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REALMENTE ME ENCONTRABA MUY NERVIOSA, el primero de septiembre habia llegado y aunque apenas hace unos días no cabía de felicidad lo único en lo que podia pensar en estos momentos era la ceremonia de selección, Zeus me habia dicho que era una prue...

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REALMENTE ME ENCONTRABA MUY NERVIOSA, el primero de septiembre habia llegado y aunque apenas hace unos días no cabía de felicidad lo único en lo que podia pensar en estos momentos era la ceremonia de selección, Zeus me habia dicho que era una prueba de inteligencia, claro que el no habia tenido ningún problema, pues es un orgulloso Ravenclaw.

Papá y mamá se negaron a decirme algo, argumentando que eso era lo que le daba emoción, intente investigar, por supuesto, pero en los libros no decía nada específicamente, pregunte al resto de mi familia, pero pronto me di cuenta de que la mayoría habia asistido al colegio de magia americano, no al británico.

—Mamá, ¿y si no quedo en Ravenclaw, como Zeus? —me atreví a preguntar.

Ella compartió una mirada con mi padre y respondió. —Hades, querida, no importa en que casa estés, serás muy feliz ahí.

—Ella está mintiendo hermanita, si no quedas en Ravenclaw, te echaran a la calle —dijo Zeus.

Papá lo tomo de la mano y le dio un pequeño empujoncito —No asustes a tu hermanita, Zeus.

—Yo solo digo la verdad papá, tú también fuiste a Ravenclaw.

El pareció pensar la respuesta por unos segundos —Bueno es cierto, yo fui a Ravenclaw, pero eso no significa nada.

—Tu papá tiene razón, Hades. Mírame, fui una Hufflepuff.

—No están ayudando en nada, sigo igual de nerviosa, son pésimos padres -dije con un tono que dejaba en claro que estaba bromeando.

—¡Es cierto! Son pésimos padres —confirmo Zeus.
De nuevo compartieron una mirada cómplice y entre los dos, tomaron a Zeus y lo apretaron en un gran abrazo.

—Me están avergonzando —murmuro mientras trataba de liberarse, pero parecia una tarea imposible.

discretamente tome la mano de mi hermano menor que hasta entonces solo se habia mantenido observando todo e hice que diera un paso hacia atrás conmigo, evitando que nos pasara lo mismo que a Zeus.

Un par de segundos más tarde, mis padres lo dejaron ir, Zeus tomo sus cosas, mientras miraba a todos lados revisando que nadie más hubiese presenciado la escena de amor que habia tenido con nuestros padres.

Sin poder evitarlo, me reí ligeramente.

—Búrlate, pero seguramente ellos harán lo mismo contigo—refunfuño Zeus y se abrió camino hacia el tren.

Me aleje un poco más y hable —Bueno familia, los veré en navidad.

—No señorita, despídete de tu madre como se debe.

—Pero mamá…

—Y de tu padre y hermano también -interrumpió mi padre.

Derrotada camine primero hacia mi mamá y ella rápidamente envolvió ambos brazos sobre mí, en un agarre casi mortal.

—Te voy a extrañar mucho, querida —murmuro mientras seguía con su abrazo asfixiante.

—¡Sigo yo! —grito papá —Bien, Hades, estudia mucho, se la mejor de Ravenclaw porque si no…

—¡Papá, dijiste que no importaba en que casa quedara! —lo acuse.

—Solo bromeaba, ya nadie aguanta nada —dijo. —Solo estudia y diviértete mucho, no hagas sufrir mucho a los maestros, por favor.

—Haznos sentir orgullosos cariño —termino mamá.

Hice un movimiento afirmativo con la cabeza y miré a Poseidón.

—¿Tu no vas a despedirte, pececito?

—No —fue su corta respuesta.

—¿No me vas a extrañar? —insistí.

—No.

Rei ligeramente y me lance a abrazarlo —Sé que, si lo harás, pero tranquilo, tu secreto está a salvo conmigo.

—¿Vendrás en navidad, cierto? —pregunto en medio del abrazo.

—¡Claro que sí! —me aleje un poco para poder verlo —¿Es por eso por lo que estas triste? ¿Por qué me voy?

—No.

De nuevo solté una risa —Tranquilo, no vas a notar mi ausencia, te escribiré todos los días, asi vas a poder practicar tu lectura y ¡te enviare un inodoro!

Mamá y papá gritaron a la par —¡Hades! Nada de inodoros.

No tuve tiempo de contestar nada más, porque en ese momento sonó el silbato del tren. Apresuradamente reuní todas mis cosas.

—¡Les escribiré! —grite mientras me dirigía hacia el tren.

—¡Mas te vale que lo hagas, jovencita!

—¡Te vamos a extrañar!

—¡No olvides mi inodoro!

Gritaron papá, mamá y Poseidón en ese orden.

INEFABLE.© | remus j. lupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora