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—Zoe mírame a mí y ustedes mírenla a ella.—Indica el camarógrafo.

—Esto es tremendo. —Se ríe ella después de posar entre sus dos amigos.

—No quiero más, por favor. —Tiago se queja.

—¿Ya hizo sus fotos individuales y solo con Zoe? —Jimena le pregunta a los del set y todos asiente con la cabeza— Entonces listo, hijo.

—¡Vamos carajo! —Él salta de la tarima rápidamente.

—Traeme agua, hermano. —Le dice Leo mientras se acariciaba la garganta, indicándole que tenía sed.

—¡Eso! —Grita la mamá de Zoe— ¡Mojense! ¡Tiago trae varias botellas!

—Esto se puso caliente. —Se ríe Zoe cuando su amigo les da el agua.

Las de peinado y maquillaje se acercan para mojarles un poco el pelo pero sin estropear el estilo que les habían creado.

—¿Quién empieza? —Pregunta Leo.

—Agarrala de la cintura y anda tirándole de a poco. —Indica el camarógrafo mientras ponía su ojo en el mirador.

—¡Ah! Está fría, maldito.

—Listo, ahora al revés.

Cuando Zoe abre la botella, el celular de Leo empieza a sonar, distrayendolo. Ella lo busca con la mirada y él trata de descifrar quién es, pero termina mirándola para hacer las fotos.

—Un poquito más cerca —Pide el señor y ambos se acercan, dejando a centímetros sus bocas—. Una más. Bien. Esparcile un poco el agua por el torso.

El celular deja de sonar y a los segundos vuelve a hacerlo, desesperando a Leandro. Sabía perfectamente quién hacía eso, quién era tan insistente cuando quería.
Busca a Tiago con la mirada pero, obviamente, se había alejado lo más que pudo del set para que la madre no le pida ni una foto más.

—¿Qué pasa? —Le susurra Zoe mientras posaban.

—Nada.

—Leo, las últimas y ya te dejamos que atiendas. —Jime le sonríe y él asiente.

Contó los siguientes 10 flashes de la cámara como si eso le permitiera terminar más rápido. Dos, cuatro, seis más y las llamadas no paraban.

—Ya estamos.

Él pone su mejor mala cara para que su amiga no se le acerque y va hasta el celular para ver el nombre que había imaginado. Levanta la mirada para ver cómo Zoe se ponía la bata e iba en busca de Tiago y se dedica a contestar, aliviado de que no se le acerque.

—Hola.

—¿Vos me estás cargando? ¡A la primera que confío en ustedes denuevo, te besas a mi novia! —Se escuchan los gritos de Exequiel del otro lado.

—Pará tarado, es una foto vieja. ¿No te das cuenta? —Contesta Leandro poniéndose la bata—. Aparte no es tu novia y bien que te mandaste una.

—Ahora me doy cuenta porque siempre llamo a Tiago y a vos no.

—Sabes perfectamente que no te conviene para nada pelearte conmigo —Lo amenaza y escucha el suspiro de su amigo del otro lado—. Tiago va a ser la última pool party hoy, vení que va a estar ahí.

—No me mientas, antes van a ir a otro lado.

—Exequiel, ni yo ni Tiago te vamos a decir dónde es el evento.

—Necesito verla, Leo.

—Y la vas a ver hoy a la noche, ¡La puta madre, loco! —Se queja—. Pero no vengas al evento porque sabes cómo va a reaccionar. No lo hagas por ella, hacelo por tu suegra y Jimena.

Mi PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora