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"Lo otro eran simulacros.

Tú eres el incendio"

Aquella orilla nuestra, Elvira Sastre.

ERA DE CONOCIMIENTO POPULAR QUE LOS MERODEADORES NO ÉRAMOS FANÁTICOS DE SAN VALENTÍN, se debía a varios motivos, el primero es que la mayoría de la población femenina enloquecía y enviaba regalos y cartas a los chicos, las cartas estaban bien, algunas eran tiernas y me parecía un gesto adorable pero enviar golosinas con Amortentia eso ya era algo solo aceptable para el bobo de Lockhart y en segundo, ninguno de nosotros había pasado un San Valentín teniendo una cita, tal vez era por eso que nosotros simplemente no lo entendíamos, pero tampoco rehuíamos de la celebración pues hace un par de cursos atrás, nosotros mismos nos habíamos dedicado a repartir flores, este año sin embargo observábamos todo desde el ventanal cerca de los jardines, los cinco estábamos sobre el alfeizar viendo como las parejas intercambiaban presentes y una que otra declaración de amor, estallamos en carcajadas cuando un compañero de Hufflepuff entono una canción donde claramente le pedía a la chica una cita, ridículamente adorable.

—No creo que James este en posición de reírse—hablo Sirius—, estoy seguro de que de no ser por Hades, el seria esa pobre alma.

James miro a Sirius ofendido pero termino por encogerse de hombros. —No puedo negarlo, sin embargo no vivo en el pasado, Canuto.

—¡El pasado, dice!

Justo en la esquina del corredor logre distinguir la cabellera oscura de mi hermanito pero cuando estuve por gritar su nombre, otra figura entorpeció mi vista, arrugue la frente confundida, al mismo tiempo que los chicos detenían todo su alboroto.

—Hola—saludo—, mmh soy Theo y m-me estaba preguntando—el chico que se habia presentado como Theo y lucia un uniforme con los colores de Hufflepuff se detuvo para tomar aire—, me preguntaba si ¿quisieras ir a Hogsmeade conmigo?

Mire sobre mi hombro solo para asegurarme de que me hablaba a mí, lo cual era algo ridículo pues yo me encontraba un metro por encima de él y lo único que habia detrás de mi era la vista hacia los jardines pero aún con incredulidad me señale y pregunte. —¿Me hablas a mí?

Cuando el chico frente a mi asintió, confirmando mis palabras no pude evitar sonrojarme y rápidamente ese sonrojo paso a mi cabello, abrí la boca para responder pero fui interrumpida por Sirius. —Gracias pero ella dirá no gracias.

Abrí los ojos y empuje a Canuto tan fuerte que de no ser por los buenos reflejos de Remus y James él se hubiera estampado directo en el suelo, reí. —Ignóralo—suspire—, veras Theo, me encantaría pero...

—¡Asombroso! —grito antes de que concluyera mi frase—, te veré en las puertas del Castillo.

—... diré que no—termine por decir pero el ya se encontraba dando vuelta por el pasillo y perdiéndose en la multitud—, ¿soy la única que piensa que eso fue raro?

Sirius bufo. —¡No puedes salir con... con ese come insectos!

Fruncí mi ceño antes de entender lo que habia dicho. —¿Come insectos, que?

—Ya sabes—murmuro—, es un Tejón y ellos comen insectos.

Su explicación me hizo soltar una carcajada. —Intente decirle que no a ese come insectos.

James hablo. —¡No debes de ser amable con todos! —dijo—, si hubieras dejado que Sirius lo mandara a volar, no estaríamos pasando por esto.

Arque una ceja. —Muy bien reinas del drama, y ¿Qué si quería salir con él?

INEFABLE.© | remus j. lupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora