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Alma camina por el jardín junto a su escolta y Mucama, se sentía más relajada provocando que la tensión en su cuerpo disminuyera.

-oh, lo había olvidado. Su majestad quiere tener una reunión con usted en la tarde -comenta Félix a lo que Alma asiente, ella también quería hablar con su padre

-gracias y... Félix, tengo una pregunta para ti. Cuando te fuiste por unos días, ¿Fue para ir a Goldenheart?

El pelirrojo abre los ojos sorprendido ante las palabras de la joven princesa.

-por tu rostro, veo que querían mantenerlo en secreto. ¿Porqué, Félix? ¿Porqué ocultar algo de ese tipo?

Iris se aparta un poco para brindarles más privacidad, era un tema que no le incumbe, o al menos así pensaba.

-no soy nadie para decirlo-a Félix le costaba ver a la princesa, sentía la tristeza en su mirada

-¿Eso quiere decir que soy la única que te consideraba un amigo? ¿Era una amistad unilateral?

El pánico se apodera del caballero, lucha por negar aquellas palabras, mientras tanto, Alma sonríe con tristeza, al ver la cara de  Félix, sabía que tenía una pelea interna, pero no podía ganarla, después de todo, lucha contra una fuerza sobrenatural conocida como el "destino"

—¡no es así! Para mí, su alteza es alguien bastante importante—suspira aliviado al saber que pudo decir aquellas palabras.

Alma se sorprende de manera momentánea, lo suficiente para que si corazón se acelere.

"Así que el estúpido destino les da libertad mínima"

—es bueno oírte decir eso, porque tú también eres importante para mí—el caballero se sonroja ligeramente

Hubo un silencio entre ambos, no era incómodo para ninguno. Iris veía la escena encantada.

—¡Alma!—el grito de Amelia resuena en el jardín interrumpiendo aquel momento

Félix suspira por la falta de modales de la joven, pero como siempre, lo ignora siempre y cuando la princesa se sintiera cómoda.

—¡Escuche lo que pasó! ¡Una enorme cantidad de sentencias de muerte!—Amelia tenía una cara que no sabía perfectamente que expresión poner, terror, emoción, sorpresa, estaba indecisa.

No pudo responderle ya que un caballero aparece para darle un mensaje.

—su majestad, solicita a la princesa heredera para una reunión privada en su oficina

Alma se tensiona por un momento, sería la primera vez que tendría una larga charla con su padre después de llegar de Goldenheart, el no saber el motivo le daba más razones para sentirse nerviosa.

— allá voy...—Antes de irse mira de reojo a Amelia— deberías ver al gato negro

Amelia tarda unos segundos en procesar lo dicho por la princesa, de quién hablaba era nada más y nada menos que de Lucas.

Con pasos cortos, Alma llega a la oficina de su padre, pide permiso para entrar y una vez lo obtiene, se adentra al lugar.

—buenos días papá—saluda de manera informal ganándose un suspiro por parte de Claude.

—¿Ya desayunaste?

— aún no, el espectáculo de hace poco me quito un poco el apetito —eso dijo, pero el olor que provenía del desayuno del Emperador era tentador

Desde la perspectiva de Claude, la chica parecía un ladrón a punto de asaltar su desayuno en cualquier momento.

—¿De verdad?—por alguna razón quería molestarla

¿Princesa Encantadora? ¡Ni siquiera La Terminé!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora