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"Complicar lo sencillo lo puede hacer cualquiera; pero hacer que lo complicado sea sencillo, tremendamente sencillo, eso es creatividad"

—Charles Mingus.

EL HABITUAL REPIQUETEO DE LOS CALDEROS EN CLASE DE POCIONES CON EL PROFESOR SLUGHORN ERA COMO estar en casa, en el despacho y taller de mi madre, aprendiendo a mezclar y cortar bayas de manera correcta, esos fueron mis inicios como pocionista.

—Recuerden medir bien sus ingredientes... —alzo la voz el profesor.

Solté un suspiro mientras llevaba un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. —... de lo contrario grandes consecuencias os traerá—repetí en un susurro la línea que el profesor siempre decía.

A mi lado Remus dejo escapar una suave risa, él se había convertido en mi compañero de pupitre y con el tiempo había aprendido a delegar el trabajo, así que ambos éramos los creadores de las pociones, aun así, el seguía insistiendo en que revisara cada uno de sus pasos temiendo equivocarse y dañar todo, pero en repetidas ocasiones le había dicho que repetir el proceso no era un problema para nosotros.

—He hecho algunos ajustes a la poción curativa de Madame Pomfrey.

De los labios de Remus salió un pequeño "uhm", sonido que interprete como que me estaba escuchando. —Bueno, en realidad solo mezcle un poco de esto y aquello.

—Entiendo —contesto, pero al ver la mirada que le estaba dando agrego—, en realidad no.

Reí y al hablar baje la voz. —Es para tus Lunas Llenas, combina los efectos de una poción revitalizante y una curativa.

—¿Y tú la inventaste?

—Si y no —conteste—, estudie ambas pociones por separado y me di cuenta de que juntas combinaban propiedades, que no obtienes si las bebes primero una y después la otra. Entonces pensé, ¿podría funcionar? Llevaba tiempo trabajando en ella y ahora que funciona la puedes beber, esto solo es un escalón hacia la dirección correcta.

—Para mí poción —completo.

Asentí, mientras que con mi varita daba vueltas a nuestro brebaje. —Exactamente.

—Aun ni siquiera puedo creer que quieras intentar algo así.

—¿Por qué no? —pregunte—, seria el trabajo de mi vida e imagina cuantas vidas podríamos cambiar.

—Podrías cambiar—corrigió.

Sonreí juguetonamente. —Tu también, eres mi musa.

—Me siento halagado.

—Deberías.

Antes de seguir intercambiando palabras el profesor hizo sonar su garganta. —Todos pongan una muestra de su poción y etiquétenla con sus datos, será parte de su nota.

Remus y yo nos apresuramos a poner nuestra poción en un pequeño frasco que antes ya habíamos etiquetado, voltee a darle un vistazo a los chicos, pero James y Sirius se encontraban lanzándose pequeñas bolas de pergamino entre sí.

Les chiste tratando de llamar su atención y cuando conseguí que giraran hacia mi, hable. —Nos adelantaremos al Comedor.

Recibí por parte de ambos un pulgar arriba y sin mas demora, Remus y yo caminamos fuera del salón, una vez fuera, echamos a andar hacia el Comedor como habíamos acordado junto con los chicos, íbamos a una gran lentitud con la esperanza de que nuestros amigos pudieran unirse a nosotros.

—¿Qué tal esta mamá Hope? —pregunte.

Remus soltó una risa al escuchar la manera en la que me dirigía a su madre, pero no hizo ningún comentario. —Ella está bien, pregunta constantemente por ti —contesto—, también quiere conocer a los chicos.

INEFABLE.© | remus j. lupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora