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Los días pasaron y fueron muy malos para Zoe y, en consecuencia, para su familia.

No se lo podía nombrar ni a él y ni a nada relacionado a su persona.
Ella actuaba como si nada hubiese pasado por la mañana pero a la tarde-noche ya no soportaba más y llamaba a Leo o a Tiago.

A nadie más que a ellos dos, ni a su prima ni a sus amigas y eso causaba preocupación en sus padres.

Hasta gastó sus ahorros en sobornar al guardia de la entrada de su barrio para que no lo deje pasar, dejando una foto de él, de su auto e indicándole la patente de este.

Ella sabía que debía tomar esa medida porque tanto su papá, como sus hermanos iban a querer que él pase a aclarar lo ocurrido.
Lo hicieron cruzar la frontera para que se arreglen después del mal entendido, ¿Por qué no dejarlo pasar a la casa?

Los días siguientes se entretuvo estudiando para el curso de ingreso del profesorado de educación física, el cual no estaba segura que iba a seguir pero necesitaba gastar esa energía en algo más que sea llorar y derivar su tristeza en sus amigos.

—Mirá a quién te traje. —Su madre entra a la casa y le habla a Zoe, quién estaba en el sillón mirando la televisión.

Ella se da vuelta y su cara cambiar completamente al ver a Leandro, sonriéndole en la puerta.

—¿Cómo anda mi bombón? —Él la abraza y Zoe se encoje de hombros.

—Nosotros pensamos que le comieron la lengua los ratones , a ver si vos la podés hacer hablar denuevo. —Comenta la mamá, llevándose una mala mirada de su hija.

—Hace días que no te veo. —Se queja ella, obviamente exagerando porque no había pasado ni una semana desde la última vez que se vieron.

—Empecé el colegio, a entrenar.. —Le explica Leandro—. Por desgracia, todavía no soy egresado como vos.

Zoe se ríe y asiente con la cabeza— Te vas a tener que internar en el club para sacar todo lo que tomaste en el verano.

—Todavia no terminó el verano para nosotros —Le susurra él y Zoe abre la boca sorprendida, acercándose para que le cuente al oído—. Última pool party.

—¿Dónde? —Ella se aleja rápido, feliz.

—¿Qué planean?

—Nada. —Dicen ambos a la vez y Leo le hace señas de "Después te cuento".

—Por lo menos para hoy nada —Dice su madre para fijarse la hora en su celular—. China querida, te tengo un trabajito.

—No pienso limpiar la pileta denuevo, le toca a Ciro.

—Que vaga que sos. —Se ríe Leo y Zoe le pega en el hombro para después abrazarlo.

—No, eso no —La madre niega con la cabeza y cuando levanta la mirada para verlos, sonríe—. Quédense así —Dice para sacarles una foto—. En el set van a estar contentísimos. —Niega con la cabeza, contenta, mientras tecleaba en su celular.

—¿Qué set?

—Que sé yo, nos van a pagar. —Leandro se encoge de hombros.

—La plata siempre te mueve a vos, eh.

—Como si a vos no.

—¿Te acordás que te dije que con la mamá de Tiago teníamos una nueva idea para mi marca? —Pregunta ella y su hija asiente con la cabeza— Bueno, la idea es campaña otoño-invierno de ropa interior.

—¡Me muero! —Zoe suelta al amigo y se pone de pie en el sillón— ¡Me encanta, ma!

—No entendió.

Mi PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora