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—hola Richie—al llamar al joven frente a Alma, este se sobresalta. No estaba acostumbrado a ser llamado por apodos y menos por alguien de la familia imperial.

Alma se dirige a la oficina de correo, Lucas no ha vuelto de llevar a Jennette de vuelta, por supuesto, Athanasia lo acompaña para despedir a la castaña.

—¡su alteza!

Sus ojos negros y cabello cabello lila, de nombre es Richard Gratz y es el director de la mensajería real.

—necesito que envíes una carta para mi

Le entrega una carta y este la analiza de manera minuciosa.

—una carta para Amelia Barma, la entregaré de inmediato. Le aconsejo que consiga un sello real, las cartas con el suyo propio muchas veces hacen las cosas más fáciles

—gracias por el consejo—le sonríe y este se sonroja

Después de aquello, decide volver a su habitación seguida de Michael, su escolta.

—veo que realmente es apegada a mi hermana, alteza—asiente ante las palabras del peliplata

—nos complementamos bastante, por cierto, en la noche, antes de que te vayas, hay algo que necesito que hagas para mi

—cualquier cosa por usted, alteza—me abre la puerta y de inmediato callo al ver a Lucas sentado en el sofá

Al verlo, Michael se queda en silencio y se queda fuera de la habitación, es alguien que sabe que en este momento Lucas no es permitido para la princesa pero en consiente de que está necesita hablar con él.

—pensé que no vendrías—se sienta en uno de los sofás frente a él para ver como una mesa que los separa esta llena de libros—¿Anthy, dónde se encuentra?

—dijo que jugaría con esa bestia, Raven se llama. Ahora dime algo, ¿quién eres?

—Alma de Alger Obelia—le sonríe ingenua sabiendo a qué se refería por el rostro serio del pelinegro

—¡eso lo sé, no soy estúpido!—parecía alterado pero de inmediato se calma—a lo que me refiero es que todo esto es extraño, desde que te conocí he sentido antipatía sin motivo, creí que podía ser la magia oscura que habitaba en tu interior, pero incluso después de eso y hasta hoy en día quiero seguir evitando tu presencia, incluso hablar sobre ti, muchas de esas veces son en contra de mi voluntad. Por eso se te pregunto, ¿quién eres o qué eres? Me quejaba cuando nadie te prestaba tanta atención pero resulta que soy igual, fui consciente cuando una vez tu hermana preguntó por ti

Es obvio que en algún punto Lucas se daría cuenta de lo extraño de la situación, más sin embargo, la rubia decide mantener la calma.

—Lucas, no siempre puedo agradarle a todos, respecto a lo demás, no tengo idea de lo que hablas, no soy tan fuerte en la magia, tu mismo lo has dicho. Aunque creo que he mejorado bastante

—que hayas mejorado y tus ojos sean más brillantes no significa que eres poderosa, sigues siendo débil te guste o no, por otro lado, no me cambies el tema, esto es serio.

Alma lo mira en silencio con una sonrisa torcida, quería gritarle lo poco que le interesaba ese tema.

—Lucas, cómo te dije, no se de qué me hablas. Deberías mejor irte si sigues hablando de locuras

Le mira en silencio para inclinarse hacia ella. Su mirada esta llena de hostilidad. Por su parte los ojos de la rubia y su expresión sonriente no parecen propias de ella.

—si no me dices, yo mismo descubriré las respuestas

Vuelve a su asiento mientras la joven le  agradece que haya dejado el tema de lado, aunque es obvio que su respuesta le brindo sospecha, pero debia admitir que fue una respuesta a modo defensa.

¿Princesa Encantadora? ¡Ni siquiera La Terminé!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora