ZOE.
—Eu —Siento, entredormida, como la cama se mueve—. Leo.—¿Mmm? —Leandro se sienta en la cama y veo que mira en dirección a la puerta.
—Despiertense que ya están por llegar.—Distingo la voz de Franco, el hermano.
—Bueno, cerrá.
—Pero no te quedes dormido, eh —Amenaza Franco y yo me río por dentro—. Dejo la luz prendida del pasillo mejor.
—Si es de día, Fran —Este se queja y le tira un almohadón—. Chau, cerrá la puerta. —Dice con mala cara y cuando se cierra la puerta, despacio para seguramente no despertarme, se vuelve a acostar y refriega su cara contra la almohada.
Pasan unos minutos dónde siento su mirada fija en mi hasta que abro los ojos y veo como los suyos se están cerrando de a poco.
Se estaba durmiendo mirándome, no sé cómo reaccionar a esto.
—Te quejas —Susurro dándole un pico—, pero tu hermano tiene razón, eh. —Me río bajito cuando él sonríe y le doy muchos besos en la cara.
—Mirá cómo te haces la dormida —Leo abre los ojos y me abraza por debajo de las sábanas—. ¿Dormiste bien, bombón?—Me pregunta, yo asiento y nos damos un beso.
—Me encanta porque ni se putean, en casa me despiertan así y puteo hasta a Gino.
—Ahh pero cuando te pones mimosa, hasta a Matías lo cargoseas. —Él se ríe.
—Shh —Lo callo sonriendo para que volvamos a besarnos. Era obvio que tenía razón con lo que decía igual—. Si me das algo de desayunar, en dos minutos me voy.
—¿A dónde te vas a ir? —Leo acerca más nuestros cuerpos— Vos te llegas a ir y mi mamá me va a joder toda la tarde con que por qué te deje irte.
Me río imaginándome a Pía poniéndolo de mal humor a propósito. Nuestros papás se conocían desde que él y Mati se hicieron amigos a los 10 años. Después de 6 años habían pasado varios ratos de convivencia y todos nos habíamos tomado cariño.
Ahora que Leo se había mudado solo con el hermano a un departamento con Matías vivíamos más acá que en nuestra casa.Ciro y Franco también se llevan, aunque mi hermano mayor siempre haya tenido cierto resentimiento hacia Leo. Él ya notaba que este chiquito me miraba de otra forma desde antes de que Leo mismo se diera cuenta que yo le gustaba, más o menos.
—Me quedó un ratito igual, porque en la que me ponga en línea en WhatsApp, Ciro va a empezar a llenarme de mensajes.
—¿No pensas que debería soltarte un poquito ya? —Pregunta mientras se levanta y en boxer empieza a buscar ropa para ponerse.
—Ya ni lo pienso, se lo digo y es el gran motivo de las peleas en casa —Digo agarrando el celular—. Igual nosotros también estamos más pegados que, no sé.
—Bue, bue —Él llega a la cama con una bermuda—. No empieces a hacerte la fría. —Apoya sus manos en la cama y se acerca a mi para darme otro beso, yo alejo mi cara a propósito por lo que dijo pero termino cediendo.
Me puede, qué decirles.
Después de unos largos minutos, salimos de la pieza hasta la cocina para desayunar y al rato entra la familia de él.
—Hola, Titi —Pia saluda a su hijo y yo me río de espaldas. Desde chiquito que le dicen ese apodo y después de años sigo sin superarlo—. ¡Ay, Zo! Amor, no te vi.
—Bue, amor. —Se queja Leo.
—No estaría entendiendo si estás celoso de Zoe o de tu mamá. —Entra a la cocina Cesar, el padre. Nos saluda y ambos van para el living aunque seguimos hablando por el medio de la arcada que conecta los dos espacios.
—¿Jugo de naranja o chocolatada? —Le pregunto a Leo mientras hago puntitas de pie para llegar a los estantes de la cocina, acá no tengo el banquito como en casa.
—Dejá, bombón, yo los hago. —Él agarra el recipiente con chocolatada y lo deja en la mesada.
Cuando veo que no tiene problema en desenvolverse en la cocina, me siento en una de las sillas de la barra para usar el celular y a la vez, integrarme en la conversación que estaban teniendo.
Pero claramente algo me lo impidió.
Había subido una historia a las redes sociales indicando la ubicación en donde estaba y a los minutos, Exequiel estaba respondiendome.
Exequiel
Mmm no me gusta ese barrio para vos
—11:01Ah bue, mira quién aparece
—11:05Como si no estuvieses esperando mi mensaje
—11:06Agarras confianza rápido, bosterito
—11:06Cuando algo se me mete en la cabeza, no me lo saco hasta tenerlo..
—11:08Yo cómo te digo? Gallina, bostera??
—11:0No me queda muy en claro
—11:09
Sonrió inconscientemente. Era imposible que me conozca hace nada y sepa el chistecito que me hacen todos. O Tiago había tenido algo que ver con esto o ya me estaba fichando desde antes.A los hinchas del club River se los apodaba como "gallinas" y a los de Boca como "bosteros", varios dudaban de que cuadro yo era hincha y de ahí... venía el chiste.
Pienso unos minutos en qué contestarle pero nada se me viene a la cabeza, hasta que veo a Leo que se da vuelta con las tazas.
—¿Qué pasa? —Me pregunta sonriendo, pero a la vez confundido.
—No, nada —Digo tomando el primer sorbo—. Teo que me manda stickers por Whatsapp.
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Mi Pecado
RomanceViajes, partidos, entrenamientos y el chico perfecto del club de fútbol "River" que la familia acepta. Esa era la vida de Zoe. ¿Qué pasa cuando te das cuenta que la vida que tenés, la cambiarías por solamente estar con otra persona de un equipo riv...