ZOE.
—Dame un poco —Leandro me saca el vaso que me había dado mi prima y se lo termina.
—¡Hey! —Me quejo y él me da una vuelta para que sigamos bailando— Igual no me importa. —Me encojo de hombros y mi amigo se ríe.
—Es un vaso, bombón.
—Ya sé pero igual lo decía porque estoy feliz y nada me lo va a arruinar. —Respondo con una sonrisa y él levanta las cejas.
—¿Ah sí? ¿Y por qué estás tan feliz?
—Porque —Hago una pausa mientras hago que de una vuelta—. Se está por concretar uno de mis proyectos con Exequiel.
Leandro me acerca más a su cuerpo con urgencia, asustado— Pero si falta para irnos a España. —Me susurra para que los de alrededor no escuchen.
—Eso no, tonto —Me río, demasiado suelta por el alcohol en sangre que poseía—. Ya tengo casi todo para mudarme oficialmente con Exequiel —Le confieso y siento como se le tensa el cuerpo, lo cual no le doy importancia. Él se queda en silencio por unos largos segundos y cuando quiere abrir la boca para responderme, la música finaliza al igual que la tanda de baile—. Es más, vení, vamos a contarle a mi familia. —Digo con emoción mientras lo tironeaba de la mano.
—Zoe. —Se queja él, más por la noticia que por los tirones de brazo que le estaba haciendo.
Caí a la realidad en cuanto vi como las caras de mis familiares se transformaron ante la noticia.
Enojo, confusión, sorpresa y tristeza.
No eran una buena combinación.Al costado mío tenía dos furias, sentía el calor del cuerpo de Exequiel y los continuos susurros de Leo hacía él.
Mi familia seguía en silencio pero cuando intento girar mi cabeza para enfrentar a mi novio, todo pasó rápido.—Levantala —Escucho la voz de mi prima y en unos segundos Exequiel me levanta como un saco de papás. Grave error, hice un sonido de arcada y él empezó a caminar rápido hasta la entrada del salón de fiestas—. Debe estar diciendo incoherencias, ¿No? —Mi prima se ríe incómoda, seguramente ante mi familia— Voy a ver si... vomita bien su alma.
En el camino, cerré los ojos aguantando el vómito hasta que Exequiel detuviera su caminar. Algo que no estaba pasando.
—Yo no te la puedo creer, Zoe. —Escucho como me dice mientras frenaba sus pasos.
—Necesito parar o voy a.. —No termino de hablar que me sienta en un cantero decorado y al segundo expulso todo entre las plantas decorativas que había en el frente del salón. Cada secuela de inconsciencia se evaporó de mi al cruzar miradas con mi novio—. Mierda que estás enojado. —Susurro y miró para un costado, ahora decidiendo evitar el contacto visual.
—¿Qué te parece? —Me pregunta, cruzándose de brazos y veo como se le marcan los bíceps.
Okey. No era momento de calentarse de esa forma, Zoe, desvía tu mirada denuevo.
—Esto me parece. —Llega Aymará y al segundo siento mi cara congelarse.
—¡Pero la pu-! —Gritó sacándome el agua de la cara y mi prima me tira una toalla para que me seque— ¿Estás loca? Me voy a resfriar.
—Ah, ya está más consiente. —Le dice ella a mi novio, él asiente.
En otras ocasiones, Exequiel se hubiese reído o enojado con ella por tirarme el bote de hielo derretido en la cara pero esta vez... seguía con la misma cara, juzgandome.
—Explicame el juego, Zoe —Me habla después de un gran momento en silencio entre los tres—. Porque no entiendo a qué estas jugando.
Uh, esto ya lo había vivido. Deja vú, Zoe.
—¿A qué juego yo?
—Me decís que no le contemos a nadie de nuestros proyectos, yo acepto. Despues decidis que el otro proyecto se lo podemos contar a Leo y a tu prima, yo acepto —Comienza a enumerar con los dedos—. Te enojas conmigo porque casi se me escapa en tu casa el tema de que casi vivimos juntos, me la banco ¿Y ahora se lo contás a todos? ¿Cuándo acordamos eso?
—Es que se me escapó, estaba feliz, se lo conté a Leo y dije "¿Por qué no a ellos también?" —Respondo y le pongo cara triste, la cual ignora olímpicamente.
—No le creas esa cara ni las lágrimas. —Le dice mi prima y yo la miro mal.
—Te voy a hacer una pregunta —Exequiel se despeina y vuelve a ver por décima vez la puerta del salón por si venía alguien. Estaba desesperado—. Vos sabes lo que sos para tu familia, ¿A vos te parece tirar una bomba así EN EL CASAMIENTO DE TU PRIMO? —Levanta la voz y mi prima se ríe. Hasta yo me quería reír pero sabía que si lo hacía, lo iba a hacer enojar el doble.
—A Ciro le ganó el shock de la noticia, sino ya estaría publicando una fortuna porque le traigan la cabeza de Exequiel. —Me dice Ayma, como si yo no supiera ese dato.
—Te juro que no va a pasar nada, sé que fue mi culpa y lo admito pero vamos a solucionarlo —Me levanto para alcanzarlo, y en el intento casi me caigo pero él me agarra del brazo—. Ya crecí, tienen que asimilar que el pájaro debe abandonar su nido.
—Mañana hay asado familiar, andá pensando rápido tu escena de capricho para que no metan al Bosterito a la parilla —Me recuerda mi prima y Exequiel se gira a mirarme cuando los tres escuchamos pasos—. Vayanse ya.
Exequiel desactiva rápidamente la alarma de su auto y yo le tiro mis llaves a mi prima antes de subirme. En cuanto lo enciende, acelera rápido y yo suspiro sin mirar atrás.
La había cagado, habíamos planeado todo en vano porque lo estropeé.Ahora quedábamos en las manos del qué harán en consecuencia a la noticia.
—Te juro que me bancaria que me caguen a trompadas tus hermanos por haber sido tan tonto de dejarte tomar así, Muña —Habla Exequiel, aún enojado y yo me muerdo los labios—. Tus papás deben estar pensando que no los respeto al hacerte decidir convivir conmigo sin consultarles. Somos chicos, Zoe, y ellos muy sobreprotectores con vos. Estos temas hay que hablarlos con cuidado.
No solo tenía que arreglar la tensión en mi casa, sino que también la tenía que arreglar en mi relación con Exequiel.
¿Acaso había estropeado definitivamente nuestra estadía en el departamento recién amueblado y comprado?
—¿Vamos a salir de esto, no? —Me gire en el asiento, con miedo.
—Si tus hermanos no me comen vivo y tu papá sigue confiando en mi, quizás si.
—No, además de eso —Trato de explicarme—. Fui impulsiva contando nuestro proyecto en cualquier momento, dejándote mal parado. Era algo que no planeamos. —Digo y lo miro, buscando preguntarle si me iba a perdonar ya que él odiaba esas cosas.
No conseguí respuesta. Al llegar a nuestro edificio, bajamos en el estacionamiento e hicimos todo el trayecto hasta el departamento en silencio.
Comencé a desnudarme para ponerme el pijama hasta que veo como él entra a la habitación.
—¿Vos me perdonarías por ser impulsivo y sacarte el poder de decisión? —Me pregunta entonces, dejándome fuera de combate.
Luego de unos minutos, pensándolo, asiento con la cabeza.—Si.
—Entonces no hay de qué preocuparse —Me responde, desvistiendose y metiéndose en la cama— ¿O me tengo que preocupar de algo más, además del lío de hoy? —Me vuelve a preguntar y yo niego con la cabeza—Bueno —Forma una línea con sus labios mientras me veía descambiarme, cuando termino, él estira sus brazos—. Vení.
Sin pensarlo, me tiro a sus brazos, él me tapa y nos quedamos un largo rato abrazados hasta que siento como me voy durmiendo de a poco. Pero sentía que él continuaba despierto.
Seguramente se estaba preguntando, a si mismo, cuál fue el maldito momento que se le ocurrió meterse en una relación con una chica caprichosa y sobreprotegida por su familia.
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Mi Pecado
RomanceViajes, partidos, entrenamientos y el chico perfecto del club de fútbol "River" que la familia acepta. Esa era la vida de Zoe. ¿Qué pasa cuando te das cuenta que la vida que tenés, la cambiarías por solamente estar con otra persona de un equipo riv...