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Suena el celular de Tiago, este lo saca de su bolsillo y al ver el nombre que aparecía en pantalla, se levanta rápido del sillón.

—Ay, Iaio, ya que te levantaste. ¿Me traes más bombones del frizzer? —Le pregunta Zoe agarrándolo de la mano y él asiente para soltarse.

Matías lo mira confundido, sabía que le pasaba algo pero igualmente se quedó acostado en el sillón con su hermana.

—Pará un poco con el chocolate vos —La señala—. Después vas a parecer un choclo.

—¿Y si cerras la boca, Matute? —Zoe lo mira mal para después subir el volumen de la televisión.

Tiago se dirige hasta la cocina y atiende, suspirando.

—¿Te equivocaste?

—No, me di cuenta que me equivoque al dejarte de hablar, hermano —Escucha la voz de Exequiel del otro lado y se le forma una leve sonrisa debido al alivio de escuchar esas palabras—. Sabes que no puedo estar peleado con vos.

—Del 1 al 10, ¿Qué tanto influyeron tu mamá y tu hermana en esta llamada?

—¿Si tengo que puntuar? Un once —Se queja—Más que vacaciones, esto fue un retiro espiritual en casa. —Dice para que ambos se rían.

—Es que Chango, no podes ser tan cabezón para creerte todo lo que te dicen.

—Si igual, solo te perdoné a vos.

—Dale, no jodas, Chango —Tiago se queja—. Si vos tuviste un retiro espiritual, Chini tuvo un calvario acá.

—Es que tampoco sé cómo fueron las cosas —Exequiel suspira—. Sabes que siempre me costó confiar.

—¿Y en mí no confías? Te hablo con la verdad siempre, hermano. Estuve pegado a ella todos los días. No pasó n-a-d-a.

—Si pero no sé, déjame pensarlo más.

—Bueno, escuchame —Tiago abre el frizzer y busca el tupper con los bombones que le pidió Zoe—. ¿Vos ahora dónde estás? ¿Ya te venís?

—Si estoy esperando el vuelo. En, más o menos, dos horas estoy allá.

—Perfecto, te voy a buscar.

—¿Estás loco vos?

—Loquísimo. —Tiago sonríe y corta la llamada para agarrar el tupper e ir hasta el living.

Se sienta, le da los bombones a su amiga, apoya su brazo en el respaldo por detrás de ella y se la queda mirando.

—¿Pasa algo? —Pregunta ella mientras abre el tupper pero su amigo niega con la cabeza— Ah ya sé, me hizo re bien la mascarilla ¿No? —Vuelve a preguntar y se ríe—. Si, Gordi, tenía una cara de zombie llorosa que dije: "Stop, Zoe".

—Te afectó al cerebrito más que a la cara —Matias la jode y Tiago se ríe—. "Stop Zoe" —La imita— ¿Desde cuándo habla así?

—Callate que vos seguís castigado, ¿Ok? —Ella lo señala— Todavía no supero que me separaste con el... Con el...

—El bosterito —Tiago le completa la frase y ella se tapa la boca—. No empieces con que no hay que nombrarlo y no sé qué. Sabes que se va a solucionar todo.

—Ah mira vos, ¿Desde cuándo tan positivo vos, Iaio?

"Desde que mi mejor amigo me llamó para arreglar las cosas y se me ocurrió formar un segundo encuentro entre vos y él."
Se le pasó por la cabeza a Tiago pero, por fuera, solo sonrió y se encogió de hombros.

Mi PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora