INEFABLE.© | remus j. lupin

o83

o83

Mayo 1979, después de Hogwarts.

PODIA SENTIR LOS NERVIOS CORRIENDO POR LAS PUNTAS DE MIS DEDOS, COMO SI SE tratara de una pequeña corriente eléctrica, me mantuve en mi lugar esperando por algo que no sabia si sucedería. Rogaba a Merlín que todos saliéramos ilesos de aquí.

Me esforcé en encontrar a Jamie entre las sombras, pero fue en vano, seguramente traía consigo su Capa de Invisibilidad, me sobresalte cuando unos arbustos se movieron, estaba siendo exagerada.

Eso es lo que quería creer, pero la naturaleza de nuestra presencia aquí no podía ser otra mas que una sorpresa, Dumbledore nos había alertado de una reunión cerca del Callejón Diagon y cuando pidió la vigilancia de todos los Merodeadores no hice otra cosa mas que cuestionar el porqué.

James y Sirius fueron los primeros en aceptar, Lunático pudo anticipar mi indecisión, pero termino por aceptar y Peter, fue el último, yo ni siquiera tuve que decir una palabra, Dumbledore sabia que a cualquier lugar al que fueran los chicos, yo iría, mi sorpresa se vio reflejada cuando Evans se ofreció voluntaria, pero en mi cabeza la duda aun revoloteaba, tres chicos en formación para ser Aurores, dos empleados del Ministerio y una chica aspirante a Sanadora, ¿Qué pintábamos ahí?

Mamá había pegado el grito en el cielo, pero sabía que éramos miembros oficiales y nuestra participación en las reuniones cada vez tenían que ser mayores, el tiempo apremiaba. Nos mantuvimos en esa posición por lo que parecío una eternidad, el fugaz destello de algo color rojo me alerto, eso no podía ser otra persona más que Lily, había movimiento.

—Espiar no es algo que te hayan enseñado tus padres, ¿o si Hades?

Me estremecí de pies a cabeza pero no permiti que se pudieran notar.

Deje escapar un suspiro bajo. —Bella, hola, ¿Cómo esta Andrómeda? —pregunte, y sabía que era un golpe bajo, adoraba a Andy pero con Bellatrix era mejor hacerla creer que entendía su juego.

Ella bufo. —Tan bien como tu querida amiga pelirroja—siguió—, ¿está por aquí?

Alce una ceja. —¿Por qué? ¿quieres tomar el te con ella?

Bella me gruño. —Primero muerta antes de compartir algo con esa asquerosa Sangre Sucia.

Me reí. —Cuantos prejuicios, Bella.

Ella me miro por unos segundos hasta que logro esbozar una nueva sonrisa aterradora. —Ya dime que haces aquí, Theoí.

—¿Desde cuándo necesito permiso para merodear por el Callejón Diagon, Black? —pregunte, Bella camino unos cuantos pasos hacia la izquierda, obligándome a seguir su ejemplo—, o quizá debería de usar Roockwood, no tuve tiempo de enviarte una lechuza con mis felicitaciones por tu reciente matrimonio, en hora buena.

Apretó los labios en una mueca. —Escuche que estas comprometida con ese Mestizo.

Me mordí la lengua antes de que pudiera responder a su provocación. —Si, quisiera decir que estas en la lista de mis invitados, pero sería una mentira.

Algo se encendió en los ojos de Bellatrix. —Tanto talento desperdiciado—mi estomago se encogió—, no creerás que no sabemos lo que eres capaz de hacer.

—¿Qué? —rete—, ¿unos cuantos trucos sin Varita? Es un juego de Muggles.

Ella carcajeo. —Oh no juegues conmigo—con un sutil movimiento de muñeca, su Varita apareció en su mano—, me pregunto, con la motivación adecuada ¿de qué serias capaz?