o57 parte 1

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"Lo bonito de que te regalen algo no es el precio.

Es el intento de sorprender. El esfuerzo de intentar acertar.

Eso lo vuelve lo especial"

LOS DÍAS EN EL CASTILLO SIGUIERON PASANDO, EL CLIMA COMENZO A VOLVERSE MÁS FRÍO, las tardes terminaban en compañía de los chicos bebiendo tazas repletas de chocolate caliente después de un día lleno de repaso para los TIMOS era la pequeña y cómoda rutina en la que habíamos caído.

Y el cumpleaños de Zeus finalmente había llegado, me había costado un par de noches fuera de la cama después del toque de queda y unas cuantas advertencias de parte del prefecto Lupin, conseguir los ingredientes para realizar un poco del elixir de la felicidad, pero la reacción de Zeus al recibir el pequeño frasco con la incolora poción en su interior había valido totalmente la pena. Primero pensó que se trataba de una broma y aunque los chicos habían sugerido darle un poco de Veritaserum antes de entregarle su regalo real, rechace la idea, no podía bromear en un día tan especial para Zeus.

Nuestros padres, siguiendo la tradición de la comunidad Mágica, le obsequiaron a Zeus un brillante reloj pues se acostumbraba a dar ese regalo cuando un mago o una bruja cumplía su mayoría de edad, no sabia muy bien cual era el significado pero mi hermano mayor pareció feliz, Ben le regalo un montón de artículos para Quidditch sabiendo que era exactamente lo que iba a necesitar, el ambiente se tornó incomodo cuando Ben y yo tuvimos que intercambiar saludos, Zeus parecía ajeno a cualquier cosa que no girara en torno a su cumpleaños, así que decidí no arruinar su día especial, guarde silencio. Pos le había dado su regalo con anterioridad así que desconocía de que trataba y los chicos se habían organizado para regalarle playeras estampadas con distintas frases como: "Hoy es un gran día para darme un abrazo" o algo así " Hoy por mí, mañana también", podía adivinar con facilidad quien había sido el autor de esa última, pero una vez más, Zeus pareció adorarlo.

Pero la confusión e incertidumbre se hicieron presentes cuando me acerque y extendí en su dirección un pequeño vial. Pese a que la curiosidad lo comía vivo pues Zeus era la persona más curiosa del mundo, se abstuvo de hacer preguntas y se limitó a decir cuánto le había encantado. Los chicos habían estallado en carcajadas, argumentando que no podía decir algo así, si, desconocía lo que era.

—Creí que un poco de suerte te haría falta—explique.

Zeus examino el frasquito. —¿Felix Felicis? —murmuro—, ¿preparaste Felix Felicis para mí?

Asentí. —Es obvio que no la necesitas, eres un jugador de Quidditch talentoso pero siempre viene bien un poco de ayuda, ¿no?

—¿C-cómo?

—Debo admitir que no fue mi idea—respondí con una sonrisa.

Zeus inclino su cabeza hacia atrás y cuando me observo de nuevo, pregunto. —¿Ben?

—Si pero dame un poco de crédito hermano—dije—, puede que no estuviera segura sobre tus deseos de convertirte en jugador profesional de Quidditch, pero siempre supe que era algo real para ti.

Los brazos de Zeus me rodearon con fuerza. —E hiciste una poción para mi—susurro, dejo un beso sobre mi frente—, gracias hermanita.

Me separe de mi hermano cuando Sirius pregunto alegremente. —Y bien, ¿Cuál fue tu primer hechizo, encantamiento o maleficio de manera legal?

Una mirada travesía cruzo las facciones de Zeus y parecía que había estado esperando por esa pregunta. —Un mago no tiene memoria.

Arrugue la frente con confusión. —¿Qué? Así no es.

INEFABLE.© | remus j. lupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora