Mi Pecado

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ZOE.
  
 
—Menos mal que se está terminando el verano porque no los banco más en mi casa.

—En invierno venimos a ver partidos en tu televisión enorme, no te angusties,  Chini. —Maximo, uno de mis amigos que jugaba en club Vélez, me hace puchero antes de sumergirse por completo en la pileta.

—Igual no te venímos a ver a vos sola, no te creas el centro del mundo. —Elias me pelea y hace montoncito con su mano.

—Che, háganle acordar a Zoe que son amigos nuestros también —Se ríe Leo con mis hermanos.

—Che, háganle acordar a Leo que es mi ex y que al primer error que cometa, lo saco a patadas de mi casa.

—Deci que te tengo lejos. —Leandro me hace fuck you.

—Yo le pego por vos. —Tiago viene nadando hacia mi pero le pongo un pie en la frente.

—Ah, estos nenitos no saben cómo tratarte, amiga. —Juan Ghia me abraza.

—Son unos desagradecidos. —Niego con la cabeza mientras me saco la remera y la dejo en el borde de la pileta, dónde estaba sentada.

—¿No tenías novia vos? —Exequiel aparece atrás de Juan, asustandolo.

—Si supieras lo mal que le va en las relaciones a nuestro amigo... —Maximo se ríe.

—Exequiel. —Lo miro mal cuando veo que está peleando a Juan.

—Bueno.

—Escuchame vos ya estás viviendo acá, ¿O qué? —Le pregunta Elías.

—¿No podías tener más amigas que amigos, Muña? —Exequiel, sin responderle a mi amigo, se queja.

—¿Muña?

—Si, yo también me preguntaba por qué tenía más amigos que amigas. Hasta que Flor me contó que se pelea con todas. —Ayma le responde a Exe y mi amiga asiente con la cabeza, corroborando la información.

—Che, tampoco para tanto. —Me quejo, mientras recordaba las amistades que dejé atrás porque querían estar más tiempo con mis amigos que conmigo.

—Igual, Bosterito, está claro que nosotros llegamos primero y no hay nada mejor que los nenitos Velez.

—Si, hay algo mejor: Nosotros, sus pibes River. —Tiago abraza a Leo y a Matías, quienes les sonreían.

—Ustedes pueden ser sus nenitos de cualquier club, pero el único de Boca acá soy yo. —Exequiel les responde con altura.

—Ah bueee.

—Mmm, eso es lo que vos pensas.

—¿Quién era el que me dijo que me iba a ayudar? —Mi papá aparece con una bandeja y va caminando hasta la parilla.

—Menos mal que llegaste. —Exequiel se levanta y mi papá le sonríe.

—¿Están volando muy bajo estos buitres, Chango?

—¡Na! Ya tiene comprado al papá. —Elias se tapa la cara, riéndose sin creerlo.

—¡Nosotros llegamos primero, jefe!

—¿Desde cuando le dicen jefe? —Digo también levantandome y Exequiel me agarra de la mano—. Bueno, ya que no vinieron por mi, cuidenme a los críos que yo me voy con mi chongo.

—¿A vos te parece que diga eso enfrente tuyo? —Le pregunta Máximo a mi papá, sacándose el agua de la malla— Que degenerada, vamos a hacer el asado mejor.

—Que chupamedias.

—Papá, acordate que estos son de Vélez —Los señalo mientras me iba caminando con Exequiel para adentro de casa—. ¡No hagan lío! —Grito para el lado de la pileta.

—¡Chini! —Escucho como Juan me grita y me doy vuelta— Hoy vamos.

—Si, vamos. —Respondo asintiendo con la cabeza y entro al living para caminar a la cocina.

Exequiel se tira en la sillón pero cuando ve a dónde me dirijo, se levanta y me sigue.
Agarro una naranja de la isla y busco un plato para cortarla en cuatro partes.
Él se acerca bastante pegado a mi cuerpo, haciéndome reír.

—Ah, pensé que ibas a servir ensalada de fruta.

—Claro, solo viniste por la ensalada de fruta. ¿Te tengo que creer o...?

—Ultimamente estás más irresistible que nunca. —Me dice para morderme despacio el cuello y después besarlo.

—Tampoco te creo eso —Me río para alejarme de él, con el plato en la mano—. Si quisieras eso, ni te hubieses bancado lo que te dijeron los chicos. —Lo señalo y él se ríe, asintiendo con la cabeza, dándome la razón.

Entro a mi pieza, me tiro en la cama y él hace lo mismo, mirándome como comía la naranja.

—¿Por qué me dijiste "chongo"?

—Sabía que venías por esa causa.

—¿Qué? Yo llego a decir eso enfrente de otras chicas y se me pudre todo.

—No, porque no acordamos nada. —Digo relamiéndome los labios.

—No mientas —Exe me señala—. Pensé que había quedado todo más que claro en Uruguay.

—Si, yo arreglé las cosas en Uruguay —Asiento con la cabeza—, pero nadie me preguntó para estar en una relación.

—Uy dale, Chini.

—Disculpame, ¿Vos sabés con quién estás acostado en este momento? —Me siento en la cama y me acerco de a poco a él.

—Vos con uno de los más codiciados de AFA, ya lo hablamos.

—Y vos con la hija del DT de River —Susurro mirándolo a los ojos—. Hasta tenés la suerte de que sea modelo.

—Ni título tenés.

—No me hagas mostrartelo.

—Mostrame otra cosa —Él me tira la boca pero yo lo esquivo, haciéndolo reír—. ¿Me estás hablando de verdad?

—Si, Exequiel. Quiero que oficialicemos.

—Bueno, después no quiero quejas de que fue mediático el momento y que tus hermanos se quejaron, bla, bla, bla.

—Yo no me conformo con tus mentiritas y chamuyos como otras —Digo levantando una ceja—. Si es por mí, que se entere todo el país de lo nuestro.

—Guarda, que no se te escape ningún "chongo".

—Guarda con las de tu pueblo. —Digo agarrando el último gajo de naranja para apretarlo fuerte contra mis labios, haciendo que un poco de jugo me caiga por el cuello.

—No hagas eso que me desconcentro y tenemos que seguir hablando.

—¿Qué? —Pregunto relamiéndome los labios y Exequiel se tapa los ojos.

—Si no lo veo, no lo siento —Dice, haciéndome reir—. ¿A dónde vas a ir con Juan?

—Ah, Máximo hace una fiesta en su casa hoy a la noche. —Digo y veo como él se saca la mano de los ojos.

—¿Hoy?

—Si, ¿Vamos? —Pregunto, esperando su respuesta más que ansiosa.

Sabía que mañana empezaba a entrenar en Boca pero de celoso que es, no me iba a decir.

—Bueno, ¿Por qué no?

—¿Seguro?

—Si, Chini. —Me dice acercándose a mi para chupar mi cuello.

Claramente me convenía que diga que no y nos quedáramos durmiendo en casa, así no tenía tanto sueño a la mañana para ir a verlo pero va a ser todo un desafío.