¿Princesa Encantadora? ¡Ni siquiera La Terminé!

26

Han pasado unos pocos días de mi estadía aquí, hoy es el día del primer juego y voy rumbo al patio, no sin antes pasarle mi reporte a Lucas, que por suerte se presento sin que fuera notado, no quiero pensar el escándalo que harían, bueno, solo Silvia.

En estos pocos días no han pasado muchas cosas, he asistido a mis clases, me alimento en la cafetería, soy una de los clientes exclusivos de Priston, me he acercado al niño, debería ponerle un nombre, no puedo llamarlo niño por siempre.

Salgo junto a las chicas al patio #4, esta semana le toca jugar a las personas de mi edificio.

Estamos frente a un enorme sauce sin hojas, por alguna razón, tengo escalofríos. Un profesor se pone en el centro.

—bueno, el juego es conocido como "el juzgado de la bruja" 9 novatos serán las brujas y los demás tendrán un papel al azar, el objetivo es determinar quien es bruja y quien no

Según explica, quienes son aldeanos, poseen ciertas líneas a decir, mientras los investigadores buscan pistas, el juzgado, quien es un pequeño puñado de personas no sabe nada, solo juzgan a base de los argumentos.

Para mi mala suerte, fui elegida como una de las nueve brujas, Silvia como aldeana junto a Amelia.

Las brujas nos hacemos alrededor del árbol quien crea una soga y enrolla a nuestros cuellos, estaba algo apretada.

—¿Qué es esto profesor?—pregunto al ver al hombre quien es nuestro profesor fumar

—no se preocupen, nadie va a morir

"Si claro, como no."

No se cuanto tiempo ha pasado, pero ya me empiezo a cansar, hasta que por fin el juicio empieza, pero...

—Roberta, Anna, y Giselle son declaradas culpables—declara el juez y si, mi nombre en el juego es Roberta

Veo que el árbol libera a quienes no fueron nombradas y a nosotras...

"Mierda"

Nos ha levantado, estamos siendo ahorcadas.

"Aire"

Ya no respiro, no puedo.

En ese momento mi cuerpo golpea al suelo, tomo grandes bocanadas de aire recuperando mi estabilidad respiratoria.

"¿Qué clase de juego de mierda es este?"

Escuchamos unas risas burlonas, al parecer son los espíritus de las brujas.

Escucho al profesor apenas hablar de que descubrieron exitosamente a las brujas, si como no.

Volvemos a nuestras habitaciones después de aquella desastrosa experiencia.

—Eso fue una completa locura—se queja Amelia

Mientras caminamos por los pasillos, nuevamente el niño está jugando con el espíritu de una mano. Pobre.

—me pregunto de quien será esclavo—comenta Amelia

—escuche que era del director, y planea venderlo en una subasta por su gran intelecto cuando cumpla doce

No quiero saber como supo eso Silvia.

Me acerco a él para saludarle.

—hola—se gira para verme y me regala una sonrisa

—hola señoritas

—hola ¿sabes? Es incómodo tener que llamarte por tú o niño, así que gustaría saber si quieres tener un nombre