alguna marca, eran literalmente las mismas prendas.
—¿Ya no te molestan? -Apunto hacia los zapatos.
—Ni siquiera puedo sentir mis pies -Sonreí resignada mientras acomodaba las dos bolsas de la tienda en una mano- Antes de volver... -Me observo- ¿Podemos ir por un helado? -Asintió con una sonrisa.
Caminamos hasta encontrar la heladería que habíamos visto mientras buscábamos la ropa que tendría que usar, nos adentramos e hicimos nuestros pedidos.
Cerré mis ojos milímetros antes de que mi lengua tocase mi helado, visualice mentalmente a mi padre comiendo uno de sus helados tan peculiares. Siempre que lo recuerdo en esta situación no puedo evitar sonreír, los sabores que elegía eran extraños, por separado totalmente normales, pero al pedirlos juntos... Los empleados lo miraban raro, y no es para menos, menta con chocolate, frutilla y calabaza, no es algo que se escuche muy seguido.
Volví a sonreír, comencé a abrir mis ojos lentamente y la imagen de papa fue desapareciendo a medida que mi helado se acababa.Una vez terminamos salimos del sitio y nos adentramos en el bosque para poder encaminarnos hacia la casa del imbécil tatuado. Ya me acostumbre a decirle así...
Este lugar estaba algo alejado de la manada, según entendí esas tierras eran del alfa de color extraño, pero permitía que personas de otras manadas entrasen a esa parte para comprar productos, claramente solo había un camino y esta todo perfectamente vigilado. Yo a todo este sitio lo llamaría plaza comercial de licántropos para licántropos. Lamentablemente solo visitamos las tiendas de ropa pero quiero creer que hay variedad de productos.Para llegar tuvimos que movernos por el bosque, claramente yo no pude transformarme por la apuesta de los zapatos, ademas aun no puedo controlar mis transformaciones, así que básicamente viaje encima del pobre lobo de Lukas... Que si mal no recuerdo se llamaba Eros, sus ojos casi negros intimidan un poco, pero es bastante coqueto y simpático.
Si bien quería volver lo antes posible para poder ver a mi amada, la cual no pudo acompañarnos porque no se permiten perros, lo que es estúpido porque técnicamente todos son mitad perro, pero no les digas así porque se van a enojar. El punto es que quiero verla, si, pero también sé que al volver tengo que seguir practicando y estudiando.
Me subí encima del lobo marrón con blanco, ya había aceptado mi destino.~El destino no puede no puede cambiarse, solo atrasarse, pero jamas cambiarse~ Sabias palabras de mama.
»»»»»:«««««
—¡Apuesto a que esta vez lo hiciste apropósito! -Dijo intentando no reírse. No le dolió y lo sé.
—¿Y qué si así fue? -Dije mientras continuábamos bailando- Por favor terminemos con esto de una vez. Prefiero leer y aun me faltan cuatro libros.
Una vez practicamos otras tres veces cada baile y luego de asegurarse de que lo hiciera perfecto pasamos a la lectura para ''despejarme'', por elección es divertido pero ahora que estoy obligada a hacerlo mi mente se bloquea y se niega a retener la información, por lo que recordar todo lo que leía fue algo difícil.
Finalmente llego la noche, se acercaba la hora de cenar y por fin acabaría este día. Una vez el reloj marco las 8 cerré mi libro, agarre los demás y subí a mi habitación, continuaría leyendo mas tarde, había comenzado a leer uno interesante, hablaba sobre las leyendas y las creencias de estas personas. Observe a mi amada y la acaricie, luego de un rato nos pusimos a jugar con la pelota que uno de los muchachos de la manada le había obsequiado. Ella corría feliz por la habitación y una vez que atrapaba la pelota, volvía felizmente a mi lado para que volviese a lanzarla.
Rápidamente recordé al chico color verde agua. Que extraño, no volví a verlo en los entrenamientos, tampoco en la manada, ni siquiera hay rastros de su color.Una vez que ella recibió su dosis de amor, agarre los libros que ya había acabado, los dejaría nuevamente en la biblioteca del tatuado, dejándome así solo dos libros en la mesita de noche.
Comenzamos a caminar hacia su oficina, mientras mas me acercaba mas pesado se ponía el ambiente, pude notar como la puerta se encontraba algo abierta, de esta salia un oscuro color anaranjado, alenté mis pasos. Considere volver luego, esta vez no quería escuchar nada, menos aun si Lukas estaba así de enojado.—¡Tiene que saberlo! -Logró escucharse desde dentro de la oficina. Lukas sonaba realmente furioso, se notaba en su voz, en todo el tiempo que llevo en este lugar jamas lo había escuchado así ¿Que sucedió?- ¡Esto es maldita una locura! ¡No puede estar sin saber absolutamente nada! -Volvió a gritar- ¡¿Como crees que lo tomara cuando sepa que todo este tiempo-
—¡Lukas! -Se escuchó aun mas fuerte, el extraño color comenzó a salir de la habitación, por alguna razón este se expandía- ¡No puedes hablarme así, soy el Alfa de esta manada! -Grito con su extraña voz- ¡Debes respetarme, a mi y a mis decisiones! -Se escucho un golpe fuerte, seguido de elevados gruñidos. Ambos colores comenzaron a inundar el pasillo, estaban realmente oscuros, ambos estaban furiosos.
Esto esta saliendose de control. Mire a Pelu quien parecía estar tan confundida como yo, rápidamente me acerque a la puerta, di dos golpes y abrí sin esperar respuesta. Al hacerlo pude notar como lo único que los separaba era el escritorio, ambos tenían sus manos apoyadas en este, inclinados hacia adelante, cara a cara. Al parecer no sintieron mi presencia, di varios pasos para adentarme un poco en la habitación.
—Disculpen -Dije fuerte y claro, ambos giraron sus cabezas en mi dirección. Los ojos de Daniel eran celestes mientras que los de Lukas eran negros. Estos eran sus lobos- Sé que no es de mi incumbencia pero... ¿Esta todo bien? -Pregunté.
—Que pregunta tan estúpida -Soltó divertida- ¿Fue lo mejor que se te ocurrió?
—No molestes Keira... -Contesté algo apenada- Y si, realmente no se me ocurrió nada mas.

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Ojos rojos
Manusia SerigalaEra inevitable, las llamas fueron participes de un intento desesperado por cambiar el destino que le amparaba. Finalmente pudo estar en paz... Pero olvido un pequeño detalle, una vez su destino fue pronunciado, ya no existía forma de cambiarlo. Deb...