o48 parte 1

5.9K 574 306
                                    

"Enférmese de música, de libros, de lluvia, de otoños, de soledad. De personas cualquiera se muere"

Elena Poe.

EL PAISAJE QUE HOGWARTS OFRECÍA ERA UNA VISTA QUE FÁCILMENTE PODRÍA CLASIFICAR PARA UNA POSTAL en especial cuando la nieve cubría los jardínes como si este fuera un gran manto blanco. Casi el borde del Bosque Prohibido se encontraba la cabaña donde Hagrid vivía, por la chimenea se podía ver el humo, seguramente Hagrid estaría cocinando algo o simplemente calentaba su casa. Frote mis manos entre sí, en busca de un poco de calor, ajuste mi gorro más que lista para dar media vuelta e ir en busca de un poco de compañía.

Agradecía que fuera sábado y no tener absolutamente ninguna tarea pendiente pues de esa manera podía pasarme todo el día con alguno de mis hermanos y más tarde trataría de convencer a los chicos sobre practicar una última vez el Encantamiento Patronus antes de volver a nuestras casas para Navidad.

Camine por los pasillos que estaban un poco solitarios considerando que la mayoría de los estudiantes preferían pasar su tiempo libre en algún lugar un poco mas cálido, debido a la baja temperatura que había afuera.

Los chicos habían dicho que necesitaban un poco de tiempo entre hombres por lo que amablemente me habían echado fuera de su alcoba, sonreí al recordar que esa misma mañana había visto un poco de papel para regalo debajo de la cama de Pete y que esa seguramente era la verdadera razón por la que no me querían ahí, estaban envolviendo sus obsequios aunque aun faltara casi tres semanas para Navidad. El recuerdo de regalos me hizo pensar en el cumpleaños del mayor de mis hermanos, Zeus cumplía dieciséis dulces años en solo un par de días y él no podía estar más ansioso por llegar a los diecisiete aunque para eso faltara más de un año.

Exhale ruidosamente y me mantuve caminando hasta que llegue a la Sala Común de Hufflepuff, solo eran algunas las personas que salían por lo que no tenia caso pedirle a alguien que buscara a Pos si no iba hacia dentro pues lo único que haría seria causar molestias pero si no le pedía el favor a alguien era probable que me quedara ahí esperando todo el día. Con la firme decisión de que al próximo Hufflepuff que saliera le pediría buscar a mi hermano pequeño, me plante a solo unos pasos frente a su entrada, esperando no estorbar demasiado y que el afortunado Hufflepuff no se molestara por lo que iba a pedirle. Tan solo unos segundos después uno de los barriles que fungía como puerta para los Tejones se abrió, me prepare esbozando mi más encantadora sonrisa, lista para hablar hasta que la figura de Jean apareció, ella de detuvo abruptamente al verme de pie a unos cuantos metros de distancia.

Entonces la que era mi encantadora y dulce sonrisa se transformó más bien en una mueca de fastidio, rodé los ojos y mire hacia el techo, tenia que ser ella ¿no? Suspire, podía esperar al siguiente Hufflepuff, así que sin decir una sola palabra retrocedí, haciendo mas grande la distancia entre nosotras, ella pareció entender mi mensaje implícito por lo que solo ajusto su bufanda y se encogió un poco al pasar a un lado de mí. Era consciente de que estaba juzgando a una chica que probablemente era muy dulce y que nunca había sido nada mas que amable conmigo pero era su aura sumisa y dócil la que me traía un poco de conflicto y que estuviera enamorada de mi hermano solo empeoraba las cosas.

Cuando Jean desapareció de mi vista, camine una vez más a mi antiguo lugar cerca de la puerta, esperando por el siguiente Tejón, me balancee y di un salto cuando escuche unos pasos en mi dirección, seguramente esa persona estaba por entrar y sería más fácil pedirle un favor puesto que no lo estaría molestando —no totalmente—, gire y fue inevitable dejar salir un pequeño suspiro.

Solo era Jean, de nuevo.

Tararee una canción muggle navideña que anteriormente había oído de mamá Hope y al notar que Jean no tenia intenciones de hacer nada más que pararse ahí como un árbol, gire a verla y alce una de mis cejas, esperando que entendiera.

INEFABLE.© | remus j. lupinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora