"Otro secreto del universo: a veces el dolor era una tormenta que venía de la nada. La mañana mas despejada del verano podía terminar con un aguacero. Podía terminar con rayos y truenos"
—Aristóteles y Dante descubren el secreto del universo.
ME HABÍA PROPUESTO TERMINAR LA POCIÓN PARA ANIMAGOS ANTES DE QUE nuestro cuarto año terminara y hacer que los chicos se pusieran manos a la obra en cuanto pisáramos Hogwarts una vez volviéramos a clases, era bien sabido que se necesitaban ciertos ingredientes y ciertos eventos meteorológicos para concluir la poción que hacía imposible dar una fecha exacta para la finalización de dicho evento pero como siempre me mantenía optimista y pensaba que si éramos capaces de lograrlo antes de terminar cuarto año o empezar quinto seriamos afortunados. Por lo pronto el primer paso estaba más que listo pues desde hace tres semanas habíamos logrado con total éxito conjurar un Patronus Corpóreo, lo que les daba a los chicos una idea de lo que podría ser su forma Animaga.
También, en el fondo de mi baúl dentro de un pequeño frasco se encontraba las crisálidas de polilla esfinge de la calavera que había sido el primer ingrediente que con los chicos recolectamos meses atrás y a su lado descansaba la cuchara de plata que Gipsy me había facilitado. Entonces recapitulando, solo hacia falta un poco de rocío que no hubiera sido tocado por pies humanos descalzos y tampoco por el Sol, eso descartaba un montón de lugares de donde podría obtener dicho ingrediente dejando un solo lugar demasiado obvio, tendría que ir al Bosque Prohibido.
Y era justo por ese ingrediente que estaba despierta mucho antes de que amaneciera, tendría que ser rápida pues hoy también era el cumpleaños número dieciséis de mi rubio hermano y desde que Poseidón había entrado al Colegio se había hecho tradición compartir el desayuno con el cumpleañero.
Recogí mi cabello en una descuidada cola de caballo, asegurándome de sostener cada mechón y ajustarla con mi varita, tome la cuchara para poder guardarla dentro de mi túnica y mi mochila, debía de estar preparada para ir directamente al Gran Comedor, no me tomo mucho tiempo poder salir de la habitación y tampoco de la Torre de Gryffindor sin embargo fue un reto poder caminar por los jardines del Castillo cuando el invierno estaba cerca, palpe mi suéter en busca de la cuchara y cuando estuve segura de que se encontraba justo donde la había dejado apresure mi paso, tenía que ser más rápida que el Sol.
Tratando a toda costa ser no ser vista por Hagrid, zigzagueé hasta que fui capaz de ver las orillas del Bosque, planeaba visitar mi pequeña planta de Acónito y desde ahí empezar a buscar mis gotas de rocío, esperaba no tardar demasiado tiempo porque aún tenía que descubrir una manera de recoger el ingrediente sin alterar nada, al llegar al pequeño rincón que junto con los chicos había elegido para trasplantar mi plantita me hinque para poder tener una mejor visión de ella, toque con suavidad sus hojas, tome mi varita y con su ayuda logre hacer un pequeño corte a uno de los tallos de la planta y cuando este dejo ver un bonito color verde, sonreí. Todos los consejos que Frank me había dado, estaban sirviendo pues el pequeño retoño de Acónito crecía fuerte, me asegure de que la tierra estuviera en húmeda y coloque las piedras a su alrededor para que de esa forma no sufriera daños. Satisfecha con el resultado, sacudí mis manos para quitar cualquier rastro de tierra y emprendí camino hacia las profundidades del Bosque Prohibido, estaba segura de que no sería necesario adentrarme mucho y tampoco es como si tuviera demasiado tiempo antes de que el Sol saliera y me obligara a caminar mucho mas profundo en el Bosque.
Después de unos cuantos minutos de caminata encontré el lugar perfecto pues las ramas de un gran roble cubrían en su totalidad el césped que crecía en sus raíces evitando que cualquier rayo de luz llegara hasta esa zona, observe todo el panorama en busca de huellas que indicaran la presencia de alguna persona pero a excepción de las mías, el lugar estaba absolutamente a salvo y por lo tanto servía, me tome unos segundos para pensar en la mejor manera de obtener el rocío y decidiendo que improvisar era la mejor opción tome la cuchara que aun se encontraba entre mi suéter y túnica, pronuncie un débil Wingardium Leviosa logrando que la cuchara levitara y con toda la paciencia del mundo la lleve hasta el césped, rogando a Merlín, los dioses y las estrellas que funcionara, por desgracia no había traído más cucharas así que intenté recoger tantas gotas de roció como fuera posible. Declarando la misión como exitosa cuando ingenie una manera de no tocar nada de lo que había reunido, camine con un andar mucho mas tranquilo de vuelta al Castillo, considerando la idea de asaltar uno de los Invernaderos donde la profesora Sprout cultivaba las Mandrágoras y así matar dos pájaros de un tiro.
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INEFABLE.© | remus j. lupin
FanfictionLas cosas cambian de un día para otro y eso es algo que a Hades Theoí le ha quedado más que claro. En donde Hades se convierte en la mejor amiga de un grupo de chicos extraños y uno en especial está loco por ella. Primer curso en adelante. ⏭ Prime...