ZOE.
—Ah, hasta maquillada venis, traidora. —Leandro me saluda apenas entro al entrenamiento con mi papá.—Manejala. —Le advierte mi papá para seguir hasta donde estaba su cuerpo técnico.
—¿Y los chicos? —Le pregunta a los gritos, como si estuvieramos en casa en vez de un predio enorme y verde del club.
—¿De verdad preguntas? —Papá le sonríe de costado y sigue su camino, dándole a entender que Matías y Teo habían hecho una parada técnica en el buffet. Como siempre.
—¿Y? ¿Viste alguna carita nueva?
—Nada por ahora —Leo se me acerca y me levanta los anteojos de sol—. ¿Estás maquillada y te pones lentes? —Me pregunta y yo me encojo de hombros— Bueno yo también, no quiero que, quien sea que venga nos vea mirando.
—Al fin mi hijo aprende una de mis tácticas —Lo agarro de los cachetes y le muevo la cara, haciéndolo reír mientras se ponía los anteojos—. Epa, mira esa facha eh. Linda sobra le dejé a Barbarita.
—Tu boca es sobra, tarada —Me empuja y yo me río—. Dejemos de histeriquear que ahí viene alguien.
—Te conozco, ibas a decir "Tu cola es sobra" pero seguís resentido de que ahora soy del club Boca —Lo señalo y él niega con la cabeza, mientras sonríe hacia otro lado—. Era evidente desde antes de Exequiel, muchos no lo veían.
—Bombón...
—¿Te acordás cuando te decía que no nos podíamos ver y aparecía en la bombonera con nuestros amigos de Vélez? Yo daba indicios. —Continuo hablando sola y veo como él frunce el ceño.
—Zoe date vuelta ya.
Le hago caso y simulo que giro a ver a los jugadores entrando en calor pero por el rabillo del ojo veo a un chico entrar.
Sentía que el ambiente se ponía en cámara lenta como en las películas con esas canciones en modo slowed. No podía ser verdad.
Pelo castaño con indicios de rulos, ojos verdes muy grisáceos, jean negro con una chomba blanca y unas zapatillas Alexander Mcqueen del mismo color.
Por encima llevaba el camperón color bordo de River, obviamente para llamar la atención y decir "Soy yo, llegué".Si competíamos en outfits ridículos para venir a ver un entrenamiento de fútbol de primer división, él me estaba ganando por goleada. Pero qué bien le quedaba.
Leandro, supongo que un poco celoso por el escaneo que le estaba dando al recién llegado, hace un sonido con su garganta y vuelvo a mirar a los jugadores.
Ambos seguíamos en silencio.—¡Matu! —Mi papá se acerca hasta donde estábamos y el chico se acerca a saludarlo, sonriente.
Cuando me doy vuelta a mirarlo, confundida ante ese apodo, veo como mi hermano Matías venía a paso acelerado con nuestro hermano Teo.
Seguramente había escuchado lo mismo que yo desde el otro lado del alambrado y entraba con nuestra mala cara característica.Uh, se juntaron los cachorritos mal humorados de la familia.
—Matias Poggi. —El intruso se presenta solo y me da un beso en la mejilla rápido para después saludar a Leandro con un apretón de manos.
Mi amigo se saca los lentes para hacerle notar su disgusto.
Intruso sacate el camperón rojo que el toro está en ataque.
—Zoe —Le sonrió incómoda ante el momento y viendo como mis hermanos se acercaban. Antes de que el mayor abra la boca, mire a mi papá—. ¿Él es?
—Matu es hijo de Lorenzo que volvió al cuerpo técnico y bueno, nos reencontramos —Me explica y le palmea el hombro al chico—. Como creciste, eh. —Se lo lleva para el otro lado mientras escuchamos el silbato de descanso en el entrenamiento.
—¿Quién carajos es y por qué le dicen "Matu" como a mí?
—¿Quién carajos es y por qué te saludó con tanta confianza? —Teo también pregunta con el mismo tono.
—Tengo la misma duda. —Leo se cruza de brazos para girarse y seguir mirando mal al intruso.
—Tiago tenía razón. —Es lo único que me sale de la boca. El chico Poggi me había robado la atención en un segundo y en vez de enojarme por no ser la única hija favorita en el plantel... me dejó embobada.
Me había dejado en offside pero no lo iba a admitir, ni para mi, ni para mis tres celosos acompañantes, quiénes lo aniquilaban y juzgaban con la mirada.
—No te me vayas a poner celoso, Matu, eh —Uno de los jugadores del plantel de nuestro papá se acerca a mi hermano—. Que acá el único con ese apodo, para nosotros, sos vos. —Lo despeina y lo hace reír.
—Mas les vale, giles.
—Me voy. —Digo mientras tecleaba en el celular, hablando con Exequiel que estaba por salir de entrenar en el predio del club rival a este.
—¿Eh? ¿A donde? —Me pregunta Leo mientras ve como mis hermanos se iban con el jugador. Cuando ve mi chat en la pantalla, se ríe incrédulo— No me digas que te calentaste y te vas con Exequiel ahora.
—¿Calentar en qué sentido? —Le pregunto y me voy a paso apresurado.
—¡ZOE! —Me grita Leandro, ya enojandose— No te la mandes, pelotuda.
—¡No dije nada! —También le grito mientras sacaba las llaves de mi auto.
Lo conocía y sabía que se iba a quedar haciéndose la cabeza de cómo me había quedado mirando a Matias Poggi apenas este entró al predio.
Pero no era mi problema, mientras menos yo pensara en ese momento, mejor me voy a poder controlar.
Total, no lo voy a ver tan seguido y estoy en una relación con Exequiel.Tiago me dice que me porte bien pero a la vez me hace presenciar un entrenamiento donde cae tremendo bombón, ¿Mi mejor amigo me está probando o qué?

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Mi Pecado
RomanceViajes, partidos, entrenamientos y el chico perfecto del club de fútbol "River" que la familia acepta. Esa era la vida de Zoe. ¿Qué pasa cuando te das cuenta que la vida que tenés, la cambiarías por solamente estar con otra persona de un equipo riv...