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Amelia Barma, la ahora dama de compañía de la princesa heredera, termina de acomodar unos archivos para después meterlos en un sobre, ese día se había quedado a dormir fuera del palacio, desde que empezó a trabajar para Alma, se quedaba a dormir en el edificio de las doncellas nobles, pero por esta vez, se estaba quedando en un hotel de la capital.

Se pone una capa negra y sale de la habitación del hotel con nada más que un cuchillo en caso de ser atacada, eran aproximadamente las 9 de la noche, debía apurar su paso para que todo saliese de acuerdo a lo planeado.

Detrás de un callejón oscuro se pone a esperar, no mucho después aparece a quien esperaba, Ijekiel Alpheus.

—Lady Amelia, es peligroso lo que usted y la princesa están haciendo

—¿Eso crees? Es más peligroso que un niño ande por estás calles tan tarde y más un niño travieso y adorable como tú—sonrie al ver cómo el niño le entrega un sobre

—espero que esto sea suficiente para ayudar, mi letra no es la mejor pero hice lo que pude en tan poco tiempo.

—esto es más que suficiente—acaricia la cabeza del niño—ahora vuelve, se darán cuenta tus niñeras

Kiel se despide con elegancia y una vez se retira, Amelia salta con emoción.

—¡Casi quedo ciega por tanta ternura!

Se tranquiliza y vuelve al hotel para reescribir lo escrito por el niño. Principalmente habían pedido ayuda a Kiel para tomar nota sobre unos asuntos plasmados en documentos que posee el Duque Roger, y como realmente no afectará al Ducado, fácilmente acepto en ayudarlas.

—con esto estará la evidencia completa

Cierra por fin el sobre y deja salir un suspiro de preocupación.

"Todo estará bien"

Observa a la lejanía los guardias que hacen en la entrada del palacio de Obelia. Trae consigo una canasta con aperitivos en dónde al fondo se hallaba el sobre.

Se acerca a la entrada con naturalidad y sonríe a los guardias.

—buenas noches caballeros, ¿Podrían hacer llegar esto a mi hermano? Es Michael Barma, el actual caballero nocturno de su alteza, la princesa heredera.

Los caballeros se miran entre si, no podían irse en ese momento y no había nadie cerca, por tanto deciden dejarla pasar, después de todo es la mujer de confianza de la princesita.

Amelia camina hasta el edificio de las sirvientas, todas las puertas están cerradas pero puede escuchar los murmullos de las damas.

—en ese momento, su Majestad la beso por impulso, al verla tan sumisa nada importó, ni siquiera que fuera su propia hija. Empezó a subir su mano por debajo de su vestido...

"¿Cómo dices que dijiste?"

Amelia queda en blanco mientras escucha los gritos de emoción de las jóvenes.

"Alma se sorprenderá por esto"

—Iris deberá darme una explicación de lo que acabo de escuchar

Llega a la habitación indicada y nuevamente escucha los murmuros.

—esto es vergonzoso—era la voz de Iris al otro lado—¿No podrías parar la lectura por hoy?

—no seas así, un poco más Iris—habla otra—continuo. No importa si son hermanas, el deseo inundaba sus miradas hasta dejarse llevar por el placer.

"¿Qué demonios le sucede a esta gente?"

Toca la puerta y de inmediato la puerta es abierta por nada más y nada menos que Iris. La muchacha sale rápidamente sabiendo que era Amelia, así que pidiendo perdón la saca del edificio.

—realmente me disculpo por haberla sacado de esa manera

—no te preocupes, más importante, ¿Qué es lo que acabo de escuchar?

Iris se queda en silencio mientras juguetea con sus dedos de manera nerviosa para después cambiar repentinamente el tema.

—puedo decirle después, ¿No es más importante llevarle los documentos a Sir Loebein?

Amelia frunce el ceño pero sabía que era cierto, no podían perder el tiempo, y aunque accede, no significa que iba a dejar el tema olvidado. Una vez deja los documentos en posesión de Iris, se aleja a llevar la canasta de aperitivos a su hermano y así no levantar sospecha alguna.

Iris por su parte corre hacia el edificio de los caballeros nobles de más alto rango y se detiene frente a la habitación del caballero designado de la heredera. Toca la puerta unas pocas veces para que segundos después, el caballero pelirrojo quien restriega sus ojos con cansancio, estaba durmiendo.

La joven sirvienta se queda embobada al ver al caballero, tenía el cabello desordenado, los primeros botones de su camisa abierta y su expresión somnolienta lo hacía ver más atractivo de lo usual.

"¡Se ve jodidamente súper sexy! Te apruebo Sir Loebein. Es todo suyo princesa"

Quería llorar de la emoción, se había acostumbrado a ver al Emperador con tales vestiduras, mostrando mucha piel, pero jamás imagino ver a uno de los hombres más codiciados por las damas solteras de tal manera, era el sueño frustrado de cada una.

—buenas noches, ¿Ocurrió algo con la princesa?—era lo primero que pregunta al verla, pero de inmediato Iris niega.

—no exactamente. Un sobre llegó para usted a la habitación de su alteza, no tiene remitente, evitando que sea una trampa, decidí traerlo de inmediato

Félix recibe el sobre para después analizarlo con rapidez y detenimiento.

—gracias, lo revisaré de inmediato

Ambos se despiden y Félix enciende una pequeña vela sobre su escritorio, abre el sobre y no observa nada más que documentos, los saca de inmediato y hojea con rapidez.

—esta información...—sus ojos se clavan en un sobre que cae al suelo, el sello de la carta lo conocía a la perfección.—esto definitivamente no iba dirigido a mi propiamente, solo soy un intermediario—habla para sí

Suspira profundamente con la cabeza gacha y un aura deprimente a su alrededor.

—pensaba que podía descansar...—suspira para cambiarse, tomar su espada y dirigirse a la recámara del Emperador—me va a matar si lo despierto

Toca la puerta y poco después se abre. Tal y como lo había predicho, el Emperador abre la puerta con una expresión de querer matarlo. Félix quería llorar, pero la situación lo amerita.

—majestad, debemos hablar urgentemente

El Emperador mira de reojo a su habitación propiamente y suspira.

—la reina duerme aquí, vayamos a la oficina administrativa—el caballero asiente

Claude saca su ropa, después de todo tenía solo puesto la parte inferior, al parecer esa noche no solo había Sido dormir pacíficamente o al menos así se podía interpretar.

—¿Qué sucede para que me llames en horas no laborales?

—es sobre el Conde Dunne...estas son pruebas que confirman las sospechas que tenía sobre él

Claude observa la carta y documentos, en ese instante solo puede masajear su entrecejo.

—¿Cuánto tardaríamos en llegar a su finca?

—4 horas por el camino normal, 2 horas si vamos por el bosque.

—bien. Prepara hombres y unos caballos, iremos por el bosque, también prepara un carruaje, sabes de qué tipo, ese puede irse por el camino normal, podemos conversar de manera pacífica mientras llega. Dile a los guardias que vigilen a Charlotte, no estoy ahí por lo que su seguridad podría estar en riesgo

Claude se mira al espejo mientas se acomoda el traje, generalmente usaría su túnica, pero para ciertas situaciones siempre era más cómodo estar con sus ropajes formales.

—veamos qué tipo de muerte desearán, ¿Decapitación? ¿La horca? ¿Tortura?

—¿Planea una ejecución pública?

—por supuesto, deben aprender que cosas tan bajas como esas no están permitidas en el Imperio de Obelia, sobre todo si está bajo mi mando

¿Princesa Encantadora? ¡Ni siquiera La Terminé!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora