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Noviembre 1978, después de Hogwarts.

SE SENTIA COMO SI ESTUVIERAMOS VIVIENDO UNA NOVELA MUGGLE SOBRE GUERRA, parcialmente las cosas que todos solíamos hacer eran las cotidianas, el mundo no se detuvo y los padres continuaron yendo a trabajar y Hogwarts continuaba siendo un Colegio, lo que lograba darme tranquilidad ya que Poseidón aún tenía un par de años ahí. La diferencia era que ya nadie estaba tranquilo, tenías que salir a trabajar y esperar volver a casa, salías a hacer compras y rogabas a Merlín no encontrarte con algún Mortifago. Siempre viviendo con miedo.

Las cosas no eran diferentes para mí, el temor de despertar y escuchar alguna mala noticia sabía que en algún punto seria inevitable.

Pero trataba de enfocarme en las buenas noticias, como mi compromiso con Remus y la alegría que nuestros padres expresaron, mi madre y mamá Hope estallaron en euforia y de inmediato comenzaron a hacer planes, nos reímos cuando nos mostraron cada una su lista de invitados y aceptamos, pero dejamos claro que queríamos algo pequeño.

Parpadeé un par de veces y sacudí la cabeza solo para encontrarme con Sirius mirándome con confusión. —¿Estas bien monstruo?

Sonreí. —Lo estoy.

—Entonces dos bodas—comenzó y reí—, esperaba la tuya con Lunático, pero ¿James y Evans?

—La vida funciona de manera misteriosa hermano.

El asintió, pero parecía que tenía que decir algo más, espere unos segundos en silencio hasta que volvió a hablar. —¿Crees que es lo correcto?

Suspire, ni siquiera tenía que preguntar a que se refería. —No es nuestra decisión, Canuto.

—No fue eso lo que pregunte—señalo.

Lo pensé por un segundo. —Creo que es demasiado pronto, pero James ha amado a Lily desde siempre, ahora lo entiendo y nosotros solo podemos apoyar a Cornamenta porque eso es lo que hacen los amigos—respondí—, y quizás, solo quizá tu preocupación llego un poco tarde considerando que estamos de pie a lado del novio mientras esperamos a que Evans aparezca.

Sirius carcajeo. —Aun podemos Desaparecernos con James atado e ir a América como tu plan original.

Sonreí ante el recuerdo. —No vivo del pasado Canuto—cambie mi expresión por una más seria—, has esto por mamá y papá Potter.

Los ojos grises de Sirius se nublaron con lágrimas contenidas, hizo una mueca y miro hacia el cielo quizá esperando encontrar respuestas a preguntas que el aún no se atrevió a hacer, apretó los ojos y esbozo una sonrisa cuando encontró a James caminando hacia nosotros.

—Estoy nervioso—anuncio James, mire su cabello alborotado—, en el nombre de Godric, ¿Dónde está Lunático?

—Le pediste que consiguiera una cámara Muggle en el último momento—señale—, llegara cuando esté listo.

James bufo. —No creí que tardaría tanto—dijo—, aparte mis padres tienen que ver esto, aunque no están aquí.

Hice una mueca y no quise mirar a James, así que fue Canuto quien lleno el silencio. —Estoy seguro de que se van a recuperar de ese resfriado.

Cornamenta asintió, pero no dijo nada más y se dedicó a pasear su vista por todo el lugar, salto en su lugar con emoción al reconocer la menuda figura de Remus, Lunático apresuro su paso hasta nosotros y alzo el encargo de James.

—Nunca jamás me vuelvas a pedir algo dos minutos antes de tu boda o voy a patear tu trasero.

Sirius gruño. —Estamos de acuerdo en que eso sonó muy agresivo.

INEFABLE.© | remus j. lupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora