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—Es hora de despertar su alteza.

La voz de Iris resuena en la habitación de la princesa, pero esta no se inmuta, estaba demasiado cansada por lo que últimamente realizaba: ensayar baile, entrenar un poco de magia con Lucas y ayudar a su padre y madre en algunas decisiones, además de ello debía empezar a manejar papeleo ese mismo día por orden del primero, pero ella solo quería seguir durmiendo, el solo pensar lo que haría ese día le provocaba más pereza.

—Se que no quiere hacer nada, pero si se esfuerza solo por hoy, estoy segura que le darán el día libre mañana, después de todo escuché de Rania que su majestad, la Reina, lo ha regañado, dado que si quiere que inicie su aprendizaje como futura Emperatriz, no debería presionarla tanto.

La ahora nuevamente rubia, abre los ojos de manera lenta observando el techo y empezando su día con una reflexión matutina.

"¿Cómo un burro pudo embarazar a una dragona?"

Dejando eso de lado, volvió en si para sentarse al borde de la cama y poder levantarse de a poco.

Una vez totalmente despierta, bañada y arreglada, se dirige a tomar el desayuno con su madre, Athanasia y su padre quien estaba de visita.

—Su alteza, el mago de la torre pidió una audiencia con usted—una doncella se acerca para darle el mensaje.

Alma no pudo evitar no sorprenderse, después de todo casi nunca o nunca, Lucas había pedido una audiencia formal, siempre aparecía cuando se le daba gana.

—Por supuesto, iré después del desayuno—comenta a la mujer.

—No olvides que en la tarde debes ir a mi oficina—Alma asiente con cansancio ante las palabras de su Padre. Definitivamente no quería hacer nada.

Tampoco podía contar con Amelia ese día, después de todo, ese día debía de revisar el vestido, zapatos y joyería que habían llegado para revisión.

Una vez termina su desayuno, camina hasta su habitación de nuevo seguida por Michael, hermano y caballero de Alma en ausencia de Félix.

Se adentra en la habitación, en la parte que era usada como sala de estar, esperando así, al mago de la torre.

Pocos minutos después aparece en la habitación extendiendo su mano hacia la princesa.

—Se suponía que debías aparecer en la torre, no esperarme.

—Nunca dijiste eso en el mensaje que le diste a la mujer—suelta con indignación la ver que Lucas la veía como si fuera una tonta.

—Oh, cierto. Mi error—suelta sin un ápice de arrepentimiento.

Alma le da un golpe en el abdomen que se sintió como una ligera presión para Lucas.

—Oye loca, no golpees niños, eso no está bien visto—finge un drama.

¿Princesa Encantadora? ¡Ni siquiera La Terminé!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora