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EXEQUIEL.

Fui consciente de lo que estaba haciendo, cuando ya había cometido más de 3 errores.
Gritarle a Zoe, irme de Buenos Aires y reencontrarme con una chica de mi pueblo con la que solía salir.
Esos fueron los principales errores, no recuerdo ni quiero recordar los siguientes que me hicieron darme cuenta que estaba haciendo las cosas mal.

O en realidad si me acordaba de uno más, había subido una foto con esa chica. Mi faceta de resentido me había invadido y ahora pensaba solamente en borrarla.
Sabía que con esa foto estaba lastimando a alguien e ilusionando a otra persona, ¿Qué me pasaba por la cabeza?

Tiago no paró de llamarme en los siguientes días hasta que se cansó y yo no dejé de ver la foto que subió Zoe para año nuevo.

El 2020 había llegado y me encontraba en el garage de mi casa, caminando de un lado a otro, pensando en si llamarla o no.

Me limpié una lágrima antes de que caiga en la pantalla y divise como mis amigos llegaban hasta mi casa.
Ellos me llevaron hasta la plaza del pueblo donde se reunían todos los años para festejar año nuevo y ahí fue donde empecé a olvidarme de algunas cosas.

Hasta que desperté y estaba denuevo en casa con un dolor de cabeza descomunal, el mismo corazón dolido y el enojo de mi mamá diciendome que, por lo menos, salga al patio a tomar aire.

—Pensé que te habías ido. —Mi hermana mayor entra al patio, me da un beso en la frente y se acuesta en la reposera de al lado mío.

—Hoy a la noche se va —Le contesta mi mamá mirándome—. Se iba a ir pasado mañana pero apuramos todo para que se vaya a arreglar las cosas.

—¡Al fin! —Camila se sienta en la reposera—¿Se dió cuenta? —Le pregunta.

—No y tampoco voy a ir a arreglar nada. —Les contesto a las dos para levantarme y tirarme a la pileta.

—Si serás cabeza dura.

—Vos la tendrías que haber visto, Cami —Mamá le dice mientras le pasaba el mate—. Cómo lo miraba cuando Exe subió al escenario y la felicidad que tenía cuando le dijimos que vaya ella a felicitarlo primero.

—Ay, pobre.

—¿Y él como la trató? Horrible y la gallinita vino toda triste y se fue corriendo con Tiago.

—Sos tonto, eh. —Camila niega con la cabeza, mirándome.

—Ah claro, ahora el malo soy yo.

—El malo no, el boludo que cree lo que le dicen.

—¡Mamá!

—Un poco de razón tiene, hijo —Ella se encoge de hombros, negándose a retar a mi hermana por sus palabras.

—Aparte, ¿Quién y dónde te dijo eso para que tomes una decisión así de rápida sin charlarlo con ella?

—Un compañero me lo contó en la entrega de diplomas.

—Ahh claro y porque un "don nadie", que vive saliendo de fiesta con vos, te dice eso, vos le crees —Se queja mi mamá—. Pero dejate de joder, Exequiel.

—¿Por qué me mentiría?

—¿Él fue a Uruguay con ellos? No. Entonces no sabe nada, ni tampoco el que se lo contó —Mi hermana me contesta—. Aparte la dejaste a Zoe para venirte acá y juntarte con esta chica que ni debe saber que te egresaste.

—Ni debe saber en qué club juega, Cami.

Me río para mirar hacia otro lado y que no me vean. Yo sabía que Noelia nunca les había caído bien pero antes de conocer a Zoe, siempre me lo negaban.

—Ah pero Exe se hizo conocido, entonces a ella le sirve —Camila se ríe irónicamente con mi mamá—. Por dios, la otra se escapó en un buque para verte a vos recibir un papel arriba de un escenario solamente.

—Ese papel es un diploma, no menosprecies mis estudios.

—Un dulce de leche la gallinita, llegó a las corridas pero estuvo presente. —Comenta mi mamá, apenada todavía.

—Dejá de decirle gallinita. —Me río para después mojarme el pelo en la pileta.
Si supiera que Zoe puede llegar a ser hincha de cualquier club antes que de River.

—Mas te vale que vuelvas y arregles todo —Mi hermana me señala—. Porque sino voy yo, la conozco y hablamos todos juntos.

—Ojalá ya esté con otro asi te das cuenta el error que cometiste, Exequiel —Mamá niega con la cabeza—. Con lo buena chica que es, debe tener miles atrás de ella.

—Y hermosa.

—Muy buena, muy linda, pero me mintió. —Comento por lo bajo.

A pesar de que la extrañaba un montón,
me seguía quedando ese gusto amargo de la situación de hace unos días.
Creo que en parte, era mi culpa por pensar que una relación que empezó con una mentira, iba a terminar bien.

—No te mintió porque ustedes no eran novios, hasta para eso fuiste lento.

—Y no te mintió porque no es verdad lo que dicen. —Camila me mira mal.

—Che, ¿Son mi familia o la de ella? Porque la están defendiendo como si fuera una guerra o les haya pagado por hablar bien.

—¡Ah! Y encima, se peleó con Tiago también —Mamá se acuerda—. Eso no te conté, hija.

—¿¡Con Tiago!? Ah, vos sos un ridículo.

—Claramente no son mi familia. —Me quejo para encender mi celular y ver que de fondo de pantalla tenía una foto con Tiago.

Era la foto que nos habíamos sacado el día que se jugó el superclasico y yo había conocido en persona a Zoe.

Cuánto daba por volver a ese día y cambiar algunas cosas.

Mi PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora