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«NOTA DE LA AUTORA: Debido al repentino aumento de visitas y votos, me sentí en la obligación de mostrarles mi agradecimiento. Si bien no estaba preparada para llegar a los 10K, exprimí cada gota de mi imaginación para lograr publicar cuatro capítulos seguidos. Si, están leyendo bien, y todo esto es gracias a ustedes. No tienen una idea de lo agradecida que estoy y lo feliz que me puso el recibir tantas notificaciones sobre esta historia, realmente agradezco el apoyo. Sin mas que decir, doy por iniciado este pequeño maratón.»
—Ritmis
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—No te preocupes por mi, será mejor que regreses... Podríamos encontrarnos a alguien, así que estar sola es la mejor opción -Repetí por segunda vez, cuando atraviese este Recorte ya estaré cerca de la manada y aunque es algo tarde aun hay algo de luz- Es peligroso que vengas, nos demoramos un poco, por lo que estoy segura de que están buscándome.
—Esta bien -Se resigno finalmente mientras me devolvía mi mochila- Por cierto.. sobre los entrenamientos, acepto -Me sonrió ampliamente causando que imite su gesto. Luego de toda nuestra charla recordé a los niños trepando por los arboles rápidamente, algo que sin duda yo también deseaba hacer, por lo que termine pidiéndole que me enseñe. Al principio se negó y no parecía muy feliz con la idea pero ahora, finalmente había aceptado- Puedes venir cuando quieras, ya sabes el camino... -Nos despedimos y atravesé el Atajo con mi amada en brazos, aquella sensación de sacudida al cruzarlo no era tan intensa como la primera vez.
Mire hacia el cielo y calcule cuanto tiempo de luz solar me quedaba según la posición del sol, algo que domine en mis años a la intemperie. Si mis cálculos no fallaban me quedaba poco menos de 25 minutos para regresar a la manada antes de que oscurezca, definitivamente debíamos apresurarnos. Silbe y junto a Pelu comenzamos a correr, con suerte y ganaríamos esta carrera contra aquella estrella, llegando antes de que que no seamos capaces de distinguir nada a nuestro paso.
Mientras esquivaba los arboles y el aire golpeaba con fuerza mi rostro, tal y como si fuera una película, los acontecimientos del día pasaban por mi mente, muchas cosas habían sucedido y realmente tendría mucho en lo que pensar esta noche. Hoy definitivamente no podre dormir. Debido a que íbamos perdiendo en la competición intente aumentar la velocidad de mis pasos ganándome, en consecuencia, una estruendosa caída debido a una estúpida rama que decidió enredarse en mis pies. Teníamos mucha menos iluminación que antes y aun no llegábamos a la mitad del recorrido, había ignorado por completo que los bosques de este lugar poseían mas arboles que cualquier otro que haya visto nunca, los arboles hacen sombra y la sombra es oscuridad, un pequeño detalle que modificaba completamente mi ecuación. Teníamos menos tiempo...
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—Lo... sien...to -Pronuncie mientras me desplomaba en el suelo debido al cansancio. Estar una semana sin hacer nada realmente había afectado a mi condición física- Me alegra encontrarte Liam -Dije cuando por fin pude recobrar el aliento. Estire mi mano hacia su esencia, ya que si bien aun podía ver el celeste de sus ojos, todo a nuestro alrededor era negro siendo así lo único visible para mi, nuestros colores. Lentamente me puse de pie apoyándome en su cuerpo y luego de pensarlo un poco decidí hablar- ¿Puedo subirme? -Pregunté palmeando su lomo, estaba exhausta y no tenia fuerzas, ni ánimos para dar otro paso mas.
Mi amada y yo estábamos cansadas y si bien luchamos con todas nuestras fuerzas para ganar, la madre naturaleza termino demostrándonos quien manda, venciéndonos, terminando por dejarnos envueltas en la oscuridad. Luego de tener la aprobación del lobo blanco tome a Pelu en brazos y nos subí encima de nuestro transporte.
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Ojos rojos
VârcolaciEra inevitable, las llamas fueron participes de un intento desesperado por cambiar el destino que le amparaba. Finalmente pudo estar en paz... Pero olvido un pequeño detalle, una vez su destino fue pronunciado, ya no existía forma de cambiarlo. Deb...