Después de un día de gran recuperación después de una agitada fiesta de cumpleaños, llegó el lunes y la estación de Buquebus volvía a encontrarse con esta familia.
La diferencia era que, esta vez, más pasajeros se habían sumado al viaje.
—La cochera del buque la uso yo, desde ya les digo. —Dice divertido Ciro y ve a su papá que niega con la cabeza.
—Te diría "No, yo voy a usar la cochera con mi auto" pero no tengo uno. —Le contesta Zoe, tirando indirecta a sus padres.
Estaba a días de cumplir 18 y no veía ni una pista de que estén planeando el regalo que ella esperaba.
Geraldine y la mamá de Tiago traen los pasajes para repartirselos a todos y el momento tenso empezó cuando le dieron el último pasaje a Exequiel.
—¡Esa! Llegaste. —El papá de Zoe lo va a saludar, felizmente.
Ella mira a sus hermanos menores, buscando explicaciones pero ellos se pusieron los anteojos de sol y la ignoraron.
—Se te juntó el ganado, cuñada. —Le susurra Chu para que no escuche Leandro.
—Ya son de otra granja, tranquila.
—Ya quisieras —Ciro se mete entre ellas dos y las abraza—. ¿Qué hace el bostero acá? ¿Quiere morir ahogado en el Río de La Plata?
—Ay, Ciro.
—Lo habrá invitado Tiago —Le contesta Zoe y los dos se dan vuelta a mirarla—. ¿Qué?
—Otra vez se peleó, por eso no le dice Iaio. —Ciro le cuenta a la novia.
—Menos charla y más agarrar valijas —Su papá los apura—. Subamos, dale.
—Con River y con Boca ya no más, búscate otro chico de otro cuadro, Chini. —Le dice la cuñada mientras subían al buque.
Si fuera tan fácil sentirse igual de cómoda con otro pibe que no sea Leo o dejar de tenerle ganas a Exequiel cada vez que lo veía, obviamente ya tendría otro. Pero no podía.
El viaje para ella ya había empezado mal.
Pedro se había llevado a Leo para que los acompañe a la cubierta de arriba con los otros chicos, dejándola sola.
Ciro solamente la miró para ver qué hacía y se rió al verla usar dos asientos para dormirse, entre 6 pibes pudieron frenar a la bestia por unas horitas.
[...]
—Ahi llegó, ¿Quién va en la camioneta hasta el hotel?
—¿Puedo bajar el auto del buque? —Le pregunta Zoe a Ciro, quién no se estaba resistiendo a darle todo lo que ella quisiera porque la estaban dejando de lado.
—Si dale, vamos —Él pasa un brazo por sus hombros—. ¿Alguno más quiere venir?
—Me sumo. —Dice Tiago, que casi estaba por subir a la camioneta.
A Zoe le cambia la cara y empieza a acelerar el paso antes de que su mejor amigo le diga a Exequiel que venga.
—No pienses que por esto te voy a perdonar —Le susurra ella antes de subir al auto—. Tranquilo que sé estar sola, no necesito la compañía de seis infantiles como ustedes.
—¿Estás segura que podés estar sola? —Tiago le pregunta, divertido ante la situación de verla enojada— En 3 días hablamos, a ver si pensas lo mismo.
—Te odio, ni me respires cerca.
—Solo te pido que bajes el auto despacio, después hace lo que quieras —Le avisa Ciro apenas ella lo arranca. Cuando van bajando, ven que los demás ya se habían ido al hotel por lo que su papá no estaba y no la iba a retar. Apenas el Audi se separa del buque y toca tierra firme, Zoe acelera como si de una carrera se tratara—. Tampoco tanto, Toretto. —Se queja su hermano, haciendo que ella y su cuñada se rían.
Apenas llegaron al hotel, se separaron las habitaciones y todos bajaron a comer para después volver a subir, cambiarse e ir a la playa.Zoe tenía una habitación para ella sola por ser la única chica, por lo cual se vistió tranquila sin que nadie la apure.
Al salir hacia el pasillo, se encuentra con Leo, Tiago, Pedro y sus hermanos saliendo de la habitación de ellos.—¡Acordate de cerrar, Chango! —Grita Tiago para seguir caminando con los otros y desaparecer para el pasillo de los ascensores.
No se habían percatado de que Zoe los estaba mirando desde unos metros de distancia. Cuando ellos desaparecen, ella ve que dejaron la puerta entre-abierta y no duda en entrar.
—¡Leo! —Ella aparece gritando y hace como que se sorprende al ver a Exequiel— Ay, no sabía que estabas en esta pieza —Dice mientras se acomodaba la parte de arriba de la malla.
—Recien se fue —Contesta él, mirándola de arriba a abajo rápidamente, para después seguir eligiendo qué ponerse—. ¿Necesitabas algo?
—¿Por qué lo decís?
—Porque entraste sin tocar la puerta, te quedas parada ahí y lo buscas a Leo.
—Ah si —Responde buscando la valija de su hermano—. Era para ver si tenía el bronceador de Chino —Dice para encontrarla y abrirla—. ¿Por qué hay muchas valijas acá?
—Decidimos dormir todos juntos al final. —Le contesta, Zoe levanta la mirada y lo ve desnudo poniéndose la malla.
—¿Me estás jodiendo Exequiel?
—¿Qué? —Pregunta él mientras se ajustaba el short— Antes no te molestaba.
—Antes. —Resalta Zoe, poniéndose bronceador enfrente del espejo.
—Todo puede volver a ser como antes —Le dice él acercándose al espejo y, a proposito rozando levemente sus cuerpos, para agarrar un cepillo—. ¿No te parece?
—Si, como antes, yo con Leandro y vos... En tu vida con otras personas.
—Ya te dije que me equivoqué —Se queja Exequiel—. Pero, al parecer, vos no te equivocas nunca —Dice él mirando al espejo—. Ah, si te equivocas. Mirá —Se ríe señalandole una parte donde se pasó mal bronceador, Exe la da vuelta, le esparce bien la crema y pasa una mano por su cara para darle un beso—. Encima de que te equivocas, andas muy mal de reflejos.
—Me estás tentando.—Le susurra ella mientras él le daba pequeños besos en el cuello.
—¿Dejo de hacerlo? —Pregunta él y siente como, claramente, ella no quería que se detenga pero de lo cabeza dura que es, asiente con la cabeza— Bueno, me voy a la playa entonces. — Dice para agarrar sus anteojos, su celular y su toalla y salir de la habitación dejando a Zoe contra el mueble con espejo, muriéndose por dentro por haber rechazado la oferta que esperaba hace días: tener el cuerpo de Exequiel denuevo con ella.
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Mi Pecado
RomanceViajes, partidos, entrenamientos y el chico perfecto del club de fútbol "River" que la familia acepta. Esa era la vida de Zoe. ¿Qué pasa cuando te das cuenta que la vida que tenés, la cambiarías por solamente estar con otra persona de un equipo riv...