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ZOE.
 
 
—¡Dejate de joder, Morena! —Gritaba Leo mientras yo grababa el audio desde mi celular y me reía. More no solamente era mi amiga, sino que era la novia de Franco, el hermano de Leo y a pesar de ese grito, puedo decir que se llevan bastante bien.

—Wachines, si no van a ver la tele, pásenme el control. —Nos dice Matías, que estaba en el mismo sillón pero al lado de Leo.

—Uy, se pone celoso.

—Lo tengo que aguantar todos los días a este —Mi hermano lo mira mal—. Encima ahora en mi casa también.

—Vos me invitas, celoso —Se ríe Leandro y yo lo miro confundida—. No quiere llegar solo al partido contra Boca.

—Ah, mira que cagón me saliste. —Digo mirando a Matías.

—Ya me miran mal por ser el hijo del DT de River, mínimo que me miren un poquito menos porque está Leo al lado.

—¿Y a vos por qué te van a mirar mal?—Miro al amigo de mi hermano y "amiguito" mío también.

—Porque soy hermano de Franco, el que reparte más patadas que todo el plantel junto.

—Vos sos igual, ¿Qué le decís a tu hermano? —Matías le pega en el hombro y él se ríe.

—Hablando de Fran, ¿Él sabe que estás acá?

—Na.

—¡Por eso te está buscando Morena, tarado! —Digo agarrando el celular— Los llevo y los traigo yo hasta a casa —Mando un audio, veo como mi mamá entra y al escucharme se muestra sorprendida—. ¿Qué?

—¿Vas a ir sola con ellos dos?

—Si, ¿Por qué?

—¿No querés que vaya Ciro? Así no estás sola en la tribuna.

—¡No! —Gritamos a la vez con Matías, seguramente él recordando lo mismo que yo. Los anteriores clásicos que Mati tuvo, nos tuvimos que ir corriendo por las peleas del tonto mayor con las familias del club de Boca.

—Yo me arreglo, mamá, no tengo 10 años.

Me quedo unos minutos más en el sillón hasta que ellos se cambien y cuando terminaron, agarré las llaves del auto de papá y salí al jardín.

¿Se acuerdan cuando dije que tenía beneficios por ser la favorita de papá y mamá? Bueno, este es uno de los tantos: Poder usar el auto de mi papá.

Matías, celoso aunque no lo diga, se apura para subirse del lado del copiloto y dejar a Leo atrás, quién se ríe y no le importa. Es muy buenito este chico.

Obviamente no iba a estar sola durante todo el partido y después el tiempito que están dentro del vestuario, así que me desvíe para la casa de mi amiga Flor.

Ella fichaba a los pibes de inferiores conmigo.

—Esperenme que bajo y ya vamos. —Digo desabrochandome el cinturón, poniéndome los anteojos y saliendo del auto.

Cómo siempre, yo tenía que esperar a Flor y ella no a mí.
Toqué el timbre de su casa, me quedé hablando un rato con la madre hasta que salió. Cuando me di vuelta para que empecemos a caminar hasta el auto, veo como Matías se había cambiado a la parte de atrás y Leo a la de adelante.

—Uy, viniste con el lindo de mierda. —Mi amiga sonríe.

—Y si, es mi hermano, pendeja. —Digo empujándola, ella se ríe, me guiña un ojo y nos subimos al auto.

Leo solo me dedica una mirada con la que ya sé que había pasado. Matías vio que era la casa de Florencia y lo dejó irse para adelante.

La cuestión era la siguiente: ambos me decían que se gustaban, no hacían nada y yo tampoco.
Mirá si voy a juntar a mi amiga con mi hermano. Si no es por cuenta suya, no pienso ayudar. Después el quilombo lo iba a tener yo.

Mi PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora