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Minutos antes...

Leandro venía caminando por el pasillo, contestando mensajes hasta que llega a la puerta de su habitación. Saca la segunda tarjeta que había pedido en recepción, ya que se había peleado con Zoe por la custodia de la primera y obviamente se la quedó ella.

Con una sonrisa, recordando como la puso de mal humor, abre la puerta para encontrarse solo con sus amigos.

—¿Donde está Zoe? ¿Tanto se enojó para irse? —Pregunta él pero ellos no le responden debido a que le prestaban atención al partido que estaban viendo en la televisión— Ah, la bola que me dan es tremenda —Dice cruzandose de brazos para también mirar el partido pero decide buscar una toalla y un bóxer en su valija—. Me voy a bañar mejor.

—Sh, hace silencio. —Lo calla Tiago quién se pone el celular en la oreja, seguramente para escuchar un audio.

—¿Hay alguien? —Leo le pregunta a Matías y este niega con la cabeza.

—No, Toro, la prendimos para que vengas y te bañes de una. —Le contesta el amigo con sarcasmo, el cuál Leandro no capta y entra al baño.

Se desnuda, deja la toalla cerca y cuando abre la cortina se encuentra con otro cuerpo desnudo pero más conocido que el de él mismo.

—Upa —Dice sorprendido pero con una sonrisa pícara—, me parece que vamos a tener que aprender a compartir, bombón.

—¿Vos me estás jodiendo, Leandro? —Pregunta Zoe en susurro apenas se saca la espuma del shampoo de la cara.

—Si te estuviera jodiendo, sería la mejor joda de mi vida —Responde él, al borde de la risa—. Y no me digas Leandro, no me histeriquees.

—¿Yo histérica? —Pregunta la castaña sacándose rápido el agua de la cara— Te equivocas, chiquito. Y mucho.—Se auto contesta para enjuagar el resto de shampoo que le quedaba en la cabeza. Al abrir los ojos denuevo, ve como Leo la estaba mirando y decide taparse con sus manos.

—¿Puedo entrar? —Se ríe él, negando con la cabeza— No entiendo por qué te tapas si conozco tu cuerpo mejor que vos, Chini.

—Pasá, dale. —Contesta ella, ya malhumorada, dejando que él se moje y ella poder agarrar el acondicionador. Lo aplica en su pelo y vuelven a hacer el cambio, Leandro divertido ante la situación que claramente no planeó y Zoe incómoda por su mala suerte y los sentimientos encontrados que sentía.

—¿Y el Toro? —Pregunta Tiago apenas termina de escuchar el audio.

—Entró a bañarse.

—Matías, vos no habrás... —Tiago lo señala serio y el otro, sorprendido pero con cierta diversión, niega con la cabeza— ¡ZOE!

—Eu, silencio que me llama bebé uno. —Mati le hace señas con las manos al amigo, quién caminaba de un lado al otro, esperando que su mejor amiga salga rápido y con buenas noticias para él.

—Número 1 es Zoe y está en el baño, pelotudo.

—En casa, bebé uno es Ciro —Contesta, serio, Matías para atender—. ¿Qué onda, hermosura? ¿Como la está pasando mi niño bonito en sus vacaciones? —Pregunta mientras se miraba al espejo— ¿Zoe? Bañándose, ¿Por?

—¿Qué preguntó? —Tiago se acerca para pegar su oreja al celular.

—Ah, no te contesta —Repite lo que le dijo el hermano, volviendo más loco a Tiago—. Bueno pará, no reniegues que se te va la facha, Papu —Matías jode al hermano—. Bueno, ahí te paso. Manejas una intensidad insoportable —Contesta ante los gritos de su hermano mayor y abre un poco la puerta del baño—. ¡China, llamada para vos! Bebé uno, quiere hablarte.

—¡Estos pibes me van a volver loca! —Se queja ella, ya salida de la ducha, y agarrando el teléfono— Hola Ciro, no me vengas a reclamar nada porque me egresé y ni viniste a verme. Igual mejor, ¿Sabés? Tenía a uno menos que me cele —Contesta, claramente desquitandose del asunto que había vivido hace minutos—. No, no ví tu mensaje en la foto que subi —Dice sujetandose mejor la toalla al cuerpo y buscando su ropa interior entre la ropa de Leandro—. ¿Y que tiene si es de Boca? Ni lo conoces, ridículo —Deja lo que estaba buscando para seguir discutiendo—. ¿Ah sí? ¿Ahora estás del lado de Leandro? Mirá que casualidad que justo lo tengo enfrente mío, desnudo y se metió conmigo a la ducha cuando claramente yo no lo estaba esperando —Responde, causando sorpresa tanto a Leo como a Ciro—. Si, ahí te paso con él, Cirito.

—Ciro, querido —Leo agarra el celular para escuchar los reclamos del hermano mayor de sus amigos—. Me parece que en esta instancia ya sabemos quién tiene la culpa. —Responde y levanta su mano hacia su cuello en signo de "ahorcamiento" para después señalar a Zoe.

—Ya quisieras ahorcarme y no para matarme, ya quisieras. —Le susurra ella en el oído a la vez que le tiraba del pelo.

—Si, no estoy más con ella —Responde el otro para separarse e ir a desempañar el espejo del baño y mirarse en él—. No sé, no lo conozco bien. A Matías no le cae bien igual.

—Bueno, ya me di cuenta de qué hablan. Pasame la llamada de vuelta —Zoe se acerca para intentar sacarle el celular.

—Pasó asi, yo entré a la habitación y el tarado de Matías me dijo que me había preparado la ducha.

—Uh si, no le conté a Matu que sos medio lento hasta para captar sarcasmo. —Se ríe ella, recibiendo una mala mirada de Leandro y que la agarre de la cara para acercarla a la de él.

—Dale, salgo y le digo que te llame. Beso —Corta la llamada y la mira—. Que mal que te salió la jugada, bombón.

—Dejá de buscarme, Le-an-dro.

—¿No te parece que el destino nos está buscando a nosotros ya? —Le pregunta para acercar sus narices y quedar frente a frente— Para mí si.

"Yo hago las cosas porque quiero, no confío en el destino" —Zoe imita su voz, citando algo que él le había dicho apenas empezaban a estar juntos, haciendo que los dos se rían.
Leo la suelta, riéndose y negando con la cabeza—. Salí vos primero, dale.

—Esto no queda acá y lo sabes. —Él la señala para sacudir la cabeza y mojarla con el agua que caía de su pelo.

—Te voy a matar. Chau, afuera. —Ella lo empuja y cierra la puerta para deslizarse lentamente hasta llegar al piso.

Al salir, Leandro ve como sus amigos estaban expectantes a los sonidos que venían del baño. Actuando como si lo que haya pasado recién no le provocó nada, lleva la toalla a su cabeza y camina hasta su valija, sin decir nada.

Zoe, por su parte, estaba al borde del llanto hasta que nuevamente se acordó de la charla con el papá.
Tenía una única oportunidad para ver si Leo era el que quería por sobre todas las cosas o si era la costumbre lo que lo hacía quererlo.

¿Por qué no usar este viaje como prueba a sus sentimientos y terminar con este triángulo amoroso de una vez por todas?

Mi PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora