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—Con tele trasportación y un hechizo de camuflaje nos adentramos al palacio. Me siento nerviosa mientras camino por los pasillos del lugar.

—¡por favor majestad, piedad!

—¡No quiero!

Escucho dos voces rogar con desesperación, por su tono de voz infiero que es un niño y una niña. Lucas tapa mis oídos mientras me obliga a caminar, le agradezco, no hubiese podido evitar mi sentido de justicia, aunque no se lo que estaban haciendo con esos niños, tampoco quería saberlo, siento que si lo supiera la pasaría muy mal.

Un poco mas alejados, Lucas aparta sus manos, por su expresión parece molesto.

—es un completo cerdo...—Murmura para si pero logro escucharle.

Toma mi mano y juntos atravesamos una habitación. Sentada frente a un tocador llorando yace la persona que tanto quería ver, es Alma.

—¡ya estoy harta!

Lanza las cosas de su tocador con rudeza para después romper su espejo. Entiendo el idioma, es ingles, y gracias a la magia de Lucas, es mas fácil entenderlo.

—¡estúpido Conde Dunne! ¡hubiese preferido estar muerta a que ese hombre me vendiera a este lugar!

"¿Conde Dunne?"

—¿no es ese el tipo al que ayudaste hace algunos años?

—no lo recuerdo—debo hacer que Lucas hable

—se estaban corriendo rumores de que realizaba cosas turbias bajo mesa, pero no se encontraron pruebas por lo que se eximio de sospecha, eso si, su nombre quedo manchado y tu ayudaste a limpiarlo.

"¿fue mi culpa?"

—¿Qué crees que haces?

La puerta se abre dejando ver a una joven de cabello roda y ojos dorados, a diferencia del rosa chicle de mama, su rosa es mas pálido. 

—Tercera princesa Edelian, no le di el permiso de entrar

—tampoco lo necesito, además, ¿podrías dejar de hacer escandalo? no puedo dormir con tanto ruido

—no sabia que los gemidos de dolor y gritos angustiosos de los niños fuesen una canción de cuna para ti 

"¿Qué..dijo?"

—ya han pasado cuatro años, ya era hora de que te acostumbraras

—no puedo dormir sabiendo que alguien sufre teniéndome tan cerca

—pero no te preocupes, si tienes una hija o hijo y es hermoso, padre disfrutara un buen rato con ellos, como lo ha hecho con todos, después de todo necesita saber si somos fuertes mentalmente

—¡eso es asqueroso!

Con cada palabra que soltaban sentía mi estomago revolverse, quiero vomitar y  llorar, porque me di cuenta del significado de aquellos gritos de auxilio. No se cuanto tiempo discutieron, tampoco vi la expresión que Lucas hacia en estos momentos. 

—¡es suficiente, largo Edelian!

Cuando aquella princesa se va, queda sola de nuevo.

—¿princesa, hace cuanto sabes de ella? Es Obeliana, no cualquiera, es miembro de la realeza por sus ojos, ¿Cómo supiste de ella?

—yo...

Las palabras no salen de mis labios, no se que decir.

Veo a Alma sacar un libro del piso, había un escondite ahí debajo. El color del libro es rojo con detalles negros,  lo abre y parece inmersa en su lectura.

¿Princesa Encantadora? ¡Ni siquiera La Terminé!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora