—Ya te dije que te vayas, Zoe.
—No terminé de decirte todo lo que te quería decir —Dice ella para después suspirar—. Exe, sé que me la mandé pero te juro...
—Basta con tus promesas y las mentiras de siempre, ya me cansé —Exequiel se ajusta el cinturón del jean—. Yo me equivoqué, si, pero fue porque creí algo que no le tendría que haber prestado atención. Pero vos hiciste esto conscientemente y eso me molesta el doble —Dice para señalarla—. Aparte justo con Leo, volvimos al principio de todo, vos en el medio de los dos. Encima, lo peor de todo, es que él me estaba por caer bien —Explica viendo como Zoe lo invitaba a acostarse en la cama y él accede—. Igual la verdad, te admiro.
—¿Eh? —Pregunta Zoe, acostándose de costado y mirándolo confundida.
—Yo pensé que el que iba a hacer cualquier cosa e iba a hacer sufrir al otro iba ser yo y me cerraste la boca.
—¿Perdón? —Ella se ríe, haciendo que Exequiel sonría— Me hiciste llorar durante todo navidad y año nuevo, ¿Me estás jodiendo?
—No te dolió mucho si te estás riendo ahora mientras me lo reclamas.
—¡Ja! Pregúntale a tu amigo Tiago.
—¿Por qué te peleaste con él? —Pregunta Exe, trayendo denuevo el silencio a la pieza.
—Porque te defiende a vos sin saber cómo son las cosas.
—Y, vos te mandaste un error bastante grande y feo.
—Pero de verdad, yo te juro que no va a pasar más. Ni con Leo, ni con nadie, yo... Yo te amo.
—Si pero, ¿Quién me garantiza que...? Pará, ¿Te amo? ¿Me dijiste Te amo?
—Te estoy diciendo que, de verdad me di cuenta que no necesito a nadie más que vos, llegaste para descolocar toda la vida que tenía y demostrarme que no soy ni un cuarto de lo que me creía que era. Y si, aunque sea demasiado rápido, te dije que te amo, Bosterito.
—¿No será una estrategia para conquistarme denuevo, no?
—¡Exequiel!
—¿Qué? Ya aprendí que tengo que desconfiar mil veces de una mujer —Se queja él, haciendo que Zoe se ría—. Yo también te amo pero tenía miedo de decirtelo, por las dudas de que no estuvieses igual de enganchada en la relación. Igual mucho no me equivoqué porque terminaste con Leo.
—Dale, fue un enorme mal entendido lo que pasó.
—¿Me lo aseguras? —Pregunta y ella asiente con la cabeza— De verdad Muña, no me gusta estar mal por esto. Necesito que lo digas con honestidad.
—Si, tonto, ya está todo aclarado con Leo.
—¿Por quién me lo juras?
—Uy, cómo estamos.
—Claramente soy el sensible de esta relación.
—No te creas.
—Dale, ¿Por quién me lo juras?
—Te lo juro por Gino —Zoe se acerca para mirarlo a los ojos—. Y por mi papá, sabes lo que eso significa.
—No me va a quedar otra que creerte. —Susurra Exequiel acercándose para mirarle la boca.
Ella acerca más su cuerpo al suyo para agarrarlo del cuello y juntar sus bocas, causando un mar de sensaciones en su cuerpo.
—Igual —Él corta el beso y le da un pico—, ya sabía que estaba todo aclarado con Leo pero quería que me lo digas vos.
—¡Me estás jodiendo! Ahora yo tengo que aprender a desconfiar de vos —Se queja Zoe, pegándole en el hombro mientras el otro se reía—. Que tierno que es Leo.
—Bueno, bueno, tampoco tanto.
—¿Qué? Ayudó a que ahora estemos arreglados.
—Si pero también te sedujo y estropeó todo mi plan. Sin saberlo, pero lo hizo.
—Tenes razón en todo lo que me decís —Chini lo agarra de los cachetes para mirarlo—, pero vos a mi no me dejas. Nunca. —Le susurra para volver a darle un beso.
Ese beso se va elevando de temperatura cada vez más hasta que se escucha el ruido de la tarjeta electrónica que abre la puerta de la habitación.
—¡Ah pero que fácil que sos, Exequiel!
—Se van, se van.
—¡Es nuestra pieza, yo te debería estar echando a vos! —Matias le hace montoncito a su hermana.
—A ver, ¿Qué mentira te dijo para que le creas? —Tiago se detiene enfrente de la cama de Exequiel, cruzado de brazos.
—Yo planeaba reconciliación de otra forma. —Le susurra él a Zoe, haciéndola reír.
—¡Secretos en reunión es de mala educación! Chango te hice una pregunta, no me ignores.
—Che, sacá la mano de ahí. —Teo le pellizca el brazo a Exe, quién tenía una mano en la cintura baja de Zoe.
—Bueno, me lo llevo. —Ella se levanta y tironea de la camiseta de su chico.
—Sos más fácil, Chango.
—Dejenlos —Se queja Leo—. Primero, antes de irse, denle un abrazo a su cupido.
—Ja, para tener un cupido así, prefiero no tener —Se ríe Pedro—. Primero te estropea todo y después lo arregla.
—¡El decorado se calla!
—Los amo, buenas noches —Se despide Zoe para salir de la mano con Exequiel. Quién al ver cerrarse la puerta, la acorrala contra la pared para besarla—. Pará, pará, nosotros ya nos habíamos reconciliado.
—No sé en tu barrio privado pero en mi barrio lo que tuvimos recién fue otra reconciliación de otra pelea. Nos debemos una.
—Bueno dale, vamos.
—¿A dónde?
—A la pieza, tonto. ¿A dónde querés ir?
—Si en la pieza trajiste a tu prima.
—Ay, es verdad —Zoe se pega en la frente—. También está Florencia encima.
—Y bueno, no queda otra que irnos a dormir.
—Ja, contate otro chiste —Ella lo agarra de la mano y ambos bajan al lobby. Zoe pide las llaves de un auto y se van para el estacionamiento—. Suba, señor novio. —Le guiña un ojo riéndose mientras se metía en el Audi.
—¿Ya te regalaron el auto?
—No, ojalá fuera mío.
—¿Y de quién es este? —Pregunta para después sentir la acelerada de Zoe— Pará, la concha tuya, andá despacio.

ESTÁS LEYENDO
Mi Pecado
RomanceViajes, partidos, entrenamientos y el chico perfecto del club de fútbol "River" que la familia acepta. Esa era la vida de Zoe. ¿Qué pasa cuando te das cuenta que la vida que tenés, la cambiarías por solamente estar con otra persona de un equipo riv...