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EXEQUIEL.
 
 
—Dale chabón, saca la foto. —Escucho como los hermanos de Zoe se peleaban con Pedro mientras posaban en el espejo.

Suspiro dejando el celular apoyado en la cama, claramente estaba esperando que Zoe se ponga "en línea" para hablarle pero vaya a saber qué estaba haciendo ella en este momento.

Habían pasado horas de habernos visto y de qué haya estado con Leandro en la habitación, por lo que había descartado la idea de que siga con él.
Pero a la vez, un pequeño enojo me recorrió el cuerpo pensando que, quizás si estaban juntos.

Por suerte, la idea se descartó definitivamente al verlo entrar por la puerta.

—A que no se imaginan de qué me enteré. —Leo entra con una sonrisa y cierra la puerta atrás suyo.

—Me parece que te llegó un mensaje, Changuito. —Me susurra Tiago, quién estaba acostado al lado mío.

Echo una mirada al celular y veo que era un mensaje de Zoe, lo agarro para contestar hasta que escucho a Leo.

—Hay unos bombones en nuestro mismo piso que no quieren ir solas a la fiestita de hoy. —Cuenta y todos giramos a verlo.

—Bueno, yo ya estoy cambiado. —Matias da una vuelta para mostrarle.

—Che, che, ¿Bombón no era el apodo de Zoe?

—No, Chini está rarísima últimamente y ni nos prestamos atención ya —Responde, cruzandose de brazos pero pensativo—. Chau Zoe, hola una nueva. ¡No puede ser que siempre esté atrás de la misma!

—¡Claaaro, así me gusta! —Mati lo abraza y me hace caras para que diga algo.

—No digas nada. —Vuelve a susurrarme Tiago.

—Si el Chango la pudo dejar y olvidarla, ¿Por qué yo no? —Pregunta y todos le dicen que si con la cabeza— ¿O no, Exe?

—Eh... sí, obvio.

—Me encanta, hoy noche sin Zoe —Tiago se sienta en la cama—, todos nos llevamos bien y... Tenemos para hacer tragos. —Dice para señalar las botellas en una esquina de la pieza.

—Nos falta algo para rebajarlo, boludo.—Se le ríe Teo.

—Eh, eh, ¿Y vos cómo sabes eso? —Preguntamos a la vez con Leo.

—Los novios protectores de Zoe tenían que ser.

—Tenemos para usar el jugo del buffet del hotel, no se hagan los finos ahora. —Se queja Pedro.

—Perfecto, listo, vamos.

—Que vamos si estoy en bolas, Culiao. —Digo saliendo de la cama y Tiago también se levanta para ir a su valija.

—Se pegan una duchita y que empiece la casería.

—Igual vamos a tener cuidado que mañana es el cumpleaños de Chini —Nos advierte Matías—. Hay que estar lo más encubiertos posibles para que la reina no se ponga de mal humor.

—Te quiero ver si decís lo mismo cuando estés en pedo, Mati.

Negando con la cabeza, me meto al baño para prender la ducha y escuchar como ellos prendían el parlante con música a todo volumen.
Me baño rápido, me cambio y me perfumo para salir y encontrarme a los  otros cinco con anteojos puestos sonriendome.

—¡Oaaa! —Grita Leo haciendo que los demás griten y salgamos de la pieza.

—Faltó él, eh, faltó él. —Matias agarra la botella de vodka y la abre para llenar mi boca.

Yo miro a Tiago de reojo sonriendo y este niega con la cabeza de brazos cruzados.— Mati, para enfiestar al Chango tenes que traer un bidón más o menos. —Le dice mi mejor amigo.

—Ahhh, ¿De qué es eso, Culiao? —Digo sacando la lengua por el gusto horrible.

—Strawberry, pa.

—Ugh, hijo de puta —Me quejo limpiandome los labios y Tiago se me sube a la espalda mientras los demás caminaban por el pasillo.

—Toc, toc —Leo se detiene en una puerta, la cuál se abre y deja a salir a las chicas que nos había dicho—. Llegó tu room service.

—Ah, no me jodas que son seis. —Una de las pibas nos mira.

—¿Ustedes son más? No importa —Matias abraza a dos, quienes se ríen—. Me puedo dividir para muchas. —Dice para empezar a caminar hasta las escaleras con las dos chicas y los demás vamos atrás de esos tres.

—¿Estos pibes siempre hacen esto aunque los papás estén en el mismo hotel? —Le pregunto al oído a Pedro

Él me asiente con la cabeza.— Y esto no es nada.

Me agarro de la cabeza y miro para nuestra puerta queriendo volver para no cometer ningún error pero Leo me agarra del brazo haciéndome bajar.

—Disfruta tranquilo, hermano.

—¿Vos siquiera tenés tolerancia al alcohol, Gallina? —Le pregunto cuando pasa un brazo por mis hombros.

—¿Eh? —Me pregunta sonriendome pero respondiendome sin enterarse.

Esto se va a armar y claramente me quiero escapar antes de que se empiecen a complicar las cosas.

Mi PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora