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"Brilla.

Déjalos ciegos

o devuélveles la vista,

pero jamás.

nunca te apagues"

Edisson A. Cajilima Márquez.

ERA EXTRAÑO VER A LOS GEMELOS ESTUDIANDO EN LA SALA COMÚN, que va, el simple hecho de que ellos tomaran un libro por iniciativa propia era extraño. Pero eso solo nos demostraba lo comprometidos que estaban con la decisión que habían tomado, no podíamos negar que eran brillantes, seguramente si no fueran tan bromistas alguno de ellos podría haber sido elegido prefecto de Gryffindor y quizás más tarde Premio Anual. Pero en numerosas ocasiones habían dicho que seguir las reglas no era lo suyo, que más bien habían nacido para romperlas.

Sonreí cuando note que estaban intercambiando apuntes y aunque su manera de estudiar no era la más convencional —ya que repasaban un párrafo y se distraían veinte minutos—, parecía funcionarles y ¿Quién era yo para decirles cómo estudiar?

Era su segundo intento tratando de lograr un Encantamiento Proteico en un pequeño pedazo de pergamino en blanco, cuando Gideon casi incendia su libro, decidí que era momento de intervenir, así que coloque mis propios apuntes en mi mochila y camine en su encuentro.

—¿Así que, necesitan ayuda? —fueron las palabras que pronuncie al llegar.

Fabian salto del susto sin embargo se recuperó en seguida y esbozo una sonrisa coqueta. —Amor de nuestras vidas, ¿qué te trae por estos lares?

Rodé los ojos y pregunte. —¿Hablas de aquí, la Sala Común de Gryffindor de la que da la casualidad soy miembro?

Gideon esbozo una sonrisa al mismo tiempo en el que estira sus dos brazos. —No podrás ganarle.

Asentí, de acuerdo con lo que Gideon había dicho y levante mi barbilla hacia Fabian, me deje caer frente a ellos y pregunte una vez más. —Entonces, ¿los ayudo?

—Aunque nos encantaría—hablo Fabian—, el Encantamiento Proteico es nivel ÉXTASIS y...

—Soy consciente de eso—interrumpí—, admito que nunca lo he practicado pero soy muy buena explicando o podemos llamar a Remus él es aún mejor y tiene la paciencia que Merlín sabe se necesita para tratar con ustedes.

Ambos carcajearon. —Creo que elegimos tu encantador rostro.

Salte de mi lugar y me coloque entre ellos, tome el libro que Gideon estaba sosteniendo y empecé leyendo la teoría, ellos asentían estando de acuerdo en lo que decía, en ocasiones preguntaban y si era una respuesta que no podía responder con certeza, los tres nos dedicábamos a investigar.

El encantamiento que los gemelos estaban practicando básicamente vincula varios objetos para un propósito en común, como eran las primeras veces que ambos lo intentaban habían decidido encantar el pergamino que antes intercambiaban, una vez hecho, uno de ellos escribiría en el pergamino original esperando que el mensaje se duplicara en el otro pedazo de pergamino.

Nos tomó un montón de tiempo, pero cerca de la media noche cuando la Sala estaba vacía en su totalidad Fabian fue el primero en intentar el Encantamiento y no fue hasta su quinto intento seguido que por fin tuvo éxito, pues en el pergamino que Gideon sostenía la frase "Hades Theoí, futura Prewett, la mejor tutora en Hogwarts" comenzó a aparecer lentamente. Gideon estallo en risas cuando me fue imposible controlar el sonrojo en mis mejillas y el ligero color rosa de mi cabello.

INEFABLE.© | remus j. lupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora