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La subasta está a solo un día, estoy nerviosa como para encontrarme con mi padre después de tanto tiempo evitándole.

El motivo de esta reunión o alumuerzo es para que Amelia prepare lo necesario para mañana. Necesita ir a ciertos lugares y estando ocupada a mi lado no lo iba a lograr.

—padre, he pedido hoy al chef que permitiera a un conocido mío cocinar para usted el día de hoy

La tensión del momento podría cortarse con un cuchillo, ni siquiera la presencia de mi madre y Athanasia alivia tal tensión entre ambos.

—Papá...—le escucho decir eso sin comprender—¿Porqué me dices padre si acostumbras a decirme papá?

"¿Es lo único que pudo decir?"

A pesar de todo, ver su típica cara sería mientras se queja, es una escena bastante adorable, debo admitirlo.

—esta bien, papá...

—dejando eso de lado, ¿Un conocido tuyo preparó el almuerzo?

Amelia aprovecho su viaje a la academia y contrato a Priston como su chef personal, le pedí que me brindará sus servicios por el día de hoy.

—es buena, pero prefiero la que hacías tú—ante las palabras de Claude escucho a mi madre soltar una pequeña risa.

—es porque ella lo preparo. Todo se aprecia enormemente cuando te lo da una persona amada.

—¿Sacaste eso de los libros o te lo dijo una dama noble?—responde ante lo dicho por mi madre.

No lo afirmó pero tampoco lo negó. Una mezcla de sentimientos inunda mi ser, pero lo único que si puedo reconocer, es que quiero llorar.

"¿Es por Claude?"

Quizás mi cuerpo reaccionó ante las palabras, pero realmente no se cómo me siento de verdad. ¿Feliz?¿Decepcionada? También debo tener en cuenta no engañarme gracias a las reacciones de mi cuerpo.

"Es obvio que Claude no me ama. Está destinado a amar a Anthy"

Por eso no puedo darme el lujo de encariñarme con él, aún así, duele mucho. No entiendo porque. Pase tres años, o algo así en el extranjero, solo leyendo sus cartas de palabras simples.

"La mayoría de los humanos tienden a dejarse llevar por pequeñas acciones"

No...otra vez no. La voz en mi cabeza y las insistentes ganas de toser.

—Disculpen, debo ir al baño

Salgo directamente hacia el baño más cercano sintiendo miradas sobre mi. De todos modos, no alcanzo a llegar al baño, por lo que empiezo a toser mientras cubro mi boca con un pañuelo que tengo a la mano. Es doloroso, más que las últimas veces.

A veces me digo que debo buscar ayuda, pero algo me dice que realmente no vale la pena. Da miedo, la verdad no sé que es, cada vez que toso siento mi garganta ser desgarrada, tengo miedo de un día morir, aún así algo en mi interior me dice que la muerte no es tan malo como parece.

—ah...—un pequeño sonido sale de mis labios mientras veo caer el pañuelo al suelo

Son pétalos de rosa manchados en sangre.

—no, no, no

Recojo con temor el pañuelo para esconderlo dentro de mi vestido, pero no sin antes verificar que nadie me haya visto.

—¿Se encuentra bien princesa?

Miro a quien me habla y no puedo evitar sentirme asustada al punto de retroceder unos pasos.

¿Princesa Encantadora? ¡Ni siquiera La Terminé!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora