ZOE.
—¿No tenías otra remera para prestarle, Teo? —Mi mamá se queja al entrar a la casa y ver las pintas de mi novio.—¿Qué tiene de malo? —Exequiel se mira en el espejo y trata de despegarse la prenda del cuerpo ya que le iba bastante apretada.
—Y... —Yo muevo la cabeza, en desacuerdo.
—Está enorme el bosterito, ma. Si no les gusta, traiganle su propia ropa. —Lo jode mi hermano y se ríe con Exequiel.
—¿Es esa chica de afuera? —Pregunto mirando entre las cortinas hacia el patio de atrás.
—Si —Confirma mi mamá mientras volvía con las ensaladas de la cocina—. Chini, te pido que te comportes.
—Yo, al menos hoy, no voy a ser el problema —Me excuso y como si lo estuviese llamando, escuchamos el chirrido de las llantas de un auto—. El del quilombo va a ser Leo, ahí llegó. —Digo mientras llegábamos a la mesa e ignoraba olímpicamente a la acompañante de Matías.
—¿Te mando mensaje que está cerca? —Me pregunta mi papá y yo niego con la cabeza— ¿Entonces cómo...?
No terminó de preguntar que se escuchó el ruido de la frenada enfrente de casa, cómo apagó el motor para cerrar la puerta en plan para volverla giratoria.
A todos les presento, a Leandro de mal humor.
—Ese es mi nene River —Sonrío incómoda ante las caras sorprendidas de mis papás, quienes claramente no conocían esa faceta de Leandro—. Ya vengo. —Digo feliz para ir hasta la puerta.
—Yo la voy a acompañar para que no se agarren de los pelos en la calle. —Se excuso Exequiel para no quedarse en la incómoda mesa.
Traté con todas mis fuerzas no reírme apenas le abrí el portón del garage pero él ya estaba con la mano en forma de ahorcarme.
—Te odio.
—¿Qué hace? No entiendo. —Exequiel me pregunta mientras veía a su amigo, a metros míos como si fuera una estatua.
Largo una carcajada— Es su forma de amenazarme —Le explico y hago lo mismo con mi mano, aunque estemos a metros de distancia. Parecíamos dos locos—. Bueno dale, vení abrazame. —Bajo la mano y abro mis brazos.
Leandro baja su mano y cuando está por llegar a mi, pasa un brazo por los hombros de Exequiel y ambos se encaminan para el patio de casa.
¿Qué era eso?
Estaba a punto de llamar a Tiago para la terapia en pareja pero no lo iba a despertar a las 3 de la mañana y me faltaba tener la incómoda cena familiar.
—¿Vos sos el loco que entró al barrio como si estuviera en la Formula 1? —Escucho como le pregunta mi papá a Leo cuando llego a sentarme en la mesa. Este asiente con la cabeza, mordiéndose los labios de la risa.
—¿Vieron que no era tan perfectito como creían? —Acoto, sirviendome ensalada—. Acuerdense quién me enseñó a manejar.
—¡ÉL! —Se quejo mi mamá y Leo me volvió a matar con la mirada por décima vez en el día.
La cena continúo así, con comentarios míos tratando de desenojar a mi amigo, Exequiel calmandolo para que no me aniquile en el intento y mis papás tratando de integrar en la charla a la chica que trajo Matías.
Pero Sol, si era así cómo recordaba que se llamaba, en vez de integrarse en la charla... trataba de integrarse en la vida de mi novio.
No dejaba de mirarlo cuando hablaba y perseguía cualquier movimiento que él hacía.Ya no me estaba gustando nada y obviamente se lo comuniqué con la mirada a Matías, a quien tampoco le estaba gustando.
Una desubicada, te metes con mi novio y encima le faltas el respeto a mi hermano menor.Matías me mandó un mensaje diciendo que él se ocupaba del asunto y solo eso me hizo retroceder... pero no del todo, asi que entré a la casa y me fui a la cocina para aguantarme las ganas de tirarle algún comentario.
Por lo que vi, Exequiel se sentía incómodo también por como lo miraba y esperaba no equivocarme.
Tomé un vaso de agua de un tirón mientras pensaba en eso y cuando lo dejé en la mesada, apagué la luz y vi como mi novio se hacía paso entre las cortinas del comedor.—Yo te juro que no soy tan celosa —Me atajé cuando él se acercaba a mi, sonriéndome—, ¿Pero vos viste como te mir...? —Deje de hablar al sentir sus labios sobre los míos y acepté el beso de inmediato.
—¿Les vas a contar sobre lo que hablamos hoy? —Me pregunta cuando nos quedamos sin respiración e indicandome que ni le importaba lo que aquella chica estaba haciendo afuera.
—Me conoces, es obvio que voy a esperar hasta el último momento para contarles —Me reí—. Sino no habría factor sorpresa.
—Tu mamá me va a odiar si dejas el factor sorpresa.
—Se le va a caer un ídolo —Asiento con la cabeza para darle un pico—. Igual de verdad, dejemos todo así hasta el último momento.
—Muña...
—¿Podemos arreglar nuestros problemas de celos de esta manera? —Vuelvo a cambiar de tema, y nos señalo— Fue tremendo ese beso.
—¿Fue mejor que estar gritando, no? —Me abraza y yo asiento con la cabeza.
—¿Qué le estás haciendo a la vieja personalidad de Zoe? —Le pregunto y él se encoje de hombros— La estás matando, bosterito.
—Matar te va a matar el toro, está enojadisimo.
—¿Me pasé un poquito hoy no? Si, lo estuve pensando —Comento mientras me muerdo las uñas con preocupación—. Encima se va a tener que quedar a dormir porque Tiago no se despierta, vamos a tener que hablar otro día.
—Cuando te quiso putear en la mesa, susurró algo de "Mejor no hablo de lo que paso hoy a la mañana" —Me cuenta y siento mi cuerpo tensarse—. ¿De qué hablaba?
—No lo escuché, no sé a qué se refiere. —Niego con la cabeza, fingiendo confusión.
—¿Todo bien hoy en el entrenamiento con tu papá?
—Que raro vos preguntándome eso.
—Si, no suelo hacerlo pero me llamó la atención lo que te dijo Tiago —Explica mientras me acariciaba la cintura—. Tené cuidado, llevalo a Leo te dijo y ahora Leandro dijo eso. Me pareció raro.
—No pasó nada, tranquilo. No hay de qué preocuparse. —Le sonrió, sacándole importancia al asunto mientras llevaba mi mano a su cuello para acariciar su pelo.

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Mi Pecado
RomanceViajes, partidos, entrenamientos y el chico perfecto del club de fútbol "River" que la familia acepta. Esa era la vida de Zoe. ¿Qué pasa cuando te das cuenta que la vida que tenés, la cambiarías por solamente estar con otra persona de un equipo riv...