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"Hay un modo de que me hagas completamente feliz, amor mío: muérete"

DESDE LA VENTANA DE MI HABITACIÓN QUE ESTABA JUSTO A UN LADO DE DONDE SE ENCONTRABA MI CAMA, se podía ver el pequeño manto blanco que poco a poco cubría todos los alrededores de Hogwarts. Reí encantada, lo que causo que una de mis compañeras se removiera aun dormida, murmure una disculpa en su dirección que ella contesto con un pequeño gruñido, le reste importancia, me di media vuelta y abrí mi baúl más que dispuesta a encontrar algo que usar para la salida a Hogsmeade antes de partir a casa.

El día era frio y no tenia la menor duda de que al finalizar la tarde en el pequeño pueblo, todos terminaríamos con el trasero congelado y una visita a las Cocinas seria el broche de oro para concluir con un grandioso día. Antes de salir tome mi gorro, baje de dos en dos las escaleras temiendo tropezar y hacer el ridículo frente todas las personas que se encontraban en la Sala Común, al pisar el último escalón fui capaz de ver que mis amigos se encontraban esperando por mi justo a un lado de la chimenea, sonreí instantáneamente.

—¡Hasta que llegas! —Sirius grito dramáticamente, rodé los ojos—, creímos que te habías quedado dormida.

Sonreí. —¿Seguro? ¿No estabas deseando verme?

Sirius esbozo una sonrisa lobuna y contesto. —Eso déjaselo a Ben.

Mis mejillas se colorearon de rosa y luche por mantener mi cabello en su color habitual, entrecerré mis ojos en dirección a Sirius y el solo alzo ambas manos en son de paz. Inusualmente James se había mantenido callado y quieto viendo directamente hacia las escaleras por las que yo había bajado, Sirius también se percato del extraño comportamiento de James, camino hacia su lado y agito una de sus manos frente al chico de anteojos, sin recibir respuesta, resoplo y sin pena alguna le dio un golpe en la frente.

—¡Oye! —grito James, mientras frotaba el lugar donde había recibido el golpe—, eso no era necesario.

—No estabas prestando atención —acuso.

James quien estaba mas que dispuesto a iniciar una discusión, salto de su lugar ocasionando que todos lo viéramos aun mas confundidos que antes, sin entender porque actuaba de ese modo.

—Lily, que radiante te ves hoy—suspiro—, ¿quieres dar un paseo en Hogsmeade?

Esperamos pacientemente la respuesta de Evans y aunque admitía que la pelirroja no era de mi total agrado, rogué a Merlín, a las estrellas y a todos los dioses que ella aceptara por el bien de James.

—No.

La boca de James se abrió con incredulidad, Sirius dejo escapar una gran carcajada que seguramente no pretendía herir a James, Remus en un intento de apoyar al mas joven de la familia Potter, le dio un par de palmadas en su hombro, Pete solo se mantenía como espectador silencioso y yo entrecerré mis ojos ahora en dirección a Evans cuando vi la sonrisa de lado que ella tenia dibujada en su rostro.

—Te comprendo, Evans, ¿Quién quiere pasar una genial y divertida tarde cuando eso no es claramente lo tuyo? —me mofe.

—Te equivocas, Hades, si me voy a divertir.

—¿Llamas diversión a estar con Quejicus? —pregunte y reí—, siento pena. Pero de todo corazón agradezco que no hayas aceptado la invitación de James.

—Escúchame Hades —susurro Evans en un tono amenazador,

—Si susurras no me es posible escuchar —conteste, los chicos sabiendo que ambas podríamos quedarnos en ese lugar por horas enfrascadas en la discusión, se encaminaron hacia la salida y una vez ahí, gritaron un par de veces mi nombre, camine hacia ellos con una sonrisa, pero antes de dejar a Evans grite—. ¡si quieres que el mundo te preste atención o en este caso yo, habla más fuerte, pelirroja!

INEFABLE.© | remus j. lupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora