INEFABLE.© | remus j. lupin

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MARATÓN 2/?

"El pasado es sólo eso: pasado. Por delante están los mejores años por vivir. Si eres capaz de dejar el pasado atrás de superarte, de recuperar tu estima, de darle valor a tu vida y a tus sueños, podrás sentarte a la mesa y comer el postre tranquilo"

LAS VACACIONES DE VERANO SIEMPRE ERAN LAS FAVORITAS DE MI FAMILIA, nos daba la excusa perfecta para poder dejar la bulliciosa ciudad atrás e internarnos un par de días en la adorable casita a orillas de la playa que los abuelos le habían dejado a mamá antes de que su tiempo en la Tierra terminara.

Mamá siempre recordaba a sus padres con una sonrisa y aseguraba que de habernos conocido, ellos nos amarían a todos, nuestros abuelos por parte de papá también habían fallecido hace tiempo pero la diferencia estaba en que mamá era hija única y nunca había sido exactamente cercana al resto de su familia, mientras que papá era el hermano del medio, mi tío Apolo era el mayor pero él vivía en América y sabía que mis dos primos estudiaban en el Colegio de Magia Ilvermorny, mientras que la tía Deméter residía en la ciudad natal de los abuelos: Salónica ubicada obviamente en Grecia.

Así que ahí nos encontramos, intentando tomar un poco de Sol aun cuando el clima en Londres no era el más apropiado, Zeus a pesar de que estaba a unos cuantos meses de convertirse en un mago mayor de edad, se entretenía haciendo y deshaciendo castillos de arena en compañía de Pos, mamá observaba todo desde su lugar en la silla, papá intentaba hacer volar un cometa que había conseguido de Merlín sabrá donde, mientras que Sirius y yo veíamos todo con pereza.

—¿Desearías estar en tu casa?

Sirius giro tan rápido que hice una mueca. —¿Estas loca? Probablemente son las vacaciones de veranos más divertidas que he tenido.

—Agradezco a Merlín por la bondad en el corazón de tus padres—dije con una sonrisa—, que te permitió estar aquí.

—Alabado sea Merlín—contesto divertido.

Suspire de felicidad, solo estábamos a medias vacaciones y eso quería decir que faltaba poco más de un mes para mi cumpleaños, cumpliría quince y secretamente me encontraba ansiosa, esperando que dentro del sobre de mi carta de Hogwarts yaciera la reluciente insignia de prefecta, recordando con claridad la apuesta que había hecho con Zeus un par de años atrás aunque honestamente admitía que no seria el mejor ejemplo para los más pequeños y amargamente admití que Evans tenia las mismas probabilidades de ser elegida, claro, era una falsa y aunque nunca lograría que lo aceptara, ella tenía un montón de prejuicios sobre muchas cosas, no era ni la mitad de buena en pociones como presumía ser y a pesar de que sus notas eran decentes, todos sabíamos que se debía a infinitas horas de estudio, no estaba haciendo de menos el esfuerzo pero simplemente todo en cuanto a Evans era absurdo pero para mi descontento algunos profesores parecían adorarla. Ewk.

El sonido de las carcajadas de Pos fueron lo suficientemente ruidosas como para sacarme de mi ensimismamiento, gire con curiosidad buscando la fuente de sus alegres risas, abrí los ojos sorprendida y con una risa queriendo salir desde mi garganta pues todo el lado derecho de la cara de Sirius se encontraba llena de arena húmeda. Con lentitud, Sirius deslizo la arena fuera de su rostro barriéndola con su mano, estrecho los ojos en dirección a Pos y se lanzo hacia el con la habilidad de un felino, lo cual encontré gracioso ya que obviamente Sirius era un perro.

En algún momento durante la guerra de arena húmeda, mamá había llegado con una enorme cesta de mimbre. —Hora de comer—anuncio alzando la voz.

Los chicos detuvieron su guerrilla para caminar hasta las toallas que cada uno había extendido, con un rápido y sutil movimiento de varita, mamá limpio su rostro y su ropa, dejando a tres chicos impecables.