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Actualmente tengo 3 años, mis ojos azules, son ahora marrones gracias a la poca magia que posee mi madre. Cuando cumplí dos años, ella consiguió un nuevo trabajo que nos permitía tener una mejor calidad de vida, no se admiten niños, pero al ser mi madre muy hermosa, hicieron una excepción siempre y cuando no molestara, ahora esta mas repuesta, puedo apreciar que se ve bastante joven.

Estamos en la ciudad de las prostitutas o al menos así le llamo debido a las varias edificaciones que se encuentran en el lugar, esta bastante escondida por lo que encontrar el camino es algo difícil si no posees las instrucciones para llegar. Mientras mi madre trabaja, me quedo en la cocina con una mujer muy amable de nombre Rania, la cual es encargada del inventario de la cocina, mientras ella hace eso, me mantengo dibujando y aprendiendo a escribir en silencio, ya que el idioma Obeliano no se aprende solo por el hecho de reencarnar en una ciudadana del lugar, el escucha es diferente ya que si lo comprendo pero la parte escrita no, es por eso, que tomo varios libros "prestados" e imito la escritura. Cuando mi madre lo supo, me felicito bastante, realizó fichas con el abecedario y en su tiempo libre me ayudaba a aprender.

Durante este tiempo, solo me ha podido regalar cosas pequeñas, algunos dulces que ha robado de los clientes, también esas mismas personas le regalan extravagantes vestidos, los cuales mi mama convierte en ropa para mi con ayuda de Rania quien le enseñó. La verdad no podemos permitirnos mucho, ya que cobran los alimentos y en caso de mi madre, el alojamiento debido a mi. El regalo más grande fue el de mi reciente cumpleaños, una oveja de peluche, me encanto demasiado, le puse como nombre Momo. A veces me dicen que soy similar a un corderito, quizás por eso me la regalo.

Cada vez que subimos hacia nuestra habitación, se escuchan los gemidos al no ser habitaciones insonorizadas, el olor a tabaco, alcohol y droga se siente en el aire. Hay veces es que se escuchan gritos de las mujeres y no de placer, muchas veces las asesinan por no satisfacerlos o simplemente hombres violentos, los cuales las golpean sin piedad, después de asesinarlas sacan a rastras los cuerpos dejando un camino escarlata. Además, se realizan abortos cada vez que una sale embarazada y si se niegan, prefieren acabar con ellas.

"¿De verdad estoy en la historia correcta?"

—dulce Alma, ¿te gustaría aprender a cocinar?—Rania me pregunta. Este es el único lugar junto a nuestra habitación por así decirlo, limpio y puro de aquel desagradable aire.

Lo pienso por un momento, en mi anterior vida era un fracaso cocinando, pero podía hacerlo como Hobbie, sino me podría aburrir.

—¡si!

A partir de ese día, la señora Rania me enseñó a preparar dulces y alguno que otro plato, desde ese día han pasado unos años, ahora tengo 9. Mi rutina desde ese día no ha cambiado mucho, aprendí a leer y escribir, a cocinar también, además, estoy creando un libro propio, anoto lo necesario para crear alcohol, jabón, cloro, champú, acondicionador, cepillo y crema dental y algo parecido al fabuloso, ¿no soy genial?, podría ganar dinero con esos productos, agradezco a mi mejor amiga quien me pidió que le ayudara a estudiar para hacer estos productos, además del poco conocimiento de química adquirido durante mi época escolar.

Me encuentro en la habitación terminando de anotar unas cosas, debía anotar todo lo posible, aquello realmente útil, desde remedios de la abuela hasta productos convencionales, tengo fe en salir de este lugar.

Escucho una fuerte tos detrás de la puerta, observó a mi madre entrar cansada, el olor a tabaco y la droga que le obligan a ingerir la esta matando lentamente.

—Alma...¿Podrías bailar para mi?—desde hace dos años no me lo pedía, antes bailaba un intento de ballet para ella, es raro que me lo pida, pero accedo sin oponerme.

Comienzo a bailar, siempre que lo hago, me siento llena, y no como si hubiera comido, era algo diferente. De todos modos, Madre se ve enferma, no ha dormido bien tampoco, me gustaría poder hacer algo por ella.

En ese momento mi cuerpo reacciona, un delgado hilo rosa envuelve a mi madre, es la primera vez que lo veo. Un pequeño portal rosa aparece y de él, sale una pequeña oveja de peluche pero se mueve como una real.

Mi madre se sorprende y extiende sus manos hacia mi para después abrazarme.

—¿mami, qué acaba de pasar?—pregunto.

—magia, la cual nunca debes mostrar en público.

"¿Magia?"

En este momento recuerdo en donde estoy, en princesa encantadora, ya lo había olvidado.

Mi madre se separa y me mira con una sonrisa.

—¿sabes que significa tu nombre, Alma?—niego ante su pregunta—.Significa de buen corazón, como tú—me besa la frente—. Tu magia es tu propia representación.

—¿Qué?—suelto sin entender

—recolectora de Mana para devolver la vitalidad, magia de Sanación y purificación,  crear pequeños seres que te permiten dormir con tranquilidad y curar, no es la primera vez que haces todo esto, pero es la primera vez que eres consciente de ello. Sin ti hubiese muerto en más de una ocasión—aprieta mis mejillas—mi querida Alma, a veces me pregunto, ¿Cómo seria nuestra vida si no hubiera tomado aquella decisión?—ríe con ironía para abrázarme—. Pero eso no importa, jamás vivas en el pasado, jamás te muestres débil ante los demás y vive mirando hacia adelante.—por alguna razón, sonaba triste.

Me entrega un collar de oro con un corazón de Esmeralda, un regalo de compromiso por parte de Claude, un recuerdo que jamás pudo vender. Me lo pone con delicadeza, todo esto me da un mal presagio, no se que es.

Toma la oveja entre sus manos y se recuesta con ella.

—Nosborn que galán—menciona mientras la acaricia, me reí ante ello, a veces yo decía cosas raras, era la primera vez que decía una de mis estupideces. Jamás me preguntaba de donde sacaba todas esas frases—Cada vez que aparecía en las noches, siempre se acostaba junto a mi, dormir con ella, te da un sueño placentero mientras me curaba por dentro—sonríe.

—¿es así?—pregunto curiosa al ver aquel ser.

En ese momento mi madre me mira en silencio, y aquellas palabras que salen de su boca me dejan inquieta

—¿sabes de un atajo en caso de ataque o incendio?—sus palabras me sorprenden.

Una opresión aparece en mi pecho, tengo ganas de llorar, pero no puedo hacerlo frente a ella y más con lo que acaba de decir. No puedo descifrar esto.

—no—respondo.

—es importante saberlo—me acaricia la mejilla y después abraza la oveja que deja salir un "mee"—Por cierto, olvida lo que dijo el señor Sullivan el día de hoy.

—¿Lo de convertirme en bailarina? Tampoco es que me interese.

—me alegro...haría lo que sea para evitar que seas parte de este lugar repugnante.

"Quiero llorar por alguna razón"

Al día siguiente me enseñó una salida, no pasaba muchas personas por ahí, y llevaba directamente a la entrada trasera. No estaba segura del porque hacía eso, pero no me daba buena espina.

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¿Princesa Encantadora? ¡Ni siquiera La Terminé!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora