o48 parte 2

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Caminar hasta la Torre de Gryffindor era agotador y en ocasiones como esta envidiaba totalmente a mi pequeño hermano pues el solo tenia que caminar una distancia mínima pero también agradecía no tener que subir una escalera como la de Ravenclaw por un segundo considere la idea de esperar a que la cena iniciara pero aun faltaba un poco y teníamos algo que hacer antes de cenar —y mi estomago estaba llenísimo después de visitar las Cocinas con mis hermanos—, apresure mi paso, había que aprovechar todo el tiempo lo mejor que pudiéramos.

Después de unos cuantos minutos corriendo a trote logre divisar el retrato de la Dama Gorda y me considere afortunada al no tener que pronunciar el santo y seña —pues no lo recordaba—, ya que un estudiante estaba saliendo, sonreí en su dirección y murmure un agradecimiento pues había mantenido el retrato abierto para mí. Escanee con rapidez los sofás que se encontraban en la Sala, con la esperanza de encontrar a alguno de los chicos pero no tuve mucho éxito así que asegurándome de que nadie realmente importante —un prefecto o premio anual—, notara que estaba por caminando hacia las habitaciones de los chicos, camine directo a las escaleras y una vez ahí, subí lo más rápido que pude.

Me sorprendí enormemente cuando al intentar girar el pomo de la puerta de la habitación de los chicos, esta no cedió, ellos por lo general nunca le ponían pestillo pero seguramente se debía a lo que estaban haciendo y la razón por la cual me echaron en primer lugar así que sin otra opción saque mi varita de entre los bolsillos de uno de mis suéteres y pensé en el hechizo de apertura mas sencillo, el pomo hizo clic lo que me confirmo que el hechizo había sido ejecutado con éxito y mentalmente me felicite por estar mejorando en cuanto a mi control sobre la Magia no Verbal. Abrí la puerta rápidamente buscando asustar a mis amigos pero los cuatro se encontraban dormidos, cada uno sobre su respectiva cama.

—Malditos—murmure—, seguro terminaron hace horas y no fueron a buscarme.

La idea de volver a despertarlos con un Sonorus paso por mi cabeza pero rápidamente fue descartada pues jugarles la misma broma dos veces no era algo guay y porque ellos aun no hacían nada en contra mía, mantenía la esperanza de que lo hubieran olvidado pero conociéndolos seguramente solo estaban pensando en algo grande.

Así que camine directo hacia Remus, verlo durmiendo era una imagen tierna, su cabello rubio oscuro cubría ligeramente sus ojos, acomode su cabello hacia un lado, buscando que no le molestara pero el simple roce de mis dedos en su frente provoco que el se removiera y frunciera su entrecejo. Rei suavemente, acune su mejilla con mis manos y Remus abrió sus ojos sorprendido, me paralice pues había sido atrapada, sentí como la sangre se acumulaba en mis mejillas y estaba segura de que mi cabello estaba por cambiar de color a pesar de que ya lo controlaba mejor, Remus sonrió y sin previo aviso me empujó hacia él, logrando que cayera a su lado. Me acurruque, agradecida por el confort que su presencia me brindaba y suspire con satisfacción cuando fui consciente de la temperatura cálida que me estaba inundando.

—¿Tienes mucho aquí? —susurro.

Negue. —Voy llegando—respondí—, ¿llevan mucho durmiendo?

Remus tarareo una respuesta afirmativa. —Estábamos esperándote pero tardaste un poco.

—No fueron a buscarme.

Un bostezo escapo de los labios de Remus. —Queríamos pero las camas se veían tan cómodas.

Rei aceptando su respuesta. —Antes de ir a casa quería que practicáramos un poco.

—Faltan semanas para eso.

—Lo sé—acepte—, pero estamos cerca.

—Sigo creyendo que hay una razón detrás de todo su entusiasmo por aprender.

INEFABLE.© | remus j. lupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora