INEFABLE.© | remus j. lupin

o57 parte 2

ESPERAMOS QUE LAS PUERTAS DEL TREN SE DESPEJARAN PARA PODER SUBIR CON TRAQUILIDAD, a mitad del viaje Pos se había unido a nosotros y comenzó a platicar con los chicos sobre su pequeño puesto como aprendiz, disfrutando la atención que eso le daba. Cerré los ojos por un momento, intentando bloquear los murmullos y con suavidad, coloque mi cabeza sobre el hombro de Remus.

Sabía que estaba agotado e intentaba descansar, la Luna Llena había sido solo la noche anterior y aunque no tenía cicatrices particularmente graves, el dolor de la transformación siempre era intenso, eso nos había dicho el. Por mi cabeza cruzo la imagen de James, el hijo unigénito de los Potter se había ganado un labio partido y un ligero moretón en su mejilla derecha gracias a la ultima Luna, Sirius había conseguido un gran —pero nada grave—, rasguño en su brazo que gracias al suéter que vestía por el clima no se podía ver y Peter paseaba con un corte en una de sus orejas y un raspón en una de sus cejas. Suspire, a pesar de todo, ellos se encontraban bien, podían sostenerse y no había más que dolor físico, lo cual solucionamos con una poción revitalizante.

Con delicadeza pase las yemas de mis dedos por la palma de la mano de Remy que se encontraba extendida sobre su muslo, el tacto logro estremecerlo y con una sonrisa abrió ambos ojos, me miro y sin decir una sola palabra el imito mi movimiento, reí por la sensación y los escalofríos se hicieron presentes, nos pasamos el resto del viaje intercambiando esa caricia hasta que en algún punto, Remus cayo completamente dormido.

El silencio en el vagón se extendió y aun con los ojos cerrados, arrugue la frente, el silencio era señal de peligro si hablábamos de los chicos, así que con parsimonia abrí ambos ojos para encontrarme con la dulce escena de todos mis amigos y hermano estaban durmiendo, Pos estaba recostado sobre Peter y Peter estaba apoyado en la pared que estaba cerca a la puerta del vagón, mientras James y Sirius compartían el extremo opuesto. Prási se entretenía halando de las hebras oscuras del cabello de Pos. Rei cuando el pequeño Bowtruckle tiro con demasiada fuerza, ganándose un resoplido por parte de mi hermanito.

Volví a cerrar los ojos e intente descansar un poco hasta que unos ligeros golpes llamaron mi atención, extrañada me erguí lentamente buscando no incomodar a Remus y no causar mucho ruido, alce la pequeña cortina que cubría la ventana del vagón en el que nos encontrábamos y pude vislumbrar a Jude, sonreí en su dirección, gesto que el imito y con una seña me indico que saliera, asentí. Cuando estuve en el pasillo, los brazos de Jude me rodearon, carcajee por la sorpresa.

Habíamos hablado e incluso me había tomado el tiempo de leer todas las cartas que había recibido la Navidad anterior, éramos amigos y sabía que Jude sentía algo por mi y yo no podía negar que me parecía atractivo así que cuando sugirió conocernos, acepte. Por supuesto que los chicos se mantenían ajenos a toda la situación y quería que se mantuviera de ese modo de lo contrario ellos armarían una guerra en contra de Jude.

—¿Vas a extrañarme? —fue su primer pregunta, ambos habíamos entrado en un vagón aparentemente vacío, pues la cantidad de alumnos que decidían volver a casa no eran muchos.

Reí. —¿De que hablas? Será como una bocanada de aire fresco no tener que ver tus espeluznantes ojos bicolor.

Jude fingió incredulidad. —Creí que eran mis ojos la razón por la que estabas aquí.

—¿Aquí? —pregunte—, ¿en el vagón camino a casa? Yo creí que era porque pasaría Navidad con mi familia.

Una vez más Jude carcajeo, su mano viajo hasta mi cabello y busco acomodar un mechón de cabello. —Sabes lo que quiero decir.

—Lo sé—dije y sonreí. Lo mire directo a los ojos y sin poder evitarlo copie el color de sus ojos. Una deslumbrante sonrisa se instalo en el rostro de Jude, acaricio mi mejilla y me incline en busca de su tacto.