INEFABLE.© | remus j. lupin

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"Si tienes miedo a intentarlo es porque lo estas deseando.

El miedo te indica,

claramente,

que debes hacerlo."

—Luis Ramiro

ME HABÍA NEGADO ROTUNDAMENTE A LA IDEA DE ABANDONAR HOGWARTS DURANTE LA NOCHE, con el único propósito de festejar la mayoría de edad de Sirius, Lunático por supuesto se mostró de acuerdo conmigo pero finalmente cedí cuando Sirius fingió los mejores segundos ojos de cervatillo a medio morir, los primeros eran los de Cornamenta, por obvias razones.

—Cuando Minnie nos descubra yo diré que usaron una Maldición Imperdonable conmigo.

Jamie, tomo el Mapa del Merodeador y lo examino por unos segundos. —Nunca te creería, Renacuajo.

—Lo hará si un prefecto confirma eso—añadió Remus.

Sirius lo miro con una sonrisa burlona. —Por supuesto, el prefecto perfecto al rescate de su Princesa.

Lo mire con una ceja enarcada. —No te sientan los celos, Canuto.

Peter soltó una risa silenciosa. —Nadie ha descubierto nuestros paseos nocturnos nunca, no será diferente.

—Concuerdo con Peter—hablo James—, de todas maneras tendrán la Capa y el Mapa.

—Es sencillo para ti decirlo, si alguien mira en tu dirección solo vera un enorme ciervo.

Sirius bufo. —Y cuando alguien mire en su dirección no podrá ver nada porque estarán bajo la Capa de Invisibilidad.

—Bien.

Finalmente, James se aseguró de que la Capa cubriera en su totalidad tanto a Remus como a mí y antes de que ambos desapareciéramos tras la Capa me hizo entrega del Mapa, habíamos acordado seguir el camino hacia la Casa de los Gritos ya que al ser muy noche era obvio que el pasadizo a Honeydukes estaría cerrado y lo que menos queríamos era llamar la atención.

Peter no tardo en transformase en su forma Animaga, y corrió por los jardines de Hogwarts hasta el Sauce Boxeador, Cornamenta lo siguió.

—Tengan cuidado—advirtió Sirius—, nos encontraremos en Cabeza de Puerco.

Remus asintió y los dos pudimos ver como el gran perro en el que Sirius se trasformaba corría por los jardines y se perdía en algún punto antes de llegar al Sauce Boxeador.

Suspire. —Supongo que solo quedamos tú y yo, Lobito.

—Eso creo.

Mentiría si dijera que el camino fue largo, en cambio pareció que apenas habia sido un paseo tranquilo por el parque a mediodía, pero mejor, tenía a Remus a mi lado y aunque la mayoría del trayecto la pasamos en el túnel que conectaba el Sauce y la Casa de los Gritos en algún momento cuando logramos recorrer todo el túnel nos habíamos detenido a observar el cielo nocturno.

—Mira eso Lunático—señale hacia el cielo estrellado—, es la constelación de la Osa Mayor.

Remus observo el cielo con atención y estrecho sus ojos en la dirección que habia indicado, reí cuando su ceño se frunció un poco más.

Una vez más volví a señalar hacia arriba. —Justo ahí.

El silencio se hizo presente por unos segundos mientras los dos seguíamos observando las estrellas, finalmente un extraño ruido nos hizo volver prestar atención a lo que ocurría a nuestro alrededor. Miramos en todas direcciones en busca de la razón de tal ruido sin éxito alguno.